Capitulo 2

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Nos quedamos ahí, en mi cuarto. Hablando trivialidades mientras pasaban las horas. Sophia bajó a comer de lo que mamá había guardado, para luego irse. La pasé bien con ella. Hablamos de muchas cosas, entre ellas «Javier». Me gustaba desde hace varios años, pero él no lo sabía, nunca habíamos hablado. Nunca me notaba, quizá porque siempre me escondía, me daba miedo, miedo como era, como podía actuar si lo tenía en frente, ¿y si lo que hacía luego le daba una mala impresión de mi? Todo sería caso perdido. Preferiría seguir ocultándome como todo el tiempo lo había hecho. Así no tomaría riesgos. Sería mejor.
En ocasiones me lo había dicho a mi misma. Debía cambiar, pero era imposible, todo se salía de control, todo lo echaría a perder.

Cuando Sophia se marchó, me di una ducha y luego bajé a cenar. Mamá estaba sentada en la cocina. Pasé por su lado y tomé leche del refrigerador. Cuando iba a salir, me llamó.

—Nathalia

—¿Si? —dije dándome la vuelta

—¿Cómo te sientes? —Preguntó

—Estoy bien, ¿por qué preguntas? —dije frunciendo el ceño

—Es que no he notado el cambio en ti. siéntate —señaló el asiento en frente a ella con un ademán.

—Estoy normal, no hay nada que deba cambiar, mamá — dije al mismo tiempo que me sentaba.

—Si lo hay. Aún con tus problemas, sabiendo que los tienes, no quieres cambiar, ayúdate a ti misma, y deja que otros te ayudemos.

—No entiendo. ¿Por qué dicen lo mismo siempre? Me siento bien mamá, no te preocupes.

—No me parece. Después que tu padre falleció, estás peor cariño. Te extraño. —Mencionar a papá era algo muy delicado. Era como golpearme donde más me doliera, todavía lo extrañaba. Se marchó de repente, cuando más lo necesitaba. Mamá tenía razón, luego que murió ya no fui la misma, ya no teníamos la misma cercanía, se la pasaba en el trabajo. Papá y yo éramos más unidos, que me llevaran esa parte de mí era lo peor, era como si mi vida no tuviera sentido, incompleta sin esa persona que me hacía sonreír con tan sólo mirarme, quien me apoyaba o me decía que todo iba a estar bien. Que nunca se iría. Que me cuidaría.

—También te extraño. No te preocupes por mi. Estoy mejor que antes —dije bajando la mirada.

—Deja ayudarte. Hazlo por ti —dio una media sonrisa.

—Lo haré mamá, te lo prometo —me paré del asiento y la abracé. Tanto tiempo sin hacerlo que no recordaba el aroma a fresas que la caracterizaba. Me sentía un poco feliz, por ese momento —Te quiero — me dio un beso en la frente y contestó.

—Yo más

Subí a mi cuarto, me lave los dientes y me tiré en la cama. Encendí mi portátil. Entré a Facebook, en el buscador, puse su nombre "Javier Simpson". Tenía varias fotos subidas recientemente, entre ellas había una en la que Austin lo acompañaba, tenían un parecido, nunca había puesto tanta atención a su amigo, quizá porque sólo tenía ojos para Javier. Los dos, con cuerpos trabajados, debían tener mucho tiempo en ello para tener tan perfectos cuerpos. Austin al contrario de Javier tenía ojos marrones, un poco más bajo de estatura, pero aún así muy alto, cabello negro rizado y una linda sonrisa, a decir verdad, parecía buena persona.
Seguí observando. Encontré una foto de Javier junto a Hilary, en un tiempo fueron novios. Quizá todavía sentía algo por ella. Me sentí inútil. Era hermosa, no podía mentir. Era rubia, ojos verdes, gran cuerpo y atractiva. Todo lo contrario a mi. Me preguntaba si aún la seguía amando. Decidí no seguir atormentándome con tantas preguntas sin encontrar una respuesta y cerré mi ordenador. Decidida a dormir. Suena mi móvil. Contesto sin ver de quien se trata.

—Nathalia — dijo Sophia.

—¿Chica que pasa, no duermes. Eh? —dije seca.

—Adivina quién me habló... —dijo emocionada.

—¿Quién? —respondí.

—Adivina... —replicó.

—Ya dime tonta.

—Ay no seas aburrida.

—¡Oh por Dios! ¡¿Sophia quién te habló?! —dije fingiendo interés. Rió.

—Tan tararán...

—Ya dilo estúpida.

—¡Austin me habló! —gritó.

—¿Y?

—¿Por qué eres tan agua fiestas? —preguntó.

—¡Cuéntame! Y deja de hablar estupideces.

—Pues... Cuando salí de tu casa lo encontré en el camino. Estaba con javier y varias chicas. Hilary estaba con ellos. —Inmediatamente mencionó a Hilary. Mis dudas comenzaron a confirmarse. Todavía siguen juntos — me dijo que quería hablarme hace tiempo, pero no lo hacía por miedo a que lo rechace. Es tan bello. Javier tampoco está mal, eh, Para nada. Cuando llegué a casa me llamó y duramos un buen rato hablando. Enseguida te llamé.

—Estoy asombrada. Me alegro bastante — contesté emocionada.

—Ahora también podré hablarle de ti a javier.

—¡No! Por favor —Sentí miedo de  sólo pensarlo.

—¡Dios Nathalia! ¿Cuando dejarás de hacer eso? —bufó.

—Ya hablamos de esto. No insistas más. Entiende Sophia.

—Te entiendo, déjame ayudarte. ¿Acaso no confías en mi?

—Confío en ti. Sólo que tengo miedo. Por ahora no quiero.

—Bueno está bien. Hablamos luego, descansa.

—Cuídate Sophia

Me quedé tumbada en la cama, pensando en todo lo que pasó en los últimos días. Tratando de asimilar cada suceso. Duré varias horas tratando de dormir. Entre vueltas y vueltas en la cama, al fin quedé dormida.

Desasociego. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora