Capitulo 10: Único

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Aviso: este cap contiene matices sexuales (según yo) aun que no hay nada explícito; si no te gusta este tipo de contenido, puedes esperar  al siguiente cap, ya que no te pierdes de mucho al no leer este.

para quienes quieran un lemon, les aviso que esto no es un lemon (al menos no creo que lo sea), bueno ustedes juzgaran, no es la gran cosa, pero lo hice con mucho esmero. 

Sentía que algo la aplastaba o más bien la sujetaba. No veía nada, sus ojos estaban serrados, sentía algo de frio en los hombros. Abrió finalmente los ojos buscando algo de luz para lograr ver. Estaba en la habitación que compartía con su esposo, se sentía muy tranquila pero sabía que tenía algo que hacer, cada vez que dormía aparecía la imagen de Destiny, como si quisiera recordarle su misión.

Miró hacia un lado, donde estaba su esposo, sujetándola como si fuera un niño aferrándose a una manta. Lo vio dormir tranquilo unos minutos, aunque no podía ver mucho. Se separó de su agarre, sin hacer ruido y se sentó en la cama, poniendo la punta de sus pies sobre la pequeña alfombra que estaba en el piso.

Dio un suspiro, tratando de reunir los recuerdos de cuando estuvo secuestrada, había algunas cosas que no podía recordar bien, principalmente no estaba segura de cómo había llegado ahí, y se angustió mucho durante el tiempo en que estuvo sola esperando a que alguien la ayudara, que suerte tubo de que Ezarel apareciera en el momento justo. No dejaba de traer más y más ideas a su mente, en especial pensando en qué tendría que hacer para poder llegar hasta el templo de Artemis. En su sueño ella parecía una mujer muy dura, incluso más que Miiko, aunque ciertamente la kitsune era muy compasiva, algunas veces demasiado a su parecer.

Por otro lado, ella sabía que quería ir por aquello que su bisabuela le tenía encargado. Ella no quería ser una carga para su esposo, sabía que él podía renunciar a la inmortalidad si quería, pero tenía que luchar para que eso no fuera así, en especial porque existía la posibilidad de ambos estuvieran en igualdad de condiciones.

De repente, sintió que el elfo se movía detrás de ella, y un segundo después sintió su respiración hacerle cosquillas en su espalda, seguida de un beso profundo y húmedo, que se posó a la mitad de su espalda descubierta. Sintió que su estómago se revolvía ante el tacto y dio un suspiro que terminó por convertirse en gemido. Un escalofrío le recorrió toda la espalda mientras los besos subían lentamente por su espalda, mientras la mano de su esposo le acariciaba el vientre.

-Deja de pensar tanto, no me dejas dormir.- susurró el elfo contra la piel húmeda de la chica, volviendo a besar su piel descubierta.

Gardienne serró los ojos, sentía sus mejillas calientes mientras los besos llegaban hasta su cuello. Su cuerpo entero había estado temblando todo ese tiempo ante cada rose que le dio Ezarel. Al llegar a sus hombros, se detuvo y la abrazó escondiendo su rostro en el cuello de la chica.

-Te extrañé... -dijo en voz baja, esperando que ella no lo escuchara realmente.

Se sorprendió al escucharlo decir eso, en especial porque su voz se escuchaba algo angustiado, como si estuviera recordando lo que pasó. La chica se puso de pie y se puso de pie frente a él, poniendo una de sus rodillas entre las piernas del elfo para poder acercarse más.

-No te preocupes más por eso.- dijo la oji violeta con voz suave, mientras se inclinaba un poco y lo tomaba gentilmente de los hombros. – Estoy bien.- sonrió de tal forma que al elfo le dio la impresión de que estaba brillando.

La abrazó de la cintura y apoyó su frente en el vientre de la chica, recordando que Dumah y el degenerado aquel, la habían tocado. "Ninguno te tocará de nuevo" pensó abrazándola un poco más fuerte, y deslizando una de sus manos hasta sus caderas.

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