Capitulo 14: Artemis

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Después de unos minutos, en que las mujeres le relataron a su superior lo ocurrido, Ezarel abrió los ojos al fin, aunque su cuerpo aún se sentía pesado. Vio que las mujeres estaban de espaldas a ellos frente a una fuente donde se encontraba sentada una hermosa mujer de cabello blanco, aunque no podía ver su rostro sabía que lucía muy joven debido al sonido imponente y claro de su voz. Buscó a Gardienne con la mirada, ella estaba tirada en el piso, a pocos metros de él.

Sin que las mujeres se fijaran en él, se arrastró con la poca movilidad que su cuerpo le permitía hasta estar cerca de la chica, y la examinó, tenía los ojos cerrados y ni un solo rasguño, salvo por un moretón en la pierna derecha, que parecía ser la marca de un pinchazo.

-¿Estás seguro Leuv?- escuchó el elfo. Esa voz sobresalió de entre las otras nuevamente, pero no le prestó atención hasta que alguien se paró justo al lado de la chica.

El elfo miró hacia arriba y se encontró con la mirada de la mujer de cabellos blancos, su postura era imponente y su largo vestido color lila le daba ese toque de elegancia. Ella se puso en cuclillas para ver de cerca a la chica, mientras el elfo solo la veía, pero trató se acercarse a Gardienne con su cuerpo adormilado.

-Calma.- lo vio la mujer.

El elfo se quedó callado, y la dejó hacer, no porque ella se lo hubiera recomendado, sino por el color de sus ojos, que miró perplejo. Violetas. Iguales a los de su esposa, nadie más tenía los ojos del mismo color, no que él hubiera visto.

La mujer no presto atención a la mirada atenta del elfo, solo acercó sus manos al rostro de Gardienne y lo observó.

Poco a poco sus finas facciones que mostraban tranquilidad y autoridad, se deformaron hasta exponer un rostro descompuesto en confusión y nostalgia. La mujer tomó las mejillas de la chica con ambas manos y repasó los rasgos de su cara con los ojos hipnotizados.

-Destiny... -pronuncio en voz baja.

En ese momento la chica abrió los ojos, y entonces lo entendió. Sus ojos denotaban tristeza, se puso de pie sin quitar la vista de la chica que apenas estaba tratando de incorporarse. Ezarel se sentó, ya recuperando buena parte de su movilidad y dirigió su vista a la de la mujer de cabellos blancos.

-¿Quién es ella?- le preguntó a Ezarel con voz triste.

Ninguno de los presentes, podía dar cuenta del dolor que sentía, de solo mirar el rostro de la chica. Culpa y dolor era lo que se paseaba por sus recuerdos, que aparecían como imágenes sueltas en su mente.

-Bisnieta de Destiny.- escuchó decir al elfo, que se ponía de rodillas junto a la chica para ayudarla a sentarse.

La mujer sonrió levemente, como si supiera desde antes que eso era cierto. Volvió a ponerse en cuclillas junto a Gardienne, y puso su mano en el pecho de la chica mientras serraba los ojos. La chica solo sintió un cosquilleo en el cuerpo que duró no más de dos segundos.

-Así que me estabas buscando.-dijo retirando su mano, mirando a la joven. Luego dirigió su mirada al elfo- Soy la que estaban buscando.- afirmó con tranquilidad.

Él asintió, como si de alguna forma la dejara en sus manos. Artemis volvió a dirigir su mirada a la cara de Gardienne y la examinó.

-Aun tienes los ojos de una niña.- dijo como si en realidad hablara consigo misma.

La chica la vio con algo de extrañeza, preguntándose qué estaba pasando y porque esa mujer tan hermosa la veía tan de cerca.


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