Capítulo 6

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Bajamos del vehículo. Sentí mis pies flaquear, caminaba tambaleante sobre mis tacones. Sophia me tomó del brazo.

-Tranquila, todo estará bien -dijo dándome una sonrisa.

-Estoy bien, sólo estoy un poco nerviosa -quizá sólo eran imaginaciones mías.

-Relájate, sólo disfruta -no quería arruinar su noche, mayormente acababa destruyendo todo. Hoy no sería la próxima. Asentí.

Entramos al enorme salón, estaba hermoso. Había decoración por todas partes, había una gran mesa llena de comida a un extremo del escenario. Sonaba una música movida y todos bailaban. ¡Dios! No imaginé cuán cantidad de personas iban a asistir, no podía ver muy bien, las personas eran en exceso. Mientras caminábamos todos nos observaban, no podía sentirme más nerviosa. No acababa de llegar y ya quería salir de allí. Nos acercamos a la barra y nos sentamos en unos pequeños bancos. A lo lejos vi a Javier, ¡Oh por Dios! Estaba para untarlo de Nutela y comérselo. Se veía tan sexy; llevaba una camisa blanca y un pantalón fino de tela negra. Estaba hablando con Austin. No podía apartar mis ojos de él, estaba jodidamente hermoso. Austin volteó a nuestra dirección, di un respingo y volteé asustada, Sophia le dio una sonrisa mientras él se acercaba a nosotras y dejaba a Javier detrás. No me moví, me quedé quieta, ya era tarde para salir corriendo. Cuando ya quise reaccionar ya estaba frente a nosotras. Me volteé rápidamente dándole la espalda a ambos, estaba nerviosa y sentía como si algo malo podría pasar.

-Hola, preciosa -escuche decir a Austin.

-Hola -respondió Sophia.

-¿Qué pasa? ¿Por qué tan sola? -preguntó.

-En realidad estoy con mi mejor amiga -anunció. Joder. Ya me sentía atrapada -Nathalia -dijo tocándome la espalda. Enseguida empecé a temblar. Sabía que Austin era como un imán para Javier. No duraría mucho tiempo en acercarse. Me di la vuelta temblorosa.

-Oh. Es hermosa -dijo dándome la mano. Me quedé mirándolo a los ojos. Unos ojos marrones intensos que sólo me recordaban a una sola persona, su mejor amigo. Me quedé en silencio y aún tenía su mano extendida. Sophia me hizo un ademán para que le diera la mano, pero no reaccioné. Me chocó con el hombro y enseguida le di mi mano.

-Gracias... -dije tímida. Bajé la mirada. Aún tenía el corazón a mil, nunca había interactuado con otras personas aparte de papá, mamá, algunos profesores y Sophia. Esto era totalmente nuevo para mí.

-No es muy conversadora, ¿Cierto? -preguntó a Sophia.

-Eh... Pues no mucho -contestó. Volteé hacia donde estaba javier y nos estaba mirando. ¡Mierda! Le dijo algo a uno de sus acompañantes y se dirigió hacía nosotros. Me sentí aún más asustada y nerviosa

-Vuelvo enseguida -dije mientras me alejaba de ellos. Comencé a sentirme mal. Sentí un poco de dolor de cabeza, no le dí importancia. De lo que me había librado hace segundos atrás era mi prioridad.
Ya un poco alejada de ellos y de la multitud, me pegué a una pared y recosté mi cabeza en la misma. Sentí un brazo rodear mi cintura. Enseguida empecé a respirar forzoso y una oleada de miedo se apoderó de mi cuerpo. Me di la vuelta lo más rápido que pude y un total extraño me sostenía por la cintura. Lo empujé y me sostuvo aún con más fuerza. Traté de soltarme de su agarre y lo manoteé para poder apartarme.

-¡Suélteme! -grité. Enseguida me soltó.

-Zorra difícil -contestó. ¿Qué? ¿Qué había sido todo eso? Lo miré con odio y respondí.

-Maldito enfermo -me alejé de él. Espero y no vuelva a molestar. Volví a donde se encontraba sophia y sólo Austin la acompañaba, al parecer Javier se había marchado a otro lugar de la fiesta. Me acerqué a ellos.

-¿Pasó algo? -preguntó mi mejor amiga. Negué con la cabeza, frunció el ceño. Me alejé un poco más de ellos. No quería correr riesgos y encontrarme a Javier, más conociendo a Sophia.

-Hola, hermosa -¡Diablos! ¿Qué pasa con estos chicos? ¿Acaso andan como un león tratando de cazar una presa? Sentí miedo y lo ignoré, no quería que tomara asiento y tratara de secuestrarme. Nunca se sabe -¿Eres muda o qué? -dijo al ver que no respondía -no importa, amenos eres preciosa -quiso acercarse más a mí. Me aparté un poco más. ¡Nunca! ¡Nunca en mi vida quisiera regresar a una fiesta! Estaba harta -Ya veo - dijo por último y se inclinó hacia mí. ¿Pensaba besarme? Que asco. Su mal olor a alcohol me revolvió el estómago. Reaccioné al instante y le di una patada y en zancadas volví hacia sophia. Quería salir de allí, ya no podía. Era demasiado para mí. La tomé del brazo y la llevé a un espacio donde no se encontraban tantas personas. Ella le indicó a Austin que no se marchara y la esperara. Ya enfrente a ella, pudo notar mi estado.

-¡Dios! ¿Qué pasó Nathalia? -preguntó asustada

-Quiero salir de aquí -las palabras no las podía articular con facilidad. Sentía que iba a sucederme otra crisis.

-Tranquila, por favor. No estás bien -dijo sosteniendo mi rostro para que la mirara. Mi respiración era forzosa y mi corazón latía muy rápido. Sentía que nada bueno pasaría si continuábamos allí -siéntate -dijo rodando un pequeño banco. Se sentó a mi lado y me abrazó. Nos quedamos varios minutos así. Pude normalizarme un poco. Sophia se separó y me miró a los ojos -¿Ya puedes contarme? -preguntó

-Estos chicos están desquiciados. Ya dos han querido abusar de mi -dije enojada -¿Todos son así, igual de maníacos?

-Entiendo Nathy, descuida. Es normal aquí, más si eres tan hermosa. Toma -buscó en su pequeño bolso y me entregó un pequeño frasco en forma de spray.

-¿Y esto? -fruncí el ceño.

-Para cualquiera que quiera abusar de ti. Ese frasco contiene un gas que puede sedar a cualquier persona que sea rociada. Sólo échalo en la cara de los estúpidos -sonreí.

-Gracias sophia -Nunca lo entré en el bolso ya que sería mas rápido tenerlo en mis manos y actuar. Llegó Austin cuando nos levantábamos del asiento, enseguida me alejé de ellos. ¿Acaso no nos iba a dejar en paz? Volví a la barra, me senté o no podía dejar de sentirme más asustada. Sólo estaba allí por Sophia, sólo lo hacía por ella. Sabía que venir a una fiesta no era buena idea. Dentro de donde servían los tragos había un reloj de pared. Las 12.05 pm. Las horas habían pasado rápido. Cada segundo se me hacía eterno. Pensé que ya era bastante tiempo y debíamos irnos. Iba a llamar a Sophia cuando recordé que mi teléfono lo había dejado en su monedero. Ella y sus típicos sermones de "yo hago las llamadas de emergencia" ¡Joder! ¿Y qué haría ahora? Me paré de mi asiento y decidí buscarla. Gracias a la multitud, me era más difícil encontrarla, me regresé al lugar donde la dejé por última vez y ya no estaba, estaba el primer hombre que quiso cruzarse conmigo. Me dirigí a la puerta disimulando. Me sentía nerviosa y asustada. Mis pies comenzaron a temblar, más después de ver al mismo pararse de su asiento y dirigirse hacia donde yo también lo hacía. Lo primero que llegó a mi mente fue; correr. Aún con mis tacones, corrí hacia la puerta. Sentí el impacto de mi cuerpo chocar con otro. Un calambre envolvió todo mi cuerpo y caí al suelo sentada.

-Oh, lo siento... Eh... No fue mi intención. De verdad -dijo esa voz, la cual se me era demasiado familiar. Alcé la mirada y me encontré con esos ojos verdes que me hacen vibrar el alma. Los latidos de mi corazón se aceleraron como nunca antes. El aire pasaba a mis pulmones con mucha dificultad. Se quedó unos segundos mirándome, sin tan sólo pudiera leer sus pensamientos en ese momento. Mi visión se tornó borrosa por unos segundos, mi sangre pareció dejar de circular por un momento. Los segundos más largos de mi vida apreciando a tan perfecta escultura que me traía colada totalmente. Javier quiso levantarme y me alejé asustada. Comencé a sudar y a temblar, creí que desmayaría en cualquier instante. -¿Te sucede algo? -preguntó. No respondí, sólo lo miré. Mi respiración cada vez se hacía más sonora. Se acercó más para levantarme de repente. Reaccioné al instante y le rocié el gas que me había entregado Sophia. Le calló en los ojos y soltó un gemido, se separó de mí y pude levantarme aunque aún mis pies temblaban. Javier calló al suelo inconsciente. Mi corazón se paralizó, ¿Qué diablos había hecho?

Desasociego. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora