Capítulo 1

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Día uno.
          Más que ser un diario, esto es una experiencia plasmada en papel, y no de esas experiencias que son buenas en contenido educativo, más bien, es de esas que aterran al momento de leerlas, aun más, cuando te lo imaginas.
          Era día de clases. Recuerdo, que era un veintitrés de marzo del año mil novecientos noventa y ocho. Si no mal recuerdo. Quizá si, me volví un poco loco luego de todo lo sucedido. No sé si mi memoria falla, pero ese día, a la salida de la escuela, escuché una voz, la voz de Richard diciendo:

          — ¡Hey! Nathan, ¿Qué tal si hacemos la tarea en mi casa? ¿Qué dices? — me preguntó Richard sonriendo y archivando sus cosas en la mochila.
         — Debo de preguntarle a mi mamá, quizá me deje — le contesté.

Siendo sincero, no creía que fuésemos hacer tarea alguna. A pesar de que Richard es muy aplicado y responsable; cuando me invita a casa, es para pasar toda la tarde metidos en la consola, pero quizá, me podía estar equivocando. Sin embargo, me siguió hablando.

         — Demonios, mira quién va ahí — dijo Richard, con los ojos brillantes y casi babeando.
        — ¿Marcie? — contesté; con una voz desganada.

Marcie Grey, la chica "perfecta" para los demás, por su cabello rubio falso y sus ojos verdes color mierda, pero dejando la "perfección"; Marcie es la típica golfa roba novios, malvada, rica e ingenua y con un grupo de amigas igual que ella, estas chicas se hacen llamar "las populares". Yo las llamaría "las perras". No se hacen ni más ni menos que los demás por ser atractivas y con un cuerpo fantástico. Más bien, las personas que destacan, son las personas como Richard, los aplicados, inteligentes y con un promedio superior, sin embargo, no se les da dicho "nivel" por el hecho de no ser atractivos. A pesar de ello, Richard estaba loco por ella.

         — Es perfecta — dijo Richard con una cara de imbécil; babeando media clase.
— ¡Oh! Ya veo — le dije, jalándolo del brazo para dirigirnos a la salida de la secundaria.

Acabando la charla, llamé a mi madre, preguntándole si podría ir a la casa de Richard.
Mi madre tenía la apariencia de Richard, como un chico perfecto, muy educado y sobre todo, el orgullo de su familia. Algo que yo, Nathan, casi no lograba ofrecerle a mi madre, pues muchas veces, soy dejado, pesado, haragán... cosas típicas de un alumno intermedio. No estúpido, pero tampoco sumamente astuto. Dando dicha aclaración, puedo continuar con la respuesta de mi madre. Como era obvio, me dijo que si, para ella es mucho mejor que me juntara con Richard por la clase de persona que es. Siempre había querido un hijo superior a los demás, con una visión al futuro, cosas así, y creía que juntándome con Richard frecuentemente, me podía brindar o pegar dichas características a mí. Yo lo dudaba, el flojo y quien no quería ser el hijo que mi madre pedía, era yo. Era sencillo.
        Tras llegar a casa de Richard, su madre, la señora Emma, nos abrió la puerta de una manera muy educada y amable.
        No era la primera vez que me entraba en la casa de Richard, veces anteriores ya había estado ahí, y su madre, siempre había sido de una clase alta conmigo. Jamás me había hecho de menos o mucho menos me había insultado, siempre se comportaba muy elegante y respetuosa conmigo; creí que lo de Richard, su inteligencia, su carácter, su personalidad... venían de la familia, de sus genes, sin embargo, él mismo me mencionaba que no; que no era de ese modo.
        ¿Recuerdan la suposición que hice anteriormente? ¿La de los videojuegos? Pues no fue así, no había ni videojuegos, ni tareas involucradas en su invitación. Claramente, no sabía que ocurría, estaba algo dudoso de que podría ocurrir, o de que me quería decir. Lamentablemente, lo que mencionó, no fue nada grato...

        — Oye, Nathan. ¿Alguna vez te han o has hecho bullying? — me preguntó, con un tono cristalino es su voz.
        — ¿A qué se debe la pregunta, eh? ¿Acaso te ocurre algo? — le dije.
        — A que estoy sufriendo de acoso escolar... — contestó.

¡Carajo! ¿Qué se suponía que debía de pensar? Yo he sido, casi siempre, a quien molestan. He sido el mayor acosado en la secundaria, y ahora... ¿¡Mi mejor amigo!? ¿Un chico aplicado? ¿¡Por qué!? Jamás se había metido con uno de los acosadores, de los agresores. Richard es pacifista, ¿y sale con esto? ¿Qué carajos? Que complicada se volvía la situación. Richard había sido tan friolento al decírmelo. Lo comentó con ningún preámbulo. Él sabía que yo sufría de acoso, y que siempre había buscado una venganza para zafarme de ellos, mas no la encontré nunca... ¿habrá sido el "por qué" Richard me lo comentó? No sabía, debía averiguarlo...

Richard VendettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora