Capitulo 8: Corriendo Riesgos

495 61 26
                                    

-Fuera de aquí.- dijo el hombre, mirando a Gardienne.

La chica estaba saliendo de la celda lentamente, como si sus piernas pesaran, Ezarel la miró retirarse, sin hacer nada. Una vez que la oji violeta paso al lado de aquel hombre, este la tomó fuertemente del antebrazo, y la miró por el rabillo del ojo como si la estuviera matando con la mirada.

-Después hablaremos de esto.- le dijo con voz tajante.

Luego la soltó. Ella siguió caminando hasta el umbral de la puerta, donde miró por encima de su hombro.

Ezarel lo veía casi impávido, esperando el movimiento de su contrincante, dispuesto a defenderse. El hombre por su parte extendió el látigo y se acercó al elfo para atacarlo. Entonces el corazón de Gardienne se aceleró, no podía ver aquello, tenía que ayudarlo.

Se acercó tan rápido que casi pereció aparecer junto a él en un parpadeo, en dos zancadas se abalanzó por la espalda del uniformado. Lo sujeto fuerte del cuello, estrujándolo con sus antebrazos, mientras el hombre trato liberarse a la vez que la golpeaba con el látigo.

Ezarel reaccionó al instante, tan rápido como pudo, tomó el brazo del tipo, con la intención de quitarle su arma. Torció su brazo, evitando que lastimara a la chica, pero se ganó unos cuantos rasguños en la cara producto de las duras puntas de las cuerdas. El hombre se movía como una bestia, tratando de quitarse a la chica que lo ahorcaba.

Una vez perdida su arma, él trató de quitarse a Gardienne de encima, la zarandeo en su espalda y logró tirarla al piso.

-¡Maldita!- le gritó con voz rasposa, respirando pesadamente.

En eso Ezarel le dio una patada en la corva, jaló con brusquedad su brazo hacia atrás, casi arrancándoselo de su articulación. Para finalizar, le ensartó un codazo en la espina, le hizo una zancadilla en las pantorrillas y lo tumbo de bruces en el piso. Muy rápido y certero.

-¡Trae eso!- le dijo a Gardienne apuntando al látigo.

Ella corrió hacia él, mientras Ezarel sujetaba con fuerza los brazos del hombre, peleando por impedir que se levantara. Entre los dos sujetaron sus manos con el látigo. El elfo la dejó terminar, mientras él se apresuraba a buscar una poción entre sus cosas.

El hombre peleaba por quitarse a la chica de encima, pero el elfo, le acercó un frasco al rostro y este comenzó a cerrar los ojos lentamente, hasta quedar inconsciente. Y con eso, en menos de un minuto estaba noqueado.

-¿Qué es eso?- preguntó la chica poniéndose de pie.

-Un somnífero muy fuerte. Además hará que olvide lo último que pasó antes de dormirse.- dijo estrujando la cara del hombre para abrir un poco su boca, entonces dejó caer un poco de la poción.

El elfo guardó lo que quedaba, mientras la chica comenzaba a quitarle las prendas al hombre.

-Ponte su ropa.- le dijo Gardienne sin mirarlo.

-¿Qué planeas?- preguntó ayudándola a desvestir al hombre.

-Apresúrate.- su voz sonaba algo agitada.

Ella no dijo más, y comenzó a entregarle las prendas al elfo.

-Por cierto, ¿Desde cuándo das esos espectáculos?- preguntó él mientras comenzaba a desvestirse.

Ella al ver eso se dio la vuelta y buscó las llaves. Estaba comenzando a sonrojarse.

-N-no sé de qué hablas.- se mordió el labio mientras recogías las llaves.

Estoy AquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora