Capítulo 30

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Capítulo 30

Atena.

Llegar a casa se siente extrañamente reconfortante. Pero al mirar el rostro de Rax puedo ver que no es igual para él. Amo mi casa y amo tener a mis padres y a Rax conmigo, pero no quiero que esté aquí de manera forzada.

Subimos a mi habitación en silencio y me siento en el sofá junto a la cama.

-No quiero que estes aquí sin quererlo -le susurro cruzando mis piernas debajo de mí.

-Eres mía -me apunta acercándose. -Y estaré contigo donde sea que se necesite.

Me inclino tomando su rostro entre mis manos y los beso. Él se inclina mas cerca de mi rostro y se sienta junto a mí así que no puedo evitar inclinarme sobre él y sentarme sobre él a horcajadas. Sus manos recorren mi espalda hasta apretar mi trasero y acercarme más a su cuerpo y eso se siente tan bien. Mis brazos se aprietan al rededor de su cuello empujando mis pechos contra sus pectorales y mis labios están completamente húmedos por sus besos y me encanta. Su lengua esta por todos lados. Sus dientes me raspan y sus labios succionan de manera deliciosa. Dios, este hombre es increíble besando. El mejor.

-Creo que debemos parar. -me susurra aun en mis labios.

-No -gimoteo acercándome mas a él.

-Tu doctora prohibió cualquier tipo de sexo para ti, por lo tanto para mí también.

Me quejo bajándome de él y cruzando mis brazos en un puchero infantil.

Se inclina besando mi hombro, clavícula y cuello dejando un rastro húmedo detrás de sus labios.

-Recuerdas la primera vez que lo hicimos. -sus labios tan cerca de mi oreja me dan piel de gallina.

-Sí. -susurro en un jadeo.

(...)

Hace apenas cinco horas que vi a Rax y ya quiero volver a verlo. Él es el único que me hace sentir mejor después de un día duro en la escuela.

Incluso ahora acostada boca arriba en mi cama con nada más que mi ropa interior solo el pensamiento de él me hace sentir mejor.

El sonido de mi ventana siendo golpeada me sobresalta y corro viendo a través del cristal perfectamente limpio. Rax está ahí parado tan campante y casual como cualquier día de la semana cuando espera por mí a fuera del colegio.

-¿Estás loco? ¿Qué haces aquí? -susurro abriendo las puertas del balcón.

-Es viernes -entra pavoneándose al cuarto con las manos en los bolsillos de sus jeans -y la idea de tener que esperar todo el fin de semana estaba matándome.

Arrastra su pulgar por su labio inferior y puedo sentir el calor subir desde las plantas de mis pies hasta mis pechos y mi rostro. ¡Por, Dios! Estoy en ropa interior rosa pálido. El calor se vuelve más furioso en mi cuerpo y cuando doy la vuelta para huir él me abraza por la espalda recargando su barbilla en mi hombro.

-No puedes dejarme verte así y luego tratar de huir. Me muero -susurro.

-Espero que no. Tengo grandes planes para nosotros juntos y vivos. -me aprieta con más fuerza contra él y puedo sentir lo que definitivamente es una erección.

Me relaja en sus brazos y lo dejo dirigirme a mi cama king size haciendo la cuchara.

-Eres completamente sexy. -dice hundiendo su rostro en mi cabello. -¡Dios! Ya no quiero estar lejos de ti. Ya no quiero verte solo en tus almuerzos. Solo entre semana. Solo besos dulces e inocentes.

Their Girl. (Los Cuervos del Infierno MC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora