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"¡Riiiing riiiing!"
Abrí los ojos y vi mi profesora de historia delante mío, ¿me había dormido?
-Debemos dormir más en casa eh _____...- levanté la cabeza y vi que toda la clase se había volteado hacia mí. Ido soltó una carcajada y en un abrir y cerrar de ojos todos mis compañeros la imitaron. Me sentí débil y mareada. ¿Qué me pasaba?
-¡Callad!- ordenó la maestra. De golpe todo el mundó calló y empecé a marearme mucho más. La gente que me rodeaba lo notaba y pude oír algunos "¿Estás bien?" pero no tuve tiempo para contestar porque empecé a dormirme otra vez. Noté como daba vueltas bruscamente y un tornado de colores me engullía. Y en cuestión de segundos todo paró. Y volví a despertarme. Ésta vez me encontraba tumbada en el suelo blanco de una sala totalmente del mismo color que el suelo y totalmente iluminada por luces, luces que cegaban. Cuando me acostumbré a la potente luz, me levanté. Miré a mi alrededor y no había absolutamente nada, sólo pared y suelo, todo vacío. Pero entonces fue cuando lo vi. En una esquina del cuarto pude distingir una silueta encapuchada por un gran abrigo negro. ¿Qué era eso? Y en hacerme esa pregunta, la silueta caminó hacia mí. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, esa cosa me agarró por un brazo, no podía moverme, no podía correr y yo tenía mucho miedo. Miré a mis pies, estaban agarrados al suelo por una especie de esposas y no podía escapar. La criatura que me tenía agarrada se quitó la capucha y lo pude ver. Era Harry.
-Gracias a dios que eres tú, me tenías muerta de miedo- pero el no dió señal de estar escuchando, ni me contestó- ¿Harry?
Harry se acercó mi brazo hasta su nariz y empezó a oler. Bajó por mi cintura, mis piernas, volvió a la cabeza... lo olía todo. ¡¿Alguien me podía explicar qué estaba pasando?! Cuando terminó de olerme empezó a girar la cabeza muy violentamente, parecía poseído. Intenté gritar pero mi grito se ahogó. No podía explicar ni cómo pasó. Mientras intentaba luchar conmigo misma para que me saliera la voz, a Harry se le habían afilado los dientes, todos y una sangre negra le llenaba la boca. Esos preciosos ojos verdes se volvieron negros y su pelo se oscureció más. Y me mordió. Me mordió en el brazo, dejándolo totalmente paralizado y empezó a salir un líquido transparente y denso que me provocó una arcada. Ya podía gritar y lo hice. Entonces, esa bestia parecida a Harry volvió a morderme, esta vez en la mejilla y me dolió. Muchísimo. Grité aún más. Mi mejilla empezó a sangrar e intenté tocármela pero en vez de tocar eso, toqué el hueso de mi mandíbula, me había arrancado la piel ese monstruo. Grité otra vez pero nadie me oía. Harry me rompió de un golpe la mandíbula.
-¡AAAAAAAAH!
-¿______? ¿Estás bien? Te has levantado de golpe, gritando- me giré hacia Harry, que estaba sentado en mi lado en la cama, con los ojos entreabiertos pero su rostro parecía preocupado. Empecé a llorar- ¿Una pesadilla?- asentí con la cabeza- ven aquí- dijo Harry, y me acomodé en sus brazos- no volveremos a mirar películas de terror, ¿vale?
-Gracias Harry- el chico sonrió e hizo que yo esbozara una sonrisa también- Te amo.
-Y yo a ti.
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Lleguéa clase y me senté al lado de Louis, como siempre. Desde que empecé a salir con Harry, ya no hablaba tanto con él como lo hacía antes pero yo lo seguía queriendo como antes.
-Hola _____- me saludó Lou.
-¡Hey! ¿Cómo estás?
-Bien, gracias ¿y tú? Estás un poco pálida, ¿te encuentras bien?- la verdad es que no estaba realmente bien. Tenía la mirada fijada en Harry y recordaba la pesadilla. Era escalofriante. A pesar de eso respondí que estaba bien.
-Sí sí, no te preocupes, solo que hoy he tenido una pesadilla y la he recordado.
-Oh... bien, bueno espero que estés bien- y me hizo un besó en la mejilla. Harry lo vió y no sería estraño que luego le preguntara porque había hecho eso, no se llevaban muy bien que digamos- yo siempre estaré aaquí para lo que quieras, preciosa- yo también lo esperaba. No quería que ese maldito sueño afectara a mi relación con Harry y eso no dejaría que ocurriera, por supuesto que no. Pero si continuaba recordando eso... debería hacer algo.
Al terminar la clase, Harry se acercó a mí y me dijo que debíamos irnos. Ya estaba celoso. Pobre. Aunque me gustaba cuando se ponía celoso, eso significaba que realmente me quería. Cuando estuvimos fuera de la escuela empezó a hablarme.
-¿No le has dicho nada a Louis?
-¡Pero si no me has dejado despedirme!
-Digo cuando te ha besado- dijo Harry poniendo los ojos en blanco- tu eres mía.
-Tranquilo, Hazza- abrió los ojos, nunca le llamaba así y él sabía que no me gustaba llamarle así pero respondí a su expresión alzando los hombros- no pasa nada, sé que soy tuya, no dejaré que me haga nada que no quieras, ¿vale?- asintió con la cabeza- bien, y, ¿sabes que me encanta cuando te pones celoso?- Harry se rió y lo abracé- venga, hasta mañana- me despedí al llegar delante de mi casa. Le hice un beso mojado en los labios y el respondió al gesto inesperado rodeando sus manos en mi cintura y metiendo la lengua en ese beso que ya había evolucionado.
-Hasta mañana, guapa.
Liam.
-¿Te encuentras mejor, mi amor?
-Sí, muchas gracias cariño. Tu madre hace una sopa deliciosa. Debería ponerme enferma a menudo para poder comerla- sonreí.
-Quizás, pero yo quiero que estés bien- esta vez fue ella quien sonrió.
-Gracias Liam. Gracias por cuidarme, por estar conmigo y por no haber ido a clase. Te amo demasiado.
-Lucy... mi amor... no las des, lo debo hacer. Deebes reconocer que en realidad lo debo hacer porque sino no tendrías esta sopa tan rica...
-Uhm... es verdad- esa chica era adorable. ¿Cómo podía haber alguien como ella en el mundo? Demasiada perfección.