Capitulo 19: Guardián

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Garidenne estaba montada en Aria. Iba de regreso al C.G. estaba segura de que algo terrible estaba ocurriendo, o al menos a Ezarel. No tenía idea de cómo pero le cabían dudas. Por lo que apenas sintió aquella angustia y su cuerpo le permitió la movilidad suficiente, fue a pedir la ayuda de Artemis.

//FLASH BACK//

Estaba dormitando en aquella amplia y espectacular cama, ya había pasado medio día desde que salió del letargo en que la dejó su ardua misión. En aquel momento sentía que su cuerpo tenía fuerzas suficientes, por lo que se decidió a levantarse. Se lavó la cara en el lavabo de mármol que estaba en la habitación y se puso uno de los largos y hermosos vestidos blancos que le ofrecieron para vestirse. Al verse en el espejo pensó en Ezarel, sabía que él se había marchado, pensando en que ella no volvería jamás. Acarició la tela del vestido que dejaba ver su escote y recordó su matrimonio, ¿él sería capaz de sentirla aun estando tan lejos?

Suspiró dirigiéndose al amplio ventanal y vio las montañas y el horizonte donde suponía que debía estar él en algún lugar. Sintió la añoranza surgir desde su pecho y puso sus manos sobre este tratando de apaciguar esta sensación. Cerró los ojos, tratando de imaginar que estaba cerca del peli azul, diciéndole que estaba bien. Sintió como aquella añoranza se incrementaba hasta causarle una punzada en el corazón, que la hizo soltar un pequeño gemido a la vez que se le venía a la mente la imagen del elfo corriendo desesperado por los pasillos.

Dio un salto en su lugar y casi perdió el aire por el susto que tubo.

-Ez...- susurró cayendo en cuenta de que había tenido una visión.

Echó a correr inmediatamente. Saliendo de la habitación y atravesando los pasillos, esquivando a algunas ninfas y fijando su vista en el objetivo, que era encontrar a Artemis. Sabía precisamente donde la encontraría.

-Artemis.- Dijo en voz alta y agitada al llegar a la fuente donde siempre estaba la diosa.

-Gardienne.- dijo de manera tranquila mientras acariciaba la crin de un caballo blanco que la acompañaba.

-Tengo que pedirte algo.- se acercó a ella, posando su vista en su acompañante.

-Y yo tengo que presentarte a alguien.- sonrió con honestidad.

Gardienne, fijó su vista en ella esperando a que continuara. El caballo que estaba a su lado parecía tener una leve luz que desprendía por todo su cuerpo, casi parecía un sueño. Entonces, por impulso, se acercó a este.

-¿Quién eres?- dijo viéndolo a los ojos donde pudo apreciar una mancha color plata en forma de estrella, justo entre sus ojos azul nocturno.

-Soy Aria.- dijo moviendo la cabeza como si hiciera una reverencia al presentarse.

Al escuchar su nombre, sintió como si ya se conocieran. Tal vez por eso tuvo el simple impulso de hablarle sin más.

-Ella es el corcel familiar de Destiny.- le explicó Artemis.- Ha estado esperando mucho tiempo a que alguien digno lo monte. –la chica se acercó lentamente a Aria, y puso su mano justo en su frente. – Ella te llevará.

Entonces, Aria cerró los ojos y la oji violeta sintió como si su cuerpo desfalleciera, y pensó en el lugar al que quería llegar.

-Te llevaré hasta ahí.- La escuchó.

Todo a su alrededor desapareció y se sintió ligera como una pluma, cerró los ojos como si se estuviera quedando dormida y cuando los abrió, ya estaba sobrevolando el mar, montada en Aria.

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