Their Girl. (Los Cuervos del Infierno MC #1)

Capítulo 22

Capítulo 22

Atena

Cuando llegamos a casa papá está sentado en la mecedora del porche fumando un puro que apaga inmediatamente me ve descender del auto. Pero se queda parado frunciendo el ceño cuando mira que Rax ha sido el que me abrió la puerta del auto. Le sonrió un poco a mi padre y me acerco a él junto a Rax.

-Señor -Rax saluda a mi padre extendiendo la mano esperando que mi padre la estreche, pero eso no sucede. Papá se limita a mirarlo con las aletas de la nariz moviéndose en muestra de su furia. -Vine hasta aquí para hablar con usted.

- ¿Qué mierda quieres hablar conmigo? Como golpeaste a mi hija en mi cara. -ahora papá luce más agitado y se lo que viene y comienzo a lamentarlo desde este momento. Pero no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Se ha estado cocinando por diez años. Demasiado tiempo y demasiados sentimientos que van a explotar en mi cara en este preciso momento y no hay persona que sea capaz de evitarlo. - ¿Quieres hablar de cómo mataste a mi hijo?

Doy una exclamación llevándome las manos a la boca y ya puedo sentir las lágrimas calientes en mis mejillas.

-Papi...

(...)

Esto se siente tan bien. El fuego de la casa del lago nos mantiene calientes en conjunto con las mantas que cubren nuestros cuerpos desnudos. Extiendo mis dedos permitiendo que nuestros dedos se entrelacen mientras estoy a costada boca abajo mirando lo hermoso que es. Rax está sobre su costado mostrando por completo su abdomen mancado y sus musculosos brazos tatuados.

-Me gustó mucho eso -susurro aún tímida después del increíble sexo apasionado que acabo de tener con mi novio. Él se inclina succionando la piel desnuda de mi hombro y puedo sentir la marca formándose, pero no podría importarme menos. Amo que me marque de cualquier manera posible.

De hecho, estamos aquí, así gracias a que está misma tarde más temprano me he tatuado el emblema de su club sobre el hombro.

-No puedo esperar para repetirlo -susurro inclinándose para basarme en los labios. Dejo caer la cabeza hacia atrás y dejo que su lengua saquee mi boca por completo. -Quiero que sepas que lo nuestro, lo que yo siento por ti va mucho más allá de esto.

Me coloco boca arriba sujetando la sabana contra mis pechos. No puedo creer que un hombre tan guapo de verdad esté interesado por mí de esta manera aun sabiendo lo que me ha pasado. Sabiendo quien. Soy una niña a su lado. Tengo dieciséis y el veinte podría estar con quien el quisiera. Es justo que me sienta insegura acerca que nosotros.

- ¿Qué es lo que sientes por mí? -le susurro colocando mis brazos extendidos sobre mi cabeza.

-Bueno, pues... cuando no estoy contigo muero por volver a verte. Cuando pienso en que algo malo puede estás pasándote me ciego de rabia y quiero correr a buscarte. -cierro los ojos con fuerza. -Me gusta muchísimo cuando sonríes y te ríes. Me encanta mirarte estudiando o hiendo cualquier maldita cosa. Te miro y no puedo creer que exista una persona más hermosa que tú. Me pongo duro por cualquier cosa que hagas. Incluso si solo respiras. Yo... creo que es amo. -se sienta de golpe las mantas deslizándose por su cuerpo y me miro con el rostro fruncido. Oh, no ¿se dio cuenta que no es cierto todo lo que acaba de decir? -Que mayor estupidez. Yo no creo esa mierda. Yo sé eso. yo, Raxen Mandón, malditamente te amo a ti, Lorna Randen, mi Atena. Mi Diosa.

Estiro mis brazos hasta enredarlos en la parte trasera de su cuello atrayendo su rostro hasta mí.

-Te amo, mi Raxen. Cuando estoy contigo no me falta nada y no deseo nada más que tu compañía. Eres mi salvador. Eres mi inspiración. Eres la razón que me impulsa todos los días. -juego con los rizos oscuros de la parte trasera de su nuca. -Eres el hombre más atractivo que he visto en mi vida. Cuando estoy contigo soy capaz de hacer cualquier cosa. Eres todo lo que quiero, lo que deseo y lo que necesito.