Me volteé dándole la espalda a Javier, había aceptado salir a cenar con él y aunque no me sentía segura de haber cedido, quería intentarlo. Salimos de la pequeña casa y volvimos al auto. En el trascurso no lo miré, no le hablé, traté de ignorarlo ya que estaba nerviosa y un poco rara. Me llevó a mi casa y luego se marchó recordándome a la hora que pasará por mí.
Entré a casa y fui directo a la cocina a comer algo y luego ir a mi recámara. Tomé mi celular para llamar a Sophia e informarle lo de mi cena con Javier. Ella se emocionó más que yo al saberlo y dijo que estaba en camino a la tienda comprándome un hermoso vestido. No protesté y sólo le dije que la esperaría en mi casa.
Luego de unos largos minutos, Sophia viene a mi casa para enseñarme el vestido. Me lo pruebo mientras ella me observaba recostada en mi cama.
—Te queda perfecto—dice sonriendo—parezco tu madre cuando se trata de buscar lo que más hermoso te queda.
Me pareció un vestido cómodo y bonito. Su tela era suave, en algunos lugares traslúcida y de un largo prudente. Era azul cielo con detalles blancos.
Decidí usarlo y no dar lata a mi mejor amiga.
—Está perfecto—me da una sonrisa de boca cerrada.
—Gracias, ¿Qué haría sin tí?—hago un puchero para ser más dramática.
—Lo sé, soy fabulosa—dice mirando sus uñas. Suelto una carcajada y me volteo para ir al baño.
***
Ya vestida y maquillada a fuerzas por Sophia, escucho el timbre sonar. En el momento de percibir el sonido mi corazón comenzó a latir con fuerza y el nerviosismo me invadió. Sophia notó mi tensión y trató de tranquilizarme.
Joder, creí haber tenido todas mis emociones bajo control.
Bajo rápidamente y suspiro antes de abrir la puerta. Cuando mi mirada se posa sobre Javier, trato de controlar mis nervios mientras nos escaneamos mutuamente. Lleva puesto un pantalón negro de tela, camisa azul con sus mangas ligeramente dobladas hacia arriba y su cabello peinado hacia atrás.
Una sonrisa se forma en sus labios cuando nuestras miradas se encuentran. Salgo cerrando la puerta detrás de mi y lo saludo cordialmente.
—Estás hermosa—me sonrojo y sonrío.
—Igual—contesté.
Caminamos hacia su auto y antes de que trate de abrir la puerta del copiloto para invitarme a entrar, me adelanto. El hace lo mismo al volante y enseguida nos marchamos.
Mi celular repica en mis manos y noto que es un mensaje de Sophia.
"Mucha suerte, te quiero."
Sonrío y continúo mirando la carretera, gracias al cielo que mamá no pelearía por salir sin avisarle y menos decirle con quién, porque Sophia se encargaría de eso. Le dijo a su madre que dormiría en mi casa para así, entretener a mi mamá para que no me arme un alboroto.
Sin darme cuenta ya estaba el porche aparcado frente a un restaurante. Bajamos y nos dirigimos a una mesa reservada. Enseguida un mesero nos atiende y nos da el menú. Pedimos vino antes de pedir la cena y enseguida trae una botella.
—Gracias—dice Javier al mesero y posa su atención en mí. Su mirada me pone nerviosa y no encuentro un punto fijo para parecer tranquila. —¿Que haz pensado sobre continuar el tratamiento? —el rompe el silencio. Alzo mis hombros en forma de "Ni idea". —Puedo ayudarte ¿Recuerdas?
—Lo sé—contesto mirando la copa frente a él.
—Entonces, ¿Comenzamos mañana?—espera con ansias la respuesta y yo asiento.
—¿Te sientes cómoda estando aquí?—continúa preguntando y yo asiento nuevamente —¿Tienes novio?—bajo la mirada rápidamente. Era una pregunta muy incómoda para mí, a decir verdad él era el único chico que había logrado tratarme un poquito aunque no del todo, más de cerca.—oh, lo siento no tienes que responder. Olvida lo que acabé de decir—no respondí, debía saber la respuesta y también la razón. La tensión se sentía totalmente abrumadora y nunca antes me había sentido tan fuera de lugar. Noté que Javier tampoco sabía como tratar el momento y lo vi vacilar antes de hablar.
—Y... ¿Te gusta el pan?—preguntó para ayudar a conllevar el momento incómodo.
Una risa de foca epiléptica invade mi garganta.
De repente olvido con quién estoy en frente y reacciono poniendo mis manos sobre mi boca.
—Si-si-si, me gusta el pan—contesto avergonzada.
—Que risa más loca —contesta riendo— me gusta.
Las personas del restaurante se quedan observándonos como si estuviéramos siendo una molestia con nuestras risas.
En realidad si era una molestia.
Cuando las risas cesaron, la timidez me invadió nuevamente haciendo retroceder lo que ya iba avanzando. Di un sorbo a mi bebida y mire a mi alrededor, pase la mirada por la entrada y veo a una chica rubia y atractiva entrar.
Hilary.
Mi mirada se centró en ella y a donde se dirigía, venía hacia nosotros. Volteé para contemplar a Javier y el también tenia su atención en ella. Sentí mis emociones descender y aparté la mirada.
La amarillenta se detiene frente a nuestra mesa y saluda a Javier con un beso en la mejilla para luego escanearme con indiferencia.
—¿Y tu quién eres? —Cuestionó alzando una ceja.
Sentí rabia y un nudo se formo en mi garganta. No respondí a su pregunta, no era quien para hablarme de esa manera sin siquiera conocerme.
—Con que hasta sorda eres—prosiguió halando una de las sillas de una mesa que estaba cerca para, descaradamente sentarse a mi lado.—Te he hecho una pregunta—Javier la interrumpe.
—Es una paciente de mi padre—soltó. Mi mirada alternaba entre los dos.
—Pues claro, su mala educación me demostró que es subnormal—Perra.
—Hilary basta. No seas atrevida—El nudo en mi garganta iba aumentando impidiéndome respirar. Me sentí humillada e insignificante. Sentí las lagrimas asomarse y me levante de golpe. Javier se levanto conmigo pero con un ademán le indique que iría al baño. Y se aparto para dejarme pasar.
Ya en el mismo me derrumbe a llorar por la impotencia y rabia. Soy de esas personas que cuando algo no sale como lo esperaba o cuando esta muy enojado deja que las lagrimas salgan.
Tome mi celular y llame a un taxi, no seguiría viéndole la cara a esa creída y aunque sabia que Javier no tenia la culpa, no iba a arruinar más la noche diciendo que tenia que llevarme a casa. Podía hacerlo sola.
Salí del baño y seguido del restaurante sin que Javier lo notara y esperé el taxi para dirigirme a mi vivienda.
---------------------------------
Debo informarles que el capítulo anterior lo he editado y si ven alguna parte que leyeron y ahora no coincide es parte de la edición.Gracias a Ra_Li_15 por ser la primera en leer este capítulo. I love u♡
ESTÁS LEYENDO
Desasociego. [PAUSADA]
Novela JuvenilNathalia James es una chica de 17 años. Vive con miedos y trastornos que no la dejan avanzar, trata de pasar desapercibido por parecer la rara del Instituto. Aunque no quiere recibir ayuda, la insistencia de su mejor amiga logra cambiarla de parecer...