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Mi cumple. Hoy cumplía 17 años y no había visto a Harry en todo el día. Había pasado la mañana en Harrods, comprando con Lucy y había comido en un restaurante con Liam, Lucy y mi hermano. Eran las seis de la tarde cuando recibí un mensaje "Te recojo a las ocho, con amor, Harry". Nada más. No me había dicho ni por qué ni nada de eso. Me gustaba. Parecía mucho más bonito de esa manera. Así que empecé a arreglarme. Me puse una camiseta de manga corta, de un color rosa más clarito que salmón con un cuello collar de color blanco y una falda de vuelo del mismo color. Me peiné con una de mis trenzas francesas, como me conoció Harry y me puse gloss en los labios, acompañado por un poco de colorete y muy poco maquillaje en los ojos. Terminé justo a las ocho. Llamaron a la puerta.
-¿Sí?- dije abriendo la puerta. Un señor de mediana edad con un bigote exageradamente gracioso y forrado por un smokin negro se encontraba delante mío.
-Señorita Horan- respondió él, ofreciéndome su brazo- acompañame- yo lo agarré porque no sabía que pasaba. El hombre me llevó hasta una limusina negra y me abrió la puerta trasera de ella- Adelante- y eso hice. Entré dentro del vehículo y me acomodé en uno de los sofás hasta que levanté la vista. Y ahí estaba. Harry. Delante mío. El chico llevaba una camisa de botones desbrochada por los pechos, lo que dejaba sus pectorales al descubierto y eso lo hacía muy sexy. Harry se acercó a mí y se sentó a mi lado. Apoyé mi cabeza en su hombro y una aroma dulce me invadió.
-Me encanta- susurré.
-El regalo aún no ha sido entregado- respondió él. Me quedé asombrada. ¿Y ahora qué?
-¿Por qué lo haces? Es muy bonito todo lo que haces H, pero no debías haberte molestado.
-Te amo, _____, estás preciosa.-no debí haber dicho nada, pensé. Al final lo estropearía y no quería eso, así que lo mejor era callar y dejarme llevar, disfrutar por lo que mi chico tenía preparado para mí.
La limusina se paró pasados los 10 minutos ahí dentro. El hombre del bigote nos abrió la puerta y nos hizo una seña para que saliéramos. Harry me cogió de la mano ayudándome a salir. Delante de nosotros había la casa de Harry. El hombre nos dió las buenas noches y le respondimos diciendo lo mismo. En cuanto se fue la limusina, Harry me cogió en brazos y me llevó hasta dentro de su casa. Me llevó hasta la cocina donde ahí había unas velas aromáticas y fresas en un bol. Harry me dejó encima de la mesa donde había el bol. Me acercó una fresa fresca en los labios y la mordí. Buenísima. Harry me agarró las piernas.
-¿Querías que fuera especial? Lo será.
Y ahí empezó todo.
Me acerqué a Harry para besarle pero él se apartó dulcemente para mojarse los labios con el agua de la fresa que había mordido. En cuanto lo hizo, yo, rápidamente le pasé mi lengua por sus labios recogiendo cada gota de fresa y saboreándola. Ese zumo era mejor si estaba en sus labios. Él respondió a eso con un beso apasionado, donde poco a poco él iba introduciendo su lengua y hacía que nuestras lenguas se movieran idénticamente. Harry me agarró las nalgas, levantándome de la mesa, durante el beso y me llevó hasta su habitación. Terminada ya de pintar.
-Quería estrenar mi nueva habitación haciendo algo especial y pensé que estar contigo aquí sería la mejor manera de estrenarla- sonreí. Me gustaba la idea de estrenar su cuarto de esa manera. Nunca lo olvidaría.
Mientras Harry me besaba la boca y el cuello, yo le iba desabrochando la camisa hasta que finalmente se la quitó, e hicimos lo mismo con toda la ropa hasta quedarnos en ropa interior. El chico me acarició los pechos por encima del sujetador y fue dirigiendo sus manos a mi espalda, para desabrocharlo. Cuando lo hizo, empezó a tocarme los pechos desnudos y lamió mi cuello bajando por los pechos y llegando al borde de mis bragas, donde en esas él me las quitó con las manos y volvió a besar mi boca mientras, poco a poco, me introducía un dedo dentro de mí y lo metía y sacaba suavemente, como si se tratara de algo frágil y hermoso. Pasados segundos, Harry me metió dos dedos más a la vez y ésta vez iba un poco más rápido, moviéndolos en círculos hasta que metió el cuarto. Empezó a meter y sacar mucho más rápido, moviéndolos en círculos, haciendo que gimiera y que él también me acompañase con algún gemido. Y poco a poco, los fue sacando. Volvió a centrarse en mis labios. Ésta vez los besos eran fuertes y enérgicos y Harry me aportó una nueva sensación que aún no había experimentado de él. No pude resistirme más, estaba muy excitada y le quité los calzoncillos a mi chico. Y dejé que volviera controlarme. Harry pasó su miembro por encima del mío, sin penetrar. Eso me ponía a cien. Estaba tan caliente que como no me la metiera ya, me correría en cuestión de segundos. Y por fin lo hizo. Harry penetró y estuvo manteniendo un ritmo lento que me mataba durante minutos mientras me besaba. Pasados esos minutos Harry aceleró e hizo que gritara, cada vez más, mezclando gritos con gemidos, él grunía. Y me corrí. Ese momento con Harry había sido alucinante pero estaba exhausta y necesitabba dormir. Mi chicó se incorporó a mi lado y me susurró:
-Buenas noches _____. Te amo- y me besó en la mejilla.
-Y yo- le contesté acariciándole el pelo. Y me quedé dormida.
***
-¡Lu, Lu! Tengo un problema, ven ahora mismo a mi casa!
Ya había pasado una semana de mi cumple, el mejor de todos, pero tenía un problema referente a lo que hice con Harry. Lucy llegó en cuestión de sgundos.
-¿Recuerdas lo que te conté que hice con Harry la semana pasada?
-¿Recuerdas lo que te dije?- me respondió mi amiga con esta pregunta.
-Que tomara la píldora si no habíamos usado preservativo...
-¿Y la has tomado?
-Nope- respondí. Si algo que no quería sucediera, sería culpa mía, pero estaba segura que no me había pasado nada.
-¿Tienes el test de embarazo?- preguntó ella seria.
-Sí, ahora mismo lo hago.
-Tranquila, todo irá bien, ¿sí?- asentí con la cabeza como respuesta de sus ánimos. Pasaron los minutos y salí del baño, con el test finalizado.
-Lucy, tengo los resultados.