Día siete.
Estuvimos en el refugio, básicamente, trece horas. Pasamos la noche dentro. Richard y yo nos turnábamos para vigilar a Sara, y también, para vigilar presencia enemiga. Suena muy de película; pero así fue.
Lo más extraño del caso, es que los papás de Richard, no se osaron a llamarle a su propio hijo. Si, al menos, no hubiesen llegado esa noche a casa, le pudieron avisar, ¿no creen? Se suponía que eran una familia unida. Se apoyan, se avisan, se cuidaban en todo. Por otro lado, si llegaron a casa, ¿qué carajos? ¿Acaso no notaron el cadáver de Werf o la puerta botada? Era muy evidente y eso, preocupó a Richard, o quizá... le molestó que no se inmutaran o tuviesen alguna reacción sobre el asunto. Yo lo entendía. Nadie se preocupaba por mi, a pesar de él. Suena triste, pero miles de personas viven así, toca lidiar con situaciones como esas y yo fui un afortunado.
A pesar de que sus padres no se inmutaron a la situación, él tampoco lo hizo. Le importo poco lo que sus papás pensaran, pero... ¿qué debía hacer? Estaba en problemas, escapando de un imbécil, con tan poca ayuda y... sin el apoyo de sus padres. Suena muy duro, quizá, hasta cruel, pero esa era la realidad que se estaba viviendo.- Sara, debemos irnos - dijo.
- ¿Me dejarás? - respondió, con un tono demasiado débil.
- Jamás, ¿crees poder moverte? - dijo, muy preocupado.
- En estas condiciones, lo siento, pero no creo poder - dijo; mientras tosía.No se podía huir del sitio, era demasiado complico, aún más con las condiciones de Sara; muy débil, sin poder levantarse, cosas que afectaban que nos fuésemos. Sin embargo, Richard sabía que no nos podíamos quedar en ese hueco, en ese refugio, pues tarde o temprano, sería hallado.
- Ya vuelvo, iré a dar una vuelta, cuida de ella - me dijo, muy agitado.
- Claro, no te preocupes. La mantendré a salvo, pero... ¿a dónde piensas ir? - respondí, un poco preocupado.
- Ya lo verás, no te preocupes - dijo.Ni Sara, ni yo, sabíamos a dónde se podía dirigir. Quizá por ayuda, pero... ¿de quién? Estábamos solos, ¿no era así? Sin embargo, no fue de tanto preocuparse, se confiaba en él, y yo, debía de cuidar a Sara. No obstante, creí que era un momento adecuado para revelar mis sentimientos hacía ella, pero... me sería complicado. Jamás había revelado que alguien me gustaba, que amaba a alguien, no tenía ni una mínima idea de cómo lo podría hacer. Era ridículo. Llevaba horas pensando cómo hacerlo. Richard podría regresar y yo, sin cumplir mi misión.
- Nathan... - dijo Sara, con una voz muy desgarradora y débil.
- ¿Qué pasa? - respondí, algo preocupado.
- Debo de decirte algo; antes de que me ocurra algo peor... debes de saberlo, ¿si? - respondió.
- Claro, dime, ¿qué ocurre? - dije.
- Siempre... ¿cómo decirlo? Siempre me has gustado... - dijo. Mientras trataba de reírse, y con su voz demasiado débil.¿Ah? Creo que me había perdido. ¿Si había dicho eso o fue mi imaginación? Me quedé tartamudo luego de eso. Muy nervioso.
- Ppppp, ¿perdón? - dije.
- No fue adecuado decirlo; ¿verdad? - respondió.
- No, claro que no, pppp... pero, yo también quería decírtelo - respondí, nervioso, sudando y haciéndola de imbécil tartamudeando.
- ¿Decirme qué? - preguntó.
- Que tttt... tú me gustas. No encontraba una manera de decirlo. Llevaba horas pppp... pensando como decírtelo - le dije, demasiado nervioso.
- ¿Por qué tartamudeas? - preguntó.
- Porque me pongo nervioso a tu lado... - respondí.Creí que seguiríamos la platica, mas no fue así. Creía que podía conseguir algo con ella, al menos, una cita, pero Richard reapareció en el momento menos oportuno y... destruyó toda situación de romance entre ella y yo.
- Oigan, chicos. Debemos irnos - dijo - Carga a mi hermana y súbela al auto - agregó.
¿Auto? ¿A qué había ido? ¿A comprar un auto? Eso era imposible. En primer lugar, no creo que tenga tanto dinero para comprar uno, aunque quizá lo subestimo mucho, y segundo... ¡No tiene tarjeta de conducir! Eso, básicamente, es un delito. Manejar sin una tarjeta de esas.
- ¿Auto? ¿Fuiste a comprar uno? - pregunté.
- No preguntes, solo vayámonos de aquí - dijo.En parte, tenía razón, ya era muy peligroso estar en un mismo lugar sin armas de combate o cosas por el estilo, por lo que, tomé a Sara, la cargué y salí de la cueva con ella en mis brazos. Aunque... lo que sigue ahora, es algo trascendental, ni yo me lo esperaba, ni un poco.
¿Que sucedió? Pues... ¿recuerdan a Scott? ¿A quién yo quería inculpar? Bueno... de él era el auto. Él lo estaba manejando. Richard de copiloto, y Sara y yo, íbamos en los asientos traseros. Pero... seguía sim cuadrarme nada. Scott... Richard... ¿son amigos? No pude resistirme, y tuve que preguntar.- ¿Ustedes son amigos? Recuerdo, perfectamente, que Scott se alió con Bill para acabar con nosotros, ¿no fue así? - dije, muy pero muy, preocupado.
- Si, así es. Pero hay cosas que no te he contado, hermano, lo lamento - respondió.
- ¿Sería un mal momento para contarme? - pregunté.
- Les contaremos cuando lleguemos a casa, Sara también debe de saber todo lo que sucede - contestó.
- ¿Casa? ¿Hacía dónde nos dirigimos? - dije.
- A casa de Scott, no tenemos otro lugar donde podamos refugiarnos - dijo.Esto cada vez se ponía más raro. Primero Richard le parte su madre a Bill, luego Mason salva a Sara, luego Bill mata a Werf, y ahora... ¿Scott es de nuestro bando? Carajo, si que me había perdido de muchas cosas, aunque, no lo niego, tener a Scott, alguien con muchas agallas, de nuestro lado, es satisfactorio. No estábamos solos, ni lo íbamos a estar, solo se trataba de buscar aliados y así, podríamos acabar, fácilmente, con los demás.
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Richard Vendetta
Misterio / SuspensoPara Richard, la realidad del bullying, no es solo insultar, maltratar, o inclusive golpear. Es mucho más que eso. Para él, todo trae sus consecuencias... y no solo para el receptor, inclusive para el agresor. ¿A qué se refiere? Al inicio de una ar...