Capítulo 4

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¿Y Richard? ¿Dónde carajos está? No lo encontraba en ningún lado. Entré y salí dos veces de la secundaria, y... nada. No hay lugar alguno que fuese el favorito de Richard. Visitaba muchos lugares. El zoológico, los parques, comerciales... no tenía idea de dónde iniciar. Debía de colocarme en sus zapatos. ¿Dónde estaría yo si fuese él? Algo complicada la pregunta, ¿eh? No era él para averiguarlo, para descifrarlo, sin embargo, los buscaría en cualquier parte de la ciudad para empezar a cuidarnos la espalda mutuamente.
Primero, me dirigí a los centros comerciales más cercanos. Parecía un bandido. Me metía a locales, a salas de cine sin comprar o pagar cosa alguna. Creo que la gente sospechaba de mí. Pero eso daba igual. Importaba mi amigo, quien no se encontraba en ningún centro comercial. Lo busqué de arriba a bajo en los centros comerciales locales y no estaba. Como segunda opción, tenía los parques. Ya era tarde, alrededor de las siete treinta de la noche, aunque... para mí daba igual, mis padres nunca estaban en casa, pero el caso de Richard era diferente, él debía estar en su casa, sí o sí. No habían más opciones.
          Salí disparado hacía los parques más cercanos. De diez, ya lo había buscado en nueve, y el parque "Mertz" era mi última opción para encontrarlo. Era el diez de diez. Debía de estar sí o sí, o me cagaba encima. No podía ser que Richard desapareciera de un día para otro.
          ¡Al fin! ¡Mierda! Fue difícil la búsqueda, muy complicada. Logré ver a Richard a lo lejos. Estaba recostado en un árbol. Se le veía como si estuviese llorando, pero no lo creía, jamás lo había visto llorar. Quizá era un simple engaño de mi vista, sin embargo, cuando me acerqué... Richard si que estaba llorando. No sabía que hacer, o como ayudarlo. Consolarlo, para las personas que se encontraban alrededor, sería muy homosexual, o algo por el estilo. Lo sería para nosotros también. Así que no lo hice. Simplemente comenzamos a platicar.

— Oye, hermano, ¿qué ocurre? ¿Qué pasa? — dije.
         — Aléjate, Nathan, solo traigo más conflictos — contestó.

Básicamente... me perdí. Estaba en mi cabeza pensando y pensando. No era muy astuto y rápido que digamos. Es más, nos descifré ni un poco de lo que me dijo Richard.

        — ¿A qué te refieres? Estamos en todas juntas, ¿recuerdas? — le dije, mientras le daba unas palmadas en la espalda.

No respondió con palabras, ni con frases. No movió su boca. Solo alzó su brazo derecho, con el móvil en su mano y me mostró unos cuantos mensajes. Recuerdo perfectamente dos. El primero decía:

         — Con que fuiste tú, ¿eh? Me las vas a pagar, idiota — decía; más una foto archivada de la nota que se encontró en el casillero de Bill.

Solo pensaba "Nathan, eres un imbécil, ¿cómo piensas sacar de este lío a Richard?". Creo que mi conciencia ya estaba actuando sobre mí. No sabía si Richard sabía que yo realicé todo ese "plan" o "cagada", como gusten denominarlo, creo que era momento de contarle todo.

         — Estas muerto, Richard, date por muerto — decía el segundo mensaje.

Ambos mensajes fueron enviados del móvil de Bill. No sabía porqué Richard tenía su número o porqué lo tenía agregado, pero eso ya era muy cosa de él. Lo que era asunto de ambos, era el pleito en el que lo metí. Ahora, yo era como el "malo" de la historia, pero no pensaba dejarlo así. Ni un poco así. Yo lo metí en el lío y yo lo iba a sacar.

— Oye, Richard... debo... — dije.
— Cállate - me interrumpió. —sé que quieres decirme - continuó diciendo.

Estaba totalmente perdido. No sabía que pensaba que iba decirle. Si era lo del plan, él no podía saber nada. No se lo comenté a nadie, menos a él.

        — Sé que tú fuiste el de la mierda en el casillero de Bill, y no es tu culpa que hayan encontrado esa nota en su casillero, yo la coloqué justo ahí — dijo.
        — ¿Perdón? Primero, ¿cómo lo supiste? Segundo, ¿¡Por qué colocaste una nota con tu nombre!? ¿¡QUÉ TE PASA!? — dije. Algo enfurecido.
        — Solo responderé la segunda — dijo. — El señuelo no sería Scott, ibas a serlo tu mismo, y sabes que no podía permitir eso — agregó.

Era increíble como Richard era capaz de casi dar su vida por mí. Era consciente de las consecuencias que eso le traería con Bill y aún así... lo hizo. Mierda... ahora si que me sentía culpable. Richard sabía todo, no sé cómo, pero lo sabía y aún así, no me alejó, no me rechazó, no me hizo de menos, seguía siendo el mismo para él.

— Richard... ¿por qué no me odias? Digo... yo te cagué, básicamente, tu vida. Y aún así, sigues siendo el mismo conmigo — dije.
— Nathan, es sencillo. Querías que esos "bravucones" dejaran de molestarme. Eso es un amistad. Defiendes a tu amigo de cualquier situación. Eso mismo haré yo por ti, no dejaré que nada malo te ocurra. Somos... hermanos, ¿no? Entramos a esta, y salimos de esta juntos — dijo.

Carajo... qué clase de amigo tengo. Como él dijo, entramos a esta juntos y salimos de esta juntos. No pensaba abandonarlo, ni él a mí. Lo que no sabía... era como se enteró que yo fui el de la mierda. Creo que es muy inteligente. Sin comentarle a nadie, sin abrir mi boca, él supo que yo había sido. Increíble.

— Richard, creo que es momento de idear planes, ataques... tu sabes. Como en los videojuegos — le comenté.
— Aún no. No me han tentado del todo. Sigo siendo pacífico con ellos. Aún no es momento de hacerlos gritar, arder, sufrir... — dijo.

Tengo un amigo un poco loco, un poco desquiciado, aunque no se vea de esa manera. Tiene un "AS" bajo la manga siempre. Siempre sabe como reaccionar. Como atacar. Sería el líder. Él planearía, y nosotros concretaríamos.

— ¿Y qué esperas para hacerlos sufrir? — dije.
— Primero, que me saquen de mi zona de confort, que logren liberarme de mi personalidad pacífica. Segundo, el hacerlos sufrir no sería tan gratificante. Para ellos, lo es, pero para nosotros, sería mejor ya no hacerlos sentir — dijo.

Richard VendettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora