Capitulo 1: ¿Es ella?

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Estaban en una tienda que desde fuera parecía una torre pequeña, tenía tres pisos y su estructura se veía estrecha. El elfo entró haciendo sonar una campanilla, siguiéndole los pasos estaba su esposa, que aún no aceptaba el engaño para contraer matrimonio. Después de todo apenas habían pasado unos días.

Apenas serraron la puerta, se escucharon unos pasos que se dirigían casi trotando hasta el lugar donde se encontraban rodeados de artilugios que para la chica no tenían un uso concreto. Apareció frente a ellos una mujer muy guapa, de ojos azul claro y cabello rosa pastel. Era una elfa igual que Ezarel, y al ver al elfo sus ojos se iluminaron como si fuera lo más fantástico del mundo.

-¡Ezy!- se abalanzó sobre él abrazándolo, Ezarel se puso tenso y dio un suspiro cansado que ella solo ignoró-¿Dónde has estado?- Le preguntó con voz chillona, restregando su mejilla en la de él.

Gardienne solo estaba sorprendida por aquella muestra de afecto, en especial porque Ezarel no la estaba apartando, cosa muy extraña en él por supuesto. Pero la mujer no dio lugar a protestas, solo continuó con lo suyo, bombardeándolo en preguntas.

-¿Por qué no me avisaste que vendrías?- se separó para verlo a la cara haciendo un puchero, a lo que él solo ponía los ojos en blanco.- Además, desde hace meses que no me escribes.- Volvió a abrazarlo.- ¿Y cuándo te cortarás el cabello?- dijo frunciendo el ceño mientras le jalaba la cola que siempre traía.

El elfo gruñía de cada palabra que escuchaba de la extrovertida mujer, pero ante el jalón que le dio no hizo más que dar un grito y terminó por apartarla. Gardienne al verlo solo se tapó la boca para esconder su riza. Cosa que solo hizo que la atención de la elfa se enfocara en ella.

-Ez, ¿Quién es ella?- preguntó con los ojos fijos en la joven mientras le sonreía.

El peli azul miro de reojo a la ojivioleta, como si en realidad no quisiera verla, pero en realidad

-Es mi esposa.- al decirlo un ligero sonrojo se hizo aparecer en sus mejillas sin que nadie lo viera.

Los ojos de la peli rosa se iluminaron y sonrió ampliamente. De un salto hizo a un lado al elfo y se paró frente a Gardienne.

-No me digas...- dijo en tono emocionado y alegre mientras juntaba sus manos frente a su pecho.- ¿Tu eres Gardienne?- dijo dando saltitos de alegría.

La chica se sorprendió de que supiera quien era y de que se emocionara tanto, en especial porque al parecer Ezarel no quería hablar mucho con ella, lo que le indicaba que no tenían demasiada comunicación. Eso o estaba molesto.

La elfa estaba esperando su respuesta con entusiasmo.

-Ah... eh... sí, soy yo.- dijo algo dudosa al fin.

Ante esto, solo comenzó a gritar de alegría y la abrazó largamente casi quitándole el aire. La chica por su parte solo atinó a reír nerviosa mientras en su cabeza confundida no entendía lo que pasaba con esa mujer.

-¡No puedo creerlo!- decía mientras apretaba más a la chica.- ¡Cómo es posible! ¡Qué felicidad!- y comenzó a restregar el cabello de la chica.

-Lilya, ya déjala.- le dijo Ezarel algo serio. La mujer lo miró.

-Está bien, me comportaré.- se alejó de ella pero antes de separarse, la tomó de las manos mirándola con ilusión a la cara, cosa que solo hizo que la chica se pusiera un poco más nerviosa.- Solo déjame agradecerte... por haber aceptado casarte con este elfo gruñón.

-¿Q-qué?- la chica ya comenzava a querer su espacio, trato de retroceder. Por otro lado sintió el impulso de aclararle que ella no tuvo opción.

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