Capítulo 24: Sobre Satélites Gubernamentales e Historias Centenarias

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Sobre Satélites Gubernamentales e Historias Centenarias

“Standing on my own

Remembering the one I left at home

Forget about the life I used to know

Forget about the one I left at home.”

On My Own por Three Days Grace

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Níkolas rechinó sus diantes, fulminando a Austin con la Mirada hasta el punto que en Austin mismo casi esperaba explotar espontáneamente en llamas. Apoyó sus manos en la pared —de su oficina, donde se encontraban—, su cabeza gacha e hizo lo mejor por no comenzar a desvariar de una manera que rivalizaría una Riley frustrada.

—Dije que ya lo intenté. Antier —gruñó Níkolas, sus manos en puños—. Que lo vuelva a hacer hoy no va a cambiar el resultado y voy a desperdiciar horas si lo intentó. Y realmente preferiría encontrar a Riley antes de que muriera. No lo haré.

Austin estrechó sus ojos en su dirección.

—No te conozco muy bien, pero estoy dispuesto a apostar que guardaste el hackeo. No tardarás en ejecutarlo para entrar de nuevo.

Níkolas se encogió de hombros.

—No importa. Lo que me pides exige que haga todo el proceso de nuevo. La última vez que intenté entrar al satélite solo logré obtener la imagen en vivo y lo que necesitamos es regresarla. Si quiero también los videos, necesito entrar de otra manera.

—O una contraseña —sugirió Austin.

Níkolas giró el cuello hacia Austin tan rápido que era un enigma que no se hubiese hecho un tirón.

Níkolas estrechó sus ojos.

—No la conseguirías. Ellos estarán felices de que Riley… Lady Kitten esté fuera de la fotografía. No te ayudarán a encontrarla —afirmó, asintiendo ligeramente

—Ellos quieren controlarla —contestó Austin calladamente.

Níkolas se tensó.

Y dios, en ese momento quería gritar, amenazar a Austin sobre lo que le haría si se atrevía a intentar controlar a Lady Kitten —a Riley. Pero no podía, no en ese momento. Porque no importaba lo que hiciera, él no tenía manera de encontrarla sin el satélite.

Todo se reducía a dos opciones —que Riley tuviera los siguientes cuatro años de su vida controlados por una organización del gobierno o que no tendría esos cuatro años en lo absoluto.

Ella moriría —o algo malo le sucedería, de eso Níkolas no tenía duda— porque quien quiera que la había secuestrado, había secuestrado a quien creía que era Lady Kitten —y ella lo había seguido. Finalmente, el resultado sería el mismo.

Así que no dijo nada. Prefería a una Riley frustrada por cuatro años que a una potencialmente muerta.

Reluctantemente, Níkolas cabeceó hacia Austin.

—Consigue la contraseña —suspiró, separándose de la pared y deslizándose en la silla giratoria de su oficina. Presionó algunas teclas, y dejó aparecer el hackeo, que comenzó a correrse tan pronto como se abrió, mostrando una barra de carga en la pantalla.

:L::A::D::Y::  ::K::I::T::T::E::N:

Austin se sentía algo claustrofóbico en la oficina de Níkolas.

Lady KittenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora