Capítulo 10.

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Capítulo 10.

Marcos.

Me detengo en el estacionamiento del hospital esperando pacientemente. Es media tarde y el clima es perfecto. Frío, pero sin tener la necesidad de usar un suéter.

Es viernes y le prometí a Johanna que vendría por ella para llevarla a la feria del condado que de hecho comienza hoy. La mayoría del club ya está allá, pero yo se lo prometí a ella y no me gusta mentir.

Justo cuando comienzo a fumar la veo salir por la puerta de cristal.

Esta vestida simple y sencilla como siempre. Lleva unos jeans azul cielo rotos y una blusa gris de tirantes y sus tenis negros. Su cabello largo y oscuro está en una coleta alta dejando completamente a la vista su cara. Es bastante bonita con esa increíble combinación entre su piel, sus ojos y su cabello. Es esa clase de belleza que ves en los catálogos de ropa ridículamente cara.

Aunque es evidente que su ropa no es muy costosa.

Y ella está sonriendo como siempre. Mostrando sus perfectos dientes blancos rodeados por sus carnosos labios en forma de corazón color rosa oscuro.

-Cumpliste. –dice asombrada acercándose con lentitud hacia mí.

Apago mi cigarro ya sabiendo que no le gusta que fume.

-¿Y tú bolsa? –le pregunto acomodándome en la moto y ella sube tras de mí.

-La deje en los casilleros del hospital.

Cuando siento que sus brazos me rodean arranco la moto conduciendo hasta la feria. Ahí ya todo está en marcha con los juegos encendidos con esas brillantes y molestas luces de colores. Los puestos de comida chatarra están llenos de gentes y hay una enorme fila para la rueda de la fortuna, la casa de los espejos y la cabina fotográfica.

Johanna toma mi mano jalándome hasta la montaña rusa. En el camino nos topamos a Bob que simplemente nos asiente caminando en dirección a donde están la mayoría de los chicos solteros del club.

Leo y Yuan camina riendo hasta la casa de los espejos y puedo ver a Ana, le hermana pequeña de Rax, caminando tímidamente con un chico de una edad muy cercana a la de ella.

-Siempre he amado las montañas rusas. –comenta Johanna cuando la fila avanza un poco.

-Yo no, pero tampoco las odio del todo. Simplemente están bien para mí.

-¿Qué amas entonces? –pregunta ella sonriéndome ansiosamente.

-Los coños.

Ella frunce el ceño perdiendo su sonrisa casi de inmediato. Se gira para mirar a otro lado, pero sonrío ante el hecho de que no suelta mi mano. Me inclino hacia ella recargando mi cabeza en su hombro y me giro de modo que mi boca está cerca de su oído.

-Apuesto que tu coño debe de ser muy bonito –le susurro deleitándome con el coloro rosa rojizo que inunda sus mejillas y partes de su cuello.

-Eres un cerdo –se queja mirándome, así quedando su cara muy cerca de la mía.

Sonrío ampliamente inclinándome más en su cara hasta que nuestras narices se tocan.

-Avancen. Es su turno –nos llama la atención el coordinador de la montaña rusa poniendo cara de irritación.

Johanna escoge el último asiento para dos personas. Se sienta del lado derecho dejándome del el lado cerca de todos los tubos y metales.

-Lo siento, no me gusta ese lado. –se disculpa. Me río negando con la cabeza. -¿Sabes algo? -Me limito a negar con la cabeza mirando su ceño fruncirse. – Estoy tratando de ser tu amiga y tú solo tratas de ser amable con la hermanita de tu amigo.

Their Girl. (Los Cuervos del Infierno MC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora