Their Girl. (Los Cuervos del Infierno MC #1)

Capítulo 12.

           

Capítulo 12

Marcos

No sé qué rayos hacer. La ambulancia se acaba de llevar a Atena, Rax acompañándola, después de que la encontré en medio del bosque desmayada.

Una pequeña mano toma mi antebrazo y desvió mi mirada de la ambulancia que desaparece en rumbo al hospital. Johanna me está mirando.

-Te ves a punto de vomitar o destrozar algo. ¿Cuál es el sentimiento correcto? –su mano soba mi brazo mientras dice esas palabras.

-Realmente no lo sé. ¿Cómo estaba ella?

Su mirada baja y ella parece destrozada.

-Ella fue brutalmente violada. No como con las otras chicas. Esta vez fue más rudo. Creo que debes llevarme al hospital.

Asiento comenzamos a caminar hacia el estacionamiento a por mi moto.

-No debes hacer ¿sabes? Estas libre, no es tu obligación –comento mientras le doy un casco y la observo ponérselo.

-Lo sé. Admito que aún los estoy conociendo y que Atena no es mi persona favorita en el club, pero todos son importantes para Bob. Lo are por él. -Asiento acomodándonos en la moto. –Ningún sentimiento está mal. –dice antes de que arranque. –Nunca está mal tener cualquier sentimiento.

Pero en vez de dar marca e ir en rumbo al hospital apago la moto y me recargo hacia atrás, sobre el pecho de Johanna.

-Es la primera vez que escucho eso en toda mi vida. Y lo agradezco. No sé cómo sentirme porque cuando conocí a  Atena me enamore ella. –sobo sus muslos de arriba abajo. –Pero creía que estaban mal mis sentimientos. Era la primera mujer que le importaba lo suficiente a mi mejor amigo. Lo saco de un lugar oscuro en el que estuvo por casi nueve años. Y yo solamente creía que mis sentimientos estaban mal. Amar a la primera mujer que me importaba en la vida. La mujer que me entendía como nadie cuando mi padre murió. Una de las más hermosas mujeres que había visto en mi vida. Y todo el mundo no paraba de decir lo mal que era sentirme como lo hacía. –sus manos van a mi pecho sobando lentamente. –Y lo supere. Y ahora la amo de manera fraternal, pero ahora mismo no sé cuál es la manera correcta de sentirme.

-La que tú quieras. –susurra en mi oído. –Dime cómo te sientes. No censures nada y no te avergüences de nada.

Respiro hondo y exhalo con lentitud.

-Estoy enojado, porque ella es parte de nuestra familia. ¿Cómo puede haber alguien tan enfermo? Estoy triste y todo lo que puedo pensar es en como Rax va a lidiar con algo así. Estoy avergonzado de sentirme mal por Rax. Somos hombres fuertes que no necesitan la lastima ni compasión de otros. Y... estoy... impactado. Jamás creí que algo así le pasaría a alguien tan cercano como lo es Atena. Todo el mundo sabe todo lo que Rax y los chico del club harían por ella. ¿Cómo se atrevieron a tocar a una de nuestras mujeres?

Ahora me recargo hacia delante en el manubrio de la moto. Con la cabeza gacha recargada en mis brazos cruzados. Las pequeñas y delicadas manos de Johanna soban de ida y vuelta mi espalda. Y recarga su barbilla entre mis omoplatos.

-Está bien. Es normal. Es una parte de tu familia y fue dañada. Tal vez ya no la ames como antes lo hacías, pero sigues apreciándola. Es la mujer de tu mejor amigo. Es miembro de la familia tan grande que ustedes mismo han formado.

Asiento.

Ella es la primera persona que me entiende desde que paso lo de Atena. Después de eso fui un traidor para la mayoría. Con el tiempo todos lo superamos, pero nadie dijo nada. Hasta ella que no me juzga. Que me dice que está bien sentirse como lo hago. Me dice que no hay ningún problema.