Capitulo 16: Prueba

271 56 21
                                    

Lean hasta el final, por favor <3

El elfo se había ido esa mañana. Sin hacer ninguna ceremonia, ni una extensa conversación, se despidió de Artemis. Se veía en sus ojos que una chispa se había perdido. La diosa rogó internamente, que él llegara pronto con los suyos, bien sabía que los elfos pueden morir de tristeza.

Ya en la noche. La peli blanca se encontraba sentada en la fuente, donde conoció a los dos chicos. Se veía casi estupefacta viendo el reflejo del cielo en el agua.

-Mi señora.- una de sus hijas le habló.

-Berenice.- la vio con solemnidad.

-Su baño ya está preparado.- ella asintió, y en vista de que su líder no se movió, se atrevió a hacer una pregunta.- Mi señora, dígame ¿Por qué dejó que él se fuera?

Artemis sabía de quien hablaba.

-Porque no sabemos si Gardienne logrará pasar las pruebas o no.- se puso de pie con serenidad.

-Pero, si desapareció quiere decir que Zeus... -comenzó a decir algo ansiosa.- Digo, su padre... -Se corrigió, negando con la cabeza.- Él la dejó entrar... ¿No es así?

El gesto de su hija, era de preocupación y ansiedad. Ella siempre se preocupaba demasiado por todos, al punto de estresarse y andar corriendo desesperada por todos lados, como si se le fuera la vida.

-Así es.- suspiró- Pero aun así no nos garantiza nada.- miró hacia el cielo, fijándose en una estrella en concreto.- No podría prometerle que ella volverá.

Berenice se fijó en el semblante nostálgico de Artemis y cambió un poco el tema.

-Recuerdo lo feliz que era usted con él.- Miró también las estrellas de Orión.

-Al menos puedo verlo desde aquí.- dijo sonriendo tiernamente, sin quitar la vista del cielo.     



Escuchó el sonido del mar. Su cuerpo se encontraba boca abajo sobre la arena, estaba despertando. Se escuchaba un estrepito lejano, como si algo se estuviera derrumbando. Levantó la cabeza asustada, buscando el origen de aquel sonido. La cabeza le dio vueltas al encontrarse enfrentada a un mar imponente, donde rompían olas contra las rocas, el cielo parecía estar moviéndose y se encontró con tres lunas de distinto tamaño.

Se puso de pie rápidamente, el viento la golpeaba con fuerza, a lo lejos se acercaba una tormenta, y desde aquella lejanía nació un rayo color rojo escarlata que calló justo en frente de ella, empujándola varios metros atrás.

-Levántate- escuchó la voz potente de un hombre.

Se puso de pie, esperando recibir el ataque. Pero este, solo la miró.

-¿Quién eres tú?- preguntó Gardienne sin titubear.

Mientras tanto se fijó en su aspecto. Su piel era azul índigo y su cabello color negro, al igual que la totalidad de sus ojos. Su espalda era ancha y su cuerpo completo era prominente, podría medir fácilmente 2 metros. Iba con el torso descubierto, y en el pecho llevaba el tatuaje de una estrella plateada.

-Soy Thorn.- dijo acercándose a ella con benevolencia.- Yo te llevaré a tu siguiente prueba.

Ella frunció el ceño ¿Era necesario todo eso?

-No eres la única en pensar eso.- dijo él en voz alta.- Todos los que vienen aquí tienen sus propias misiones, muy pocos salen de esto una vez que empieza.

Ella lo vio con sorpresa ¿Y si ella resultaba ser una de esas?

-¿Qué ocurre con los que no salen?- preguntó casi con urgencia.

-Vagan en el espacio como estrellas dormidas.- dijo con voz neutral. Se escuchó otro rayo, que calló en el mar.- Vamos a empezar ya... -se dio media vuelta, caminando hacia el mar.

Ella lo siguió decidida. No perdería su oportunidad para salir de ahí. De repente, Thorn se detuvo y la miró por sobre su hombro sin darse la vuelta.

-Por cierto, yo solo soy un guía.- le sonrió de soslayo.

Ella lo vio con suspicacia, entonces lo vio dar un gran salto y pararse sobre una de las rocas que estaban en el mar. Esta comenzó a tornarse de color blanco, como si se convirtiera en una braza.

Sintió que eso no era nada bueno. Y ante la intuición, sintió que la tierra bajo sus pies tembló, y como si esto fuera un grito de partida, comenzó a correr a toda velocidad en dirección a aquélla roca. Sintió como la energía subía desde sus pies, hasta su estómago y dio un salto tan potente que dejó un agujero en la arena. Así, llegó hasta la roca que parecía estar desmoronándose, y al poner sus manos sobre ella, esta se recompuso e incluso tomó un ligero brillo. Sin dejar que la sorpresa la detuviera, miró a Thorn que le llevaba cinco rocas de delantera, y la miraba desde su lugar.

Aunque no podía ver bien su rostro, podía percibir una leve sonrisa socarrona de parte de él. Ella lo miró con decisión y entonces lo entendió, tendría que perseguirlo.

-Tú no eres un guía.




"Ezarel estaba parado frente a una fuente, era de noche, todo a su alrededor era indivisible para él, se encontraba cabizbajo viendo el reflejo de las tres lunas que es estaba acomodándo en el cielo para reflejarse en el agua. Al estar todas juntas, el agua de la fuente comenzó a girar como un remolino. Mientras él, impávido solo se dedicaba a observar. Imágenes algo borrosas aparecieron, las cuales no tomó en cuenta, hasta que escuchó su nombre. Miró atento a la fuente, alguien ahí lo había llamado.

Se sorprendió al ver a su esposa, saltando ávidamente por un terreno que no alcanzaba a determinar, ella decía el nombre del elfo en ocasiones. Sus ojos desprendían un coraje que nunca le había conocido. Ella estaba luchando ante todo. Tenía deseos de entrar en la fuente y ayudarla, pero cuando tuvo la impetuosa reacción de arrodillarse para poner sus manos en el agua, las imágenes se borraron y las lunas desaparecieron."    

Despertó de golpe, viendo el techo. Contuvo la respiración unos segundos y soltó un suspiro.

-¿Estas bien, hijo?- Lilya se acercó a él preocupada.

Ezarel había llegado hace unas horas, explicando lo que pasó con su esposa, se notaba que no había dormido desde hace días y apenas probó alimento. En ese momento, él se encontraba recostado en el sofá de la sala, era de noche y la única luz presente era el fuego de la chimenea.

-¿Ez?- insistió ella, al ver que él parecía ensimismado en algo.

Él asintió. No recordaba bien qué había soñado, pero algo le decía que por ahora ella estaba bien.

-Me iré a la cama.- dijo sentándose.

Lilya guardó silencio, sonriendo para sí misma. Esperaba que Gardienne volviera pronto, antes de que el peli azul perdiera la esperanza por completo, de ser así, ni su inmortalidad lo podría salvar. 

Hola :D 

Es muy pronto para que vuelva a actualizar? Les gusta cómo va la historia? creen que debería ganarme la vida escribiendo fanfic? xD

 bueno voy al grano, les parece si me dan 30 estrellas para subir el próximo cap? siempre y cuando les guste como va la historia :)

solo quería preguntarles eso .-. me iré a escribir el siguiente cap :B 

se me cuidan y nos leemos pronto <3 

PD: si encuentran alguna falta de ortografía, díganmelo por los comentarios, corregiré todo una vez que termine de escribir el fic, la mayoría de las veces escribo como loca y al corregir se me pasan algunas palabras :/

Estoy AquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora