Richard Vendetta

Capítulo 6

Día cuatro.
Era jueves. Me recuerdo muy bien de este día, pasaron un sin fin de cosas. Unas buenas y otras malas. Como en toda vida. Pasa algo bueno, pero muchas veces, sucede algo terrible, algo escalofriante. Así fue este jueves. Terrible.
        Recuerdo que llegué a la secundaria. Buscando a Richard. Siempre tomábamos el bus escolar ambos, sin embargo, ese día no lo tomé yo. No pude. Así que mi mamá me llegó a dejar.
Al bajar, lo primero que realice, fue buscar a Richard. Arriba, abajo, en el gimnasio, en todas partes. No estaba... ¿de nuevo, en serio? Richard no faltaba. Esperaba que llegara. Pues solo, era difícil poder enfrentarse a Bill y sus amigos "maricas". Sin embargo, si no llegaba, me tocaría hacerlo. Unos segundos, quizá unos treinta segundos más tarde, observe a Sara, la hermana de Richard. Carajo... si que es hermosa. Creo que me había enamorado de la hermana de mi mejor amigo, debía de decirle a Richard, pero primero, debía saber dónde estaba.

        - Hey, ¡Sara! - dije.
        - ¿Nathan? ¿Qué pasa? - respondió.
        - Hola, ¿qué tal? Disculpa, Sara, pero no he visto a tu hermano en lo que llevamos del día, ¿sabes dónde se encuentra? Debo de hablar con él - dije.
        - Se quedó en casa desayunando. No tardará en venir - me contestó.

Al final, no era malo. Estaba en casa. Según su hermana. Lo esperaría hasta que llegara.
        Pasaron diez minutos, de hecho, transcurrieron hasta quince minutos y él no llegaba. De hecho, no llegó. Ya era hora de clases, nos tocaba Matemática, pero Richard no estaba. No había llegado. Tenía una mínima esperanza de que aún entrara por la puerta del salón... y así fue; tras pasar veinte minutos del período, Richard tocó la puerta y entró con ningún inconveniente.

- Nathan... Nathan. Debemos de hablar - dijo.
- Por supuesto, tengo algo que mencionarte - respondí.

No tenía ni idea de que me quería decir, pero yo debía de darle a conocer mis sentimientos encontrados hacía su hermana. No se lo podía ocultar a él. Se enteraría y no sé que me podría hacer. Es mejor que se entere por mi, que por otra persona.
Lo que restaba de período, Richard se lo pasó sin poner atención. No sabía que estaba haciendo, pero se mantuvo todo el período restante en su libreta. En la que dibujaba. Sin embargo, jamás vi si estaba dibujando. No parecía dibujar. Parecía que estaba escribiendo. Aunque no lo sabía.
Acabó el período y Richard me dio una hoja de su libreta con un dibujo que decía...

- BOOM -

¿Era esto preocupante? Realmente no, Richard siempre hacía dibujos de como estos. Pero quizá, esto era una señal de que ya no soportaría a Bill y sus amigos maricas. Era algo de lo que hablaríamos en el receso. Durante la refacción.

- ¿Qué significa esto? - pregunté.
- Es una onomatopeya; boom, nada más, quizá luego te lo explique mejor - respondió.

Sabía que lo hablaríamos luego, simplemente debía de asegurarme de que así fuera.
       Había llegado la hora de receso, estaba listo para escucharlo. Por una parte me encontraba algo nervioso, no sabía que significaba su dibujo, de hecho, quizá no significaba nada. Y por otro lado, era algo emocionante, quizá Richard ya estaba cansado de tanta mierda que nos hacían esos imbéciles y con la amenaza a su hermana, se había disparatado todo.

        - Hey... ¿me dirás que significaba tu dibujo? - pregunté.
        - No es nada más que un "boom". Como hacen las bombas al estallar, o como estamos acostumbrados a representarlo - respondió.
        - ¿Estás seguro? - le pregunté.
        - Del todo, no. Pero estoy seguro de que lo hice solo por coraje, por la amenaza que hicieron hacía mi hermana. Lo pensé anoche, y no haré nada hasta que en verdad toquen a mi hermana, si se meten con ella... se verá quiénes son los acosados - respondió.
        - Por cierto... debo de mencionarte algo, prefiero que te enteres por mí y no por alguien más - dije.
        - ¿Te gusta mi hermana, no? Te pusiste muy nervioso cuando la mencioné, ¿no es así? - dijo.

Carajo... Richard es muy habilidoso en cualquier sentido. Quizá el ser hábil e inteligente lo hace distinto a los demás. A mí, jamás se me hubiese pasado por la mente porqué un amigo se pondría nervioso, en cambio, él sí. Asoció todo de manera inmediata y había atinado a lo que sucedía.

       - Sí, lo es. Me gusta tu hermana, debía de decírtelo. Quizá no soy un buen partido para ella, pero contarás conmigo si le hacen algo - respondí.
       - Está bien, no tienes porque preocuparte. No es malo que te guste, quizá logres algo con ella. Y te agradezco que me apoyes - dijo.

¿Lograr algo con ella? Acaso... ¿me estaba dando el visto bueno? No sabía, pero me subió el ánimo como no tenía idea. Fue estupendo. Mi mejor amigo ya sabía que me gustaba su hermana. Sabía que lo apoyaría en loq que fuera. Sabía... que estaba harto de toda esa mierda.

        - Una última cosa - mencionó.
        - Claro, dime - respondí.
        - No podremos evitar que la amenaza se cumpla. Una vez mi hermana sea molestada, la guerra se desatará. Quizá alguien más se una a nosotros, sin embargo, no debemos de contar con ello. Solo somos tú y yo; mantente alerta siempre - dijo.

Había sido demasiado específico, pero tenía razón. No se podía confiar en nadie más. Solo él y yo. Solos saldríamos de este lío. Sí solos entramos, solos saldremos.

        - Claro, estoy de acuerdo con lo que dices - respondí.

El receso había acabado. Todo iba de maravilla, al menos para nosotros. No nos habían molestando en lo que llevábamos de día, sin embargo, podría ser una mala señal. O planeaban algo en nuestra contra o... irían tras Sara. No sabíamos que ocurriría, hasta que...