Capitulo 29: Verdades

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-Hijo escúchame -Thalia coloco la mano en el brazo de su hijo, mirándole con tristeza -Debes intentar entenderla.


-¿Entender qué? ¿Que le duele mucho haber perdido a ese....? -Mail dio una patada a una silla lanzándola al otro lado de la sala -¡¿Pues que se hubiera casado con él?!


-¡Ya basta! ¡No seas cretino! -Niara camino hacia él y coloco el dedo en su pecho, golpeándolo -Si hubieras sabido cómo tratar a tu esposa, ahora estarías en el lugar que te corresponde, a su lado, consolándola por haber perdido a alguien importante para ella.


-¿Como tratarla? -Entrecerró los ojos


-Mail todos nos hemos dado cuenta -ella negó con la cabeza -La has alejado de ti cuando te has dado cuenta que tu matrimonio se había convertido en mas que un pacto entre dos clanes.


-Hijo -Thalia suspiro -Sentémonos a la mesa y comamos, como una familia.


-¿Como una familia? -el la miro y alzo una ceja -¿Como lo haremos si mi esposa no baja a comer con nosotros?


-¡Hijo! -lo llamo al ver que salía de la sala ofuscado.





-¡Vamos! ¡No seas debilucha! -Lucien alzo su espada sonriendo, mirándola divertido.


-¡No soy debilucha! -se incorporo del suelo, donde él la había lanzado de culo y alzo su espada hacia el -¡Te arrepentirás!


-¡Veamos si eres capaz! ¡Pequeña! -y el arrebato contra ella.


-¡Que no me llames pequeña! -grito esquivando su espada y golpeando la de él con la suya.



-Ayla -La voz de Mail la trajo de vuelta, sus ojos se abrieron y la imagen que había tenido en su mente ya no estaba. El patio estaba vacío. Permaneció allí, mirando aquel lugar. -Ayla - el suspiro y la agarro del brazo obligándola a mirarle -Basta.


Ella alzo el rostro y le miro.


-Deja de llorarle, deja de pensar en el -hablaba con rabia -Yo estoy aquí, tu marido.


Y ella no respondió, simplemente le miraba, como si no viera nada, a nadie.


-¡Maldita sea! ¡Di algo! -la soltó molesto y paso las manos por su pelo desesperado.


-¿Que quieres que diga? -ella hablo con voz calmada, mirándole tranquila.


-¡Por todos los diablos! ¡Parece que hubieras preferido que fuera yo al que has enterrado! ¡He intentado que esto funcionara, que nuestro matrimonio fuera la unión de nuestros clanes! ¡Pero esto... tú! -la señalo molesto -¡A veces pienso que fue un error!

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