(☔). dva.

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Al igual que la lluvia, la personalidad no es siempre a gusto de todos ❞.

וווו×

¿Qué te hace pensar que soy simple?— Kuhle arqueó una ceja—. ¿También tú juzgas por el aroma, como todos los vampiros?— preguntó, tratando de encontrar la mirada contraria. Eso hacían ellos, juzgaban a una chica con su aroma: si su sangre era llamativa se le consideraba alguien interesante, si su sangre era muy común, se le consideraba simple.

No recibió respuesta por parte del chico. Notó como sólo se le quedaba observando de pies a cabeza.

Ruki miró el cabello rubio de Kuhle, bajando hasta su rostro: grandes ojos carmesíes tratando de encontrarlo en la poca luz, labios suavemente rosados y carnosos, facciones finas y de piel blanca que daba la impresión de ser como porcelana. Un relámpago cayó a fuera, haciendo que la chica se sobresaltara y deshiciera el puño que sostenía su maleta. Ruki observó que tenía La Mano de Fátima impregnada en la palma de la mano, y se aseguró que también estuviera en la otra.

Ya tenía una respuesta, la cual era justificable y de mal gusto.

Eres simple por el hecho de ser un recipiente para las almas perdidas— explicó él, apareciendo a su lado—, ¿o me equivoco?— preguntó, atento a la respuesta de la chica, esperando que no fuera a retarlo, negándose a su explicación. Kuhle miró a Ruki por encima del hombro, no le había parecido extraño que estuviera cerca en un abrir y cerrar de ojos, también pasó por alto el hecho de que estuviera tan cerca, pensó que simplemente aprovechaba sus habilidades no humanas.

Tienes toda la razón, pero no puedes saber si realmente el alma albergada estaba pérdida o no. Dejémoslo en una segunda oportunidad para ella, ¿sí?— delineó una breve línea curva con los labios. Le sonrió. A labios cerrados haciendo que el color rosado de sus labios se volviera poco más pálido. Tenía una pizca vaga, sin llegar a ser indiferente o cínica; por más que no contara con las características anteriores, Ruki frunció el ceño, no satisfecho con lo que le había respondido.

Qué atrevida— se quejó él—. Retar al amo que estará viendo por ti en tu estancia aquí— él dio un paso hacia ella, por reflejo Kuhle retrocedió, Ruki se aprovechó y avanzó más hasta que la espalda de la chica rubia topara con la pared limitante a la puerta de entrada.

Kuhle se sintió intimidada, pequeña cuando observó el brazo del chico recargado a un lado de su cabeza y débil cuando se confirmó a sí mismo que no podía retar de igual forma a los ojos azules del vampiro.

¿Cuál es tu nombre?— formuló la pregunta entre dientes, clavando la mirada en el libro que llevaba en su mano libre. Ignoró el hecho de que no lo haya mirado a los ojos, no le importó; sin embargo, quería estar seguro de que sólo ella podía poseer un color de ojos tan profundo como aquel carmesí lo era.

Ruki Mukami— respondió por fin—, dime el tuyo.

Kuhle. . . Kuhle Hwon— murmuró.

Bienvenida, ganado. Espero no seas una molestia— retiró su brazo y se alejó.

»  D R I Z Z L E. [ mukami ruki ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora