Capítulo 10

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Nadie se esperaba que Mason se llevara con Bill. Acaso, ¿eran amigos? ¿Cómplices? ¿Por qué había llevado a Sara a casa? Era imposible que fueran amigos. No lo dudaba. Él estaba harto. Lo mencionaba siempre.

- ¿Estás seguro de que esta frente a la casa de Bill? - pregunté.
- Ven, ahora - respondió.

Me quedaban mis dudas. No obstante, salí corriendo hacía allá. Lo más rápido posible. Bill vivía en la avenida "Meyer", en alguna de las casas que había por ahí. Solo me sabía la avenida, ¿para qué saber más? Si el hijo de puta me cae mal. No es necesario saber de él. Ni una mínima cosa.
Cuando llegué a la avenida, noté muy rápido a Richard. Estaba, se podría decir que escondido detrás de un arbusto. Los típicos arbustos que son una separación en las casas. Ahí estaba.

- Richard - dije, murmurando.

No contestó; pero si me logró ver. Parecía una película de espías. Ambos echados al suelo. Murmurando y demás. Lo único que me pidió, fue que avanzará hacía donde él estaba. Me sentía como un espía, por lo que me moví de un lado al otro muy sigilosamente. Me veía estúpido, seguramente, pero yo me sentí genial en ese momento.
Al llegar al otro lado, pasó algo muy inesperado. Creí que Mason estaba bien. Sin embargo... carajo, es difícil decir esto... Mason estaba horrible. Creímos que estaba muerto. Estaba justo enfrente de la casa de Bill. Ensangrentado. Había un charco de sangre. Era una terrible situación. Todo esto, era obvio. Llevó a Sara a casa, protegiéndola. Quizá, al momento de dejarla, los imbéciles lo tomaron por sorpresa y lo golpearon hasta ya no dar. Increíble, ¿no?
       Entramos en shock, ambos. Teníamos que sacarlo de ahí. No obstante, Bill no estaba solo. Quizá Mason era la carnada para que nosotros estuviésemos indefensos ante él. Sin embargo, Richard jamás dudó en sacarlo de ese sitio. Era una misión para él.

- Debemos sacarlo de aquí. Tú lo cargas, yo los cubro; ¿entendido? - dijo.
- Totalmente - respondí.

En esta parte de mi vida, nunca más volví a dudar en la inteligencia de Richard, o de su habilidad con cualquier cosa. Antes de ir por Mason, optó por realizar un arma, por realizar alguna defensa para nosotros. Cerca de la zona tenía: Una bolsa de ricitos, como tres palos de madera, una cinta y piedras. No sé cómo, en verdad que no sé cómo, pero hizo una... "tipo" de liga. Fue increíble como la hizo de rápido y a la perfección. Pudo hacer eso, ¿qué más podría hacer?

- Es hora, hermano - dijo.

Ambos salimos por Mason, carajo... estaba terrible. Tenía una nota en el pecho, no le di importancia aunque decía "por cuidar de mi nueva zorrita, Sara". Sin embargo, Richard no lo tomó a la ligera. Yo hice tal cual lo que me pidió Richard. Tomé a Mason y me largué de ese sitio. Richard no. Él se quedó parado frente a la puerta, ¿y qué creen? Fue un caos. Salió Bill, y con la liga que cargaba Richard, le disparó múltiples piedras al rostro.

- ¡TU MAMÁ ES LA ZORRA! - gritaba. - Aléjate de mi hermana, o vas a parar peor, pedazo de mierda - agregó.

Bill no podía ni hablar. ¿Qué fue lo peor? ¿Recuerdan a Marcie? ¿La perra? Resulta que salió de la residencia de Bill. Eso no fue lo peor. Lo peor, es que esa chica, era la chica perfecta ante los ojos de Richard y salió, básicamente, desnuda de la casa de Bill. ¿Qué decía eso? O había una orgía, o se la estaba cogiendo. No habían más explicaciones. Richard... se puso pálido. Creo que casi queda en shock, pero logró salir de esa. De dos disparos, le dio los dos a Bill. Justo en la ceja, había sangre por todos lados. En la puerta de Bill. Dentro de su casa. Parecía un matadero...

- Vamos, Richard. Vámonos - grité.

Salió corriendo del lugar, y su paciencia se estaba acabando, por fin. A pesar de ello, lo que importaba era Mason. Lo llevamos al hospital. Lo recibieron, y no despertaba. Fuimos a su casa a avisar por él. Y su familia... no se interesó. No les importó. Era obvio porque Mason era tan solitario. Ni su propia familia se interesaba por él. No obstante; Richard y yo nos quedamos toda la noche en el hospital. Llamamos a nuestras familias y avisamos el porqué nos quedaríamos ahí. Accedieron. No dudaron en decir que era lo correcto.
Parte de la noche, fue algo intranquila. Creímos que las heridas de Bill lo harían ir al hospital, y nos lo volveríamos a topar. No fue así. Nunca apareció, por lo que estuvimos muy tranquilos.

- ¿Parientes de Mason? - preguntó un doctor.

Eran las doce treinta y tres de la madrugada. Y por fin, recibíamos noticias de Mason.

- ¿Qué pasa, Doc? ¿Cómo se encuentra nuestro amigo? - respondimos.
- Su amigo, tiene severas lesiones en el cerebelo. Eso no es lo único. Su amigo llegó con múltiples cortadas y fracturas. Está muy inestable... no sabemos si se recuperará. Si lo hace, puede quedar paralítico. Sin poder volver a caminar, e inclusive, sin poder hablar - dijo el doctor.

Mierda... ¡MIERDA! Todo se había ido al carajo. Ya no nos dejaríamos. No solo era por Mason. También era por Sara. Por nuestras familias. Se habían metido con nuestras familias. Se suponía que solo era problema nuestro, sin embargo, Bill lo quiso hacer mucho más alarmante. Mucho más grande. Y así iba a ser.
      Richard... lloraba en la camilla de Mason. Ver a una persona que estaba quedando, básicamente, paralítica por defender y cuidar de tu hermana, era difícil. Sin embargo, no sería en vano. Bill había iniciado una guerra, y debería de aceptar todo lo que surgiera de ella. Cualquier cosa. No importaba. No habían excepción alguna, y quizá... debía enfrentarse a la mismísima muerte...

Richard VendettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora