Hoy no hubo mucha gente, como siempre. Estaba aburrido leyendo una vieja revista en el mostrador cuando me fijé que aquel chico maleducado se acercaba de nuevo.
No entiendo como pueden haber personas que usan abrigos aun cuando no hace frío y mucho menos gorras, que desesperante. Yo apenas veo un rayito de sol y ya ando como si fuera verano.
Le sonreí, pero no me devolvió el gesto, en cambio se llevó algunos dulces de nuevo. Espero que toda aquella cantidad de azúcar lo haga menos amargado.
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Tú, un grito silencioso
Short StoryLo veía venir siempre con los hombros hundidos, la cabeza agachada y con vestimenta excesiva para el clima caluroso. Sin embargo, había algo que llamaba aún más mi atención y era aquella mirada gélida que parecía gritar auxilio. ¿Qué podría esconder...