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El despertador. Noté que me rodeaban unos brazos fuertes y suaves. Giré la cabeza para saludar.
-Buenos días Harry- Harry respondió con un gemido y me besó en los labios. Seguía con los ojos cerrados. Llevábamos tres meses juntos y aún no nos habíamos acostado. Nuestra relación no había cambiado nada y seguíamos siendo una pareja especial. Estos últimos meses Ido no nos había molestado porque se había ido dos meses a Amsterdam y saber que ella estaba lejos de nosotros me alegraba. Su presencia siempre me había resultado incómoda aunque no lo mostrara.
Fui a ponerme una sudadera. Me levanté de la cama de Harry con apenas fuerzas. Hoy había dormido en casa de mi chico porque ayer celebramos el cumpleaños de su hermana y no quería estar sola en casa ya que Niall se había ido con Louis.
En cuando abrí la puerta Harry se levantó de golpe.
-¿Te vas?- preguntó él medio dormido y con cierta preocupación.
-No, tranquilo, no me voy- dije yo entre risitas. Suspiró.
Salí por fin de esa horrenda habitación que lo único que merecía de ella era Harry y el olor a él.
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-Espero que acaben ya tu cuarto. No soporto esa habitación- dije en cuanto Harry salió de la ducha.
-Lo sé, pero estando contigo todo es perfecto.
Lo miré a los ojos. Sus ojos expresaban felicidad y cierta adorabilidad que hacía que quisiera apoderarme de él. Luegó me fijé en su pelo más oscuro de lo normal por el hecho de estar mojado y liso. Lo agarré por los hombros y lo abracé. Me hice un hueco entre su cuella y su pecho y ahí me quedé. Los dos de pié. Y no me importara que me mojara porque no tenía intención de separarme. Lo quería a él, sólo a él.
-Te amo- susurré. Harry sonrió y no dijo nada. Su sonrisa lo decía todo. No hacían falta palabras para demostrar nuestro amor. Miré la hora. 07:30am. Dios, no. Me aparté de Harry y el se asustó. Más o menos.
-Harry, idiota, ¡qué son las siete y media!
-¡¿Por qué me llamas idiota?!
-Lo siento, lo siento pero vamos a llegar tarde- dije mucho más calmada.
-Dios mío cariño, estás loca, ya llegaremos bien...
Niall.
Me encontraba tumbado en el suelo cuando oí a alguien a alguien gritar. Me levanté de golpe.
-¡¿Qué pasa?!
-Ay una araña...- dijo Félicité sollozando.
-¿Tienes fobia a ellas?- asintió con la cabeza- tranquila bonita, ven aquí- y se acomodó entre mis brazos. No recordaba mucho de lo que pasó la noche anterior pero me dolía la cabeza. Resaca. Y entonces vi a Louis bajar por las escaleras, balanceándose. Me alejé de su hermana.
-¿Estás bien Lou?
-Sí, sí tranquilo. Sólo que estoy un poco mareado- miró a la chica que se había puesto pálida- ¿Y a ella que le ha pasado?
-Una araña.
-Claro. Venga, Fizzy, no pasa nada. Mira- dijo Louis cogiendo la araña con un papel y atrapándola con un vaso. Se acercó a ella- no hace nada, ¿ves?
-Louis... por favor- susurró Félicité asustada y demasiado blanca- me encuentro mal- añadió caminando de espaldas, buscando un lugar donde apoyarse- aleja eso de mí.
-¿Qué no ves que no pasa nada?- dijo él con media sonrisa. ¿Qué hacía? ¡Tenía que parar! ¡Su hermana se desmayaría!
-¡Louis! ¡Para! ¡Se desmayará!- grité. Y de seguida fui a sujetar a Fizzy. Cayó en mis brazos.
-Dios... lo siento, no sabía que su fobia era así.
-Louis, por favor, traéme un vaso de agua. Fría- el chico me obedeció sin decir nada y me lo trajo. Realmente yo no sabía que debía hacer y tampoco por qué había pedido el vaso así que hice lo primero que se me pasó por la cabeza. Le tiré el vaso de agua en la cara de Félicité.
-Pero... ¡¿Qué coño haces?!- gritó Louis.
-Cállate, no lo sé. Pero no eres el mejor para cuestionar lo que hago, déjame- se asustó y suspiré- Bien, lo siento, no pretenia ser así de agresivo. Ayúdame a llevarla al sofá- y entre los dos la levantamos. Esperamos sentados en el suelo, cerca del sofá.
-¿Se va a poner bien?- preguntó espantado.
-Claro Lou, sólo es un desmayo, no se va a morir.
-Me alegra oír eso.
-Eh, Louis- dije en un tono más alto mientras me incorporaba girándome totalmente hacia su dirección- No ha pasado nada, es un desmayo, eso no mata, no hay porque estar asustado, de aquí a unos minutos despertará, tranquilo, no seas así venga, hombre.
-Lo siento... es que es mi hermana y me preocupa que le pase algo. Mi madre me matará.
-¿Dónde está?
-Ayer se fue a visitar a una amiga en Manchester, mañana vuelve.
-¿Y Charlotte y las mellizas?
-Lottie estudiando en España y las mellizas deberían llegar pasada una hora, han dormido en casa de una amiga.
-Pues... ya que regresaran de aquí a una hora mejor que limpiemos esto, ¿no?- Louis observó el suelo con algunos vasos de plástico, una botella de algo que tomamos ayer vacía y una lámpara rota.
-La lámpara...
-Lo sé...
-Bueno, les diré que sin querer le he dado un golpe- dijo Louis divertido. Sonreí.
-¿Te sacrificarías?
-Por tal de que no sepan que los tres hemos bebido... lo que sea- respondió riendo.
Recogimos y limpiamos la sala de estar de mi amigo y cuando terminamos Félicité se despertó.
-Oh, gracias a dios- dijo Lou.
-¿Y la araña?
-Ya no está tranquila- le dije.
-Gracias Niall.
-De nada- y le regalé un sonrisa. Y en ese instante me llamó _____.
-¿Qué pasa?
-¿Nos puedes llevar a clase? A Harry le han quitado el coche sus padres.
-¿Por qué, qué ha pasado?
-Ha roto un lámpara- Louis lo oyó e hizo una mueca, no pude evitar reírme.
-Está bien, ahora vengo a por vosotros.
-Bien, gracias- ahora hablaba Harry- y no tardes que sinó tu hermana se pone histérica porque no quiere llegar tarde.
-Está bien- respondí entre risas.
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