En efecto, la amistad de Evan se había ido al garete. Y la de Remy le había acompañado de la mano. El enrollado y la discotequera. Se había sentido tan respaldado y acompañado durante años junto a estas dos personas que no había hecho caso de entablar relaciones con nadie más. Era el trío perfecto y ahora él lo había destrozado. Un momento, ¿Había sido él?. La pregunta le rondaba mientras evacuaba sus heces en el váter de un bar cerca del centro. Con los pantalones por las rodillas, cosquilleándole el perineo, pensaba en si él había sido quien había echado a perder la relación. Él sólo había pensando en lo mejor, en protegerlos, aunque admitía que con motivos ulteriores pero, aun así, lo había hecho. Debía reaccionar de inmediato ante la situación, agarrarse a un salvavidas antes de hundirse en un mar de mayores distracciones y emociones que no iba a saber gestionar.
Al limpiarse el culo con aquel basto papel, se subió los pantalones y salió allí con la barbilla muy alta. No los necesitaba, se sentía capacitado para entablar nuevas relaciones y que no dudaba que podían ser mejores. Personas que no les abandonase a la primera de cambio, gente que lo apoyaran y le siguiera. En un mundo digital, eso iba a ser fácil.
Estuvo toqueteando su móvil mientras esperaba en la barra una cerveza, buscó aplicaciones que le ayudasen a conocer desconocidos; Eterna amistad, radar, sharegram, onefri...Eran tantas las posibilidades. Y comenzó.
Veamos-Estaba haciéndose el listo con la cerveza en una mano y el móvil en en la otra, lo tenía apuntándole a su jeta preparado para sacarse una foto. FLASH. Como foto principal, una instantánea que dijese algo de él. Luego fue a la descripción, eso no iba a ser complicado. Se conocía perfectamente-Abierto a conocer a todo tipo de personas, soy sencillo de complacer si haces lo que yo quiero. Sé darte tu sitio, no seas tímido y háblame. Estoy abierto al sexo con heteros, no hay nada más puro para afianzar una amistad que una buena paja.
Ya había movido. Su perfil ya era público, ahora sólo debía de esperar.
Al volver a casa, justo cuando giraba en la esquina y visualizaba su casa a la mitad de la calle, su móvil comenzó a vibrar sin piedad. Una tras otra, las notificaciones se hacían presentes y eso fue dibujando una sonrisa en su cara. Chavales, chicas idiotas, señores con alguna que otra cana, parecían ir flechados hacia él. Optó por abrir la primera, justo arriba, que se trataba de un chaval de su edad y con poco carisma. Tenía los ojos hundidos, de sonrisa torcida y pelo castaño. A Scott le encantaba los feos, pensaba que eran personas que tenían algo más que aportar que alguien que fuese consciente de su atractivo.
-Hola -Le había escrito.
-¡Que tal!-Tecleó Scott.
-Un poco tirado, voy fumado-Escribió el feo-Me mola tu descripción, tienes sentido del humor.
-No me gustan las formalidades-Respondió Scott, que había caminado hasta el porche de casa y se había sentado en las escaleras-Ni decepcionar.
-Hahahaha! ¡Que tío! Por cierto, me llamo Yae.
-¡Flipa! ¿Eres judío? Mola, yo Scott y presbiteriano.
-Hahahaha! ¡Encantado Scott! ¿Te hace echarte el último porro antes de irte a dormir? Prometo que sólo tengo uno.
-Que acelerado que vas-A Scott le estaba resultando tan entretenido y sencillo hacer nuevos amigos que no lo pensó más de dos segundos-¡Me hace! ¿Dónde vives?
-Te mando la ubicación (Ubicación)
-¡Estás aquí al lado! En un rato estoy allí.
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Autopsia de un Abandono
Teen Fiction¿Es un psicopata una víctima de su pasado? ¿Qué lleva a un asesino a matar? ¿Cuál es el concepto de maldad? Vladik es un joven que decide iniciar una historia durante la primavera. La inspiración brilla por su ausencia y la historia que pretende c...