Capitulo 23: Decisiones Apresuradas y Voces Internas

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Decisiones Apresuradas y Voces Internas

“I'm bulletproof, nothing to lose

Fire away, fire away

Ricochet, you take your aim

Fire away, fire away.”

Titanium por David Guetta featuring Sia

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Riley estaba en un extraño punto entre ebriedad e hiperactividad. Por un lado, sentía que podía recorrer un lado al otro del pueblo, lo que no sería mucho, de no ser porque ella se creía capaz de hacerlo en cinco minutos.

Sin embargo, había dos cosas que la detenían —primero; el tener que buscar a Willie y segundo; su cuestionable estado mental, que, aun después de los granos de café cubiertos en chocolate, era el de alguien que había pasado los últimos dos días con un secuestro, un potencial ahogamiento, el descubrimiento de un complot para encerrar a una chica inocente en la cárcel y sin cerrar los ojos por más de cinco segundos.

Riley se convirtió a Lady Kitten y agradeció que apenas hubiera comenzado el mes de Septiembre. En uno o dos meses, su traje se volvería bastante escaso para cubrirla del frío de la época.

Cuando se cambió, ella caminó sobre el puente, ignorando las llamadas irritadas —como si Lady Kitten personalmente los hubiera ofendido— de los trabajadores del puente levadizo. Suavemente, ella saltó al otro lado cuando comenzaron a levantarlo, aterrizando perfectamente.

Ella se preguntó si su padre estaría orgulloso al verla. ¡Ella era Lady Kitten! No podías llegar más lejos en Clearberry Lake.

Riley había dejado de buscar a su padre cuando tenía diez años. Durante años, ella se dijo lo que sus padres deberían haberle dicho —no importa lo que las personas piensen. Pero ella incluyó a su padre en esa declaración.

Pero ahora todo regresa a ella. ¿No importa? Elliot Clairbourne era su maldito padre y para no resultar herida por él, debía ignorar ese hecho en su totalidad.

Riley se paró junto al río del puente, cuidadosamente manteniéndose a una distancia prudente de la orilla. Ella levantó la nariz, olfateando el aire. Una vez, ella había escuchado que el olfato de los perros era mejor que el de los gatos. Sin embargo, el de los gatos era catorce veces mejor que el de los humanos, lo que debería significar algo.

Desafortunadamente, eso no funcionó. Sin rastro de Willie por ahí.

Riley soltó un gruñido, sus manos jalando mechones de su cabello en frustración. Repentinamente, giró y comenzó a caminar de un lado al otro. Imaginó que, con el cabello despeinado, probablemente parecía un león enjaulado.

Oído.

Si los perros tenían mejor olfato, los gatos tenían mejor oído. Riley estaba segura de haberlo oído antes, aun si no recordaba dónde.

Con la velocidad de Lady Kitten, ella corrió al bosque, adentrándose en él hasta que encontró claro en el que estaba la casa de campo de Níkolas.

Riley sintió ligeras nauseas al ver la casa, ya que evocaba recuerdos recientes de la discusión que tuvo con Níkolas, pero intentó superarlo. La noche anterior no había habido más que silencio absoluto en ese claro y, en medio del bosque, parecía la mejor ubicación para intentar el oído de Lady Kitten.

Riley tomó un respiro profundo, posicionarse con la espalda hacia la casa de campo de Níkolas para no ser distraída por las memorias, y rodó sus hombros hacia atrás, en un intento de relajarse.

Lady KittenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora