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Me levanté una hora antes de las clases y medio dormida fui a ducharme. No se sentía un solo ruido en toda la casa, sólo mis pisadas. Hoy Niall tenía libre y ya se había ido con Félicité, su nueva amiga y hermana de Louis, y mis padres se habían ido a trabajar así que estaría sola durante todo el día.
Puesto que hacía mucho calor, me puse un vestido, sin mangas, de vuelo, rojo con topos blancos y un cinturón negro. Hoy opté con una de mis famosas trenzas francesas que solía hacerme.
Me hice el desayuno yo, unos simples cereales con leche y cuatro galletas ya que no tenía mucha hambre.
Harry ya me esperaba en la puerta. Se había empeñado en acompañarme al instituto.
-Buenos días princesita- saludó Harry al ver que salía por la puerta.
-¿Y tú desde cuando me llamas princesita?- le pregunté asombrada.
-Desde ahora- respondió el chico con una gran sonrisa en sus labios.
-Está bien, creo que prefiero eso- le dije divertida.
Harry.
Mientras nos dirigíamos al instituto me quedé callado. No sabía qué decir. No sabía cómo enamorar a una chica. Soy un desastre. Lo único que me limité a hacer fue encender la radio y dejar que All You Need Is Love de The Beatles dominara la situación. Justamente esa canción, ¿no podía haber sido otra? Me preocupaba demasiado por lo que _____ pensara. Debía tranquilizarme.
Durante el descanso fui a buscar a Liam para que me ayudara.
-Liam... necesito que me ayudes. Estoy enamorado de _____ y soy un desastre conquistando, más bien, no sé hacerlo.
-Uh, ¿sabes que es una chica muy difícil?
-¡No! ¡No me había dado cuenta! ¿Enserio?- dije exageradamente con sarcasmo para que se notase ése.
-¡Vale, vale!- protestó el chico mientras se reía- pero aquí, el que sabe más de eso es Zayn. Sé que quizás no es muy sociable y tal pero es un buen tío.
-¿Sabes Liam? Nunca te había oído hablar así.
-Eso es porque no me conoces aún- afirmó Liam soltando una carcajada. Fruncí el ceño.
-Y... ¿dónde está Zayn?
-Pintando en el muro, aunque puedes hablar con él mediante tu prima.
-Mejor voy ahora que está solo.
Me acerqué a él e hice que Liam me esperase unos metros atrás.
-¿Zayn?- pregunté sin obtener respuesta. Estaba demasiado concentrado en lo que hacía- Zayn- dije esta vez más fuerte pero sin gritar. Zayn se volvió hacia mí y frunció el ceño.
-¿Qué quieres?- respondió secamente al fin.
-Que me ayudes- contesté con el mismo tono en que él me hablaba.
-¿Y por qué tengo que ayudarte? ¿En qué? Tan grave es que tienes que recurrir a mí...- más que grave era patético y desesperante no saber qué hacer para enamorarla.
-Necesito que me ayudes a enamorar- Zayn soltó una carcajada, ¿qué le hacía tanta gracia?- No te rías. Liam me dijo que tu podías aconsejarme cosas- de verdad que me sentía muy patético diciendo esas cosas, no sé que parecía. Nunca he sabido de un chico que haya necesitado un consejo de otro para seducir.
-Así que Liam te lo dijo... será capullo. Se supone que esto no debe de pasar. Aunque está bien. Te puedo ayudar pero quiero saber quién es la chica.
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-Así que te van las difíciles...- no pude evitar sonreír. Zayn decía las cosas con rudeza pero había momentos de cierta tranquilidad y travesura que sonaban divertidas. Parecía que todo el mundo supiese cómo era ______.
-Eso creo. Por cierto- me fijé en todos los dibujos que había dibujado en el muro- me encantan tus dibujos. Tu estilo es genial- terminé haciendo una mueca de aprovación.
-Gracias, pero eso no significa que me caigas mejor. Para mí siempre serás el chico nuevo- dijo el negro siguiendo con su trabajo. Ya volvía la rudeza en sus palabras. Sólo quería ser simpático.
-Y... ¿cuándo me diras lo que tengo que hacer?- me parecía absurda esta conversación.
-Mira, podemos hablarlo después de clases. Al fin y al cabo no soy un “matón” como vosotros pensáis- me sorprendió esa respuesta. Sentía que debía conocerlo más, que nadie sabía cómo era realmente y yo debía saberlo. Quizás no éramos tan diferentes.
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Al terminar las clases, Zayn y yo fuimos al parque. Nada más sentarnos ya empezó a hablar. Cuando se le daba cuerda no había quien le parara eh.
-No quiero que me hagas ninguna pregunta sobre mi vida. Sólo quiero que escuches lo que te diga- dijo controlador. Con cada palabra que decía sentía que no éramos diferentes, solo que él era más reservado.
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Busqué a Harry por toda la escuela, pero no lo encontraba. Había estado desaparecido y ahora que lo necesitaba no estaba. Quería preguntarle si podía llevarme a casa y quedarse conmigo para no estar sola pero me temo que hoy no podrá ser.
Lucy me encontró buscando a Harry en la biblioteca, que dudaba que estaba ahí pero por encontrarlo, corrió hacia mí dando saltitos y gritándo que tenía que decirme una cosa.
-¡_____! ¡_____!
-¿Qué pasa?- respondí a sus gritos hiciendo una mueca. Quizás Lu tubiera 17 años pero seguía siendo una niña.
-¡Liam me ha pedido si quiero ir con él al cine esta noche! Estoy muy nerviosa y necesito consejos de moda y de modales, dios, necesito tu ayuda _____- no pude evitar desternillarme. ¡Su locura me volvía loca a mi también!
-Está bien, está bien. Me alegro por ti- debo decir que ya pensaba que algun día pasaría esto, la forma en que se miran lo dice todo- y me alegra saber que puedo hacer algo esta tarde.
-¡Bien! Venga vamos, que sólo tenemos cuatro horas antes- puse los ojos en blanco, ¡sólo cuatro horas, dice!
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Después de cuatro horas en casa de mi amiga buscando qué ponerle y cómo peinarle, finalmente optamos con un vestido floral oscuro y unas manoletinas oscuras, con un poco de gloss y colorete y un moño alto de peinado. Lucy estaba radiante.
-Estás... impresionante.
-Muchas gracias _____. La verdad es que me siento muy bien llevando esto- dijo ella. Pude ver que se había sonrojado a pesar del colorete, noté también que estaba nerviosa.
-Tu tranquila. Te aseguro que no te va a pasar nada malo. Sé tu misma. A él no le gustan las chicas que quieren parecer más de lo que son. Pórtate bien, eh- añadí divertida.
-Está bien, tomo nota. Mañana te lo cuento todo.
Llevé a Lucy al cine y dejé que se marchara. Le vas a encantar, susurré.
