Capitulo 13: Valle

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En su camino encontraron un pequeño puente de piedra que cruzaba un río. Estaba algo escondido entre la vegetación del lugar, y gracias a la luz del sol que comenzaba a bañar el lugar pudieron encontrar un pequeño y casi invisible sendero entre árboles y rocas.

Ambos se miraron, como si supieran lo que el otro estaba pensando, y bajaron del barco en silencio.

Gardienne aún estaba molesta con el elfo, por lo que caminaban sin dirigirse la palabra. Solo se escuchaba el sonido de sus pisadas sobre la hierba y las hojas secas. Se oía el corretear de algunos familiares que estaban despertando.

Las hojas de los árboles se movían escondiendo algo entre el follaje, pero ninguno le dio importancia, seguro sería otro familiar jugando por el lugar.

Todo estaba tranquilo, hasta que llegaron a un valle donde no había más que flores diminutas de muchos colores. Donde se podía sentir la inclemencia del viento que arremolinaba con fuerza el lugar.

-Espera...-dijo el peli azul- Mira eso- le indicó tomándola del antebrazo, para que no diera un paso más.

A lo lejos se veía una montaña, cuya sima estaba rodeada por una nube, mientras que el camino hasta ahí parecía estar tallado con una escalera. A vista de su esposa se camuflaba bien, pero para Ezarel se veía muy claro.

La chica miró la montaña y sintió un escalofrío. Sin saber que ocurría, comenzó a dar largas zancadas para acercarse a la montaña, se precipito velozmente sobre las flores. "Ese es el lugar" pensó internamente. Y vio en el cielo a un ave que volaba en círculos sobre el valle.

-¡Es peligroso!- advirtió Ezarel tratando de alcanzarla, aunque no tenía claro por qué no era seguro, pero algo le provocaba desconfianza en ese lugar.

La chica no se detuvo por la advertencia del elfo, y comenzó a correr, mientras trataba de atraer la atención del ave, moviendo los brazos como si este fuera un avión y ella fuera un alma perdida. Comenzó a dar saltos y sintió una gran alegría al ver que el ave miraba en su dirección.

-¡Fuera de aquí!- escuchó la voz suave y determinada del ave.- ¡Fuera de aquí!- le repetía mientras disminuía la altura para que escucharan sus graznidos.

La chica se detuvo casi en el centro del valle, mientras el elfo trataba de tomarla de los brazos para que se quedara quieta, pero ella no lo dejaba hacer.

-Busco a Artemis.- le aclaró la chica, al tiempo que Ezarel se posicionaba frente a ella y la tomaba de las muñecas, mientras miraba hacia arriba.

-Qué inocente eres al creer que te llevaré- dijo con aburrimiento, mientras bajaba un poco más, volando en círculos sobre ellos.

-¿Entonces sí sabes dónde está?- le respondió la chica.

Ante la respuesta, el ave giró la cabeza para mirarla desde las alturas. Ezarel murmuraba cosas en aquél dialecto que ella no entendía, pero no le prestó atención.

-¿Qué es lo que quieres? – la miró con sus ojos inexpresivos.

-Quiero hablar con ella sobre Destiny.

-Ya veremos. Eso no lo decidirás tú.

Dicho esto, el ave elevó el vuelo y se perdió entre árboles y montañas. La chica hizo ademan para seguirlo, pero unas manos la sujetaron de los hombros, y unos ojos buscaron su mirada casi con desesperación.

-No te muevas.- dijo Ezarel mirándola desafiante. – Nos están vigilando.- advirtió en voz baja.

Se había estado sintiendo observado desde que encontraron el valle, ese lugar era como estar en medio de una diana de tiro al blanco. Ella se iba a poner en camino nuevamente, pero Ezarel la atrajo un poco más en su agarre para que no se separara de él.

-¿Qué pasa?- replicó la oji violeta, que confusa lo vio con molestia.

Él no le contestó y fijó su mirada en los alrededores.

-Hay seis mujeres armadas.- susurró sin quitar la vista de lo que estaba viendo.- ¿Trajiste tu arma?- la vio preocupado.

Ella solo negó con la cabeza, a lo que él suspiró y se acercó a ella como si su cuerpo fuera una pared entre las mujeres y la chica.

-No traje mi esp... -se interrumpió el elfo.

-¿Qué pasa?

Él puso su mano en su costado y sacó un dardo clavado. Gardienne lo miró con espanto, y trató de buscar el lugar de origen.

-¡Qué trillado!- se quejó Ezarel tirando el objeto al piso. Automáticamente después de eso, sintió un cosquilleo en sus manos, estaba haciendo efecto muy rápido.- ¡Rayos!- examinó sus palmas.

-¿Estas bien?- dijo inquieta sin poder determinar de dónde venía el peligro.

-Tienes que correr.-dijo serio.

-¿Qué?

-¡Que corras, tonta!- dijo tajante.- Estaré fuera de combate en dos minutos.- dijo sentándose sobre la hierba, con algo de pesadez ¿A caso se estaba entregando como carnada?

Al verlo así, sintió que sus mejillas se ponían frías, no podía dejarlo, pero no tenía como defenderse. Se debatió por un largo segundo, y tomó la única decisión que podría traerle una ventaja. Así que corrió en dirección al barco, mientras él trataba de mantenerse erguido y con la vista atenta.

Gardienne tenía que ser capaz de defenderlo, era cierto que lo necesitaba, por más que quisiera o lo intentara no podía cuidarse sola en ese mundo. Incluso en esas circunstancias él seguía cuidando de ella. Que inútil se sentía mientras corría.

No podría sobrevivir siendo tan torpe.

Sentía que su cuerpo sudaba frio, sus piernas palpitaban permitiéndole correr muy rápido, pero no fue suficiente, sintió un piquete en la pierna derecha. Le habían dado. Escuchaba los pasos rápidos de quienes los atacaron, y escuchó la voz del ave otra vez.

-¡Le dieron!- avisó volando cerca de ella.

Aun teniendo segura la derrota no se detuvo, ni disminuyo el paso, sintió que todo a su alrededor se movía lento, vio que unas mujeres vestidas de blanco emergían entre los arbustos, y corrían en su dirección. Ella no alcanzó a entrar en el bosque nuevamente, y se desplomó inconsciente, como si una muñeca hubiera quedado sin baterías sin más. Sintió frustración, por no poder hacer más.


No podían ver donde iban, pero sentían el sonido de los pasos de quienes lo llevaban hasta quien sabe dónde. Luchan contra sus músculos para que se movieran pero estos no respondían, nada más veía la oscuridad bajo sus parpados serrados y escuchaban los sonidos del lugar. Esto era lo peor, sabían que estaban a punto de encontrarse con algo, pero no podían estar ni remotamente preparados para qué.

Sintieron que los dejaron sobre la dureza del frio suelo y escucharon una vos femenina y autoritaria.

-¿Quiénes son?

De solo escucharla, Gardienne sentía su cuerpo temblar, como si algún recuerdo lejano se hiciera presente para turbarle hasta las entrañas. 

hola :D

recuerdan quien soy? no? pues... pues... yo no me olvidé de ustedes, he estado muy ocupada ya saben con la universidad y eso -n-  

por cierto, gracias por el apoyo no solo por esta historia, sino que también para mis one shot :3 no les prometo actualizar pronto porque la verdad no se cuando será, pero no se preocupen que no dejaré esto tirado OuO

que tengan buen día/tarde/noche n.n 






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