Mi jefe estaba poniendo cumbia de nuevo. El sonido se escuchaba en cada rincón de la tienda.
Cierro los ojos y me imagino en medio de un concierto de los Rollings Stones mientras Jagger grita a todo pulmón. Me gustaría poder estar en aquel lugar en este mismo instante. Disfrutar de la adrenalina causada por los instrumentos, cantar como si nadie me estuviera escuchando. Saltar y mover la cabeza al son de la guitarra y ser parte de la euforia colectiva.
En cambio, estaba sentado en un sillón cuya cubierta ya estaba desgastada, una tienda que conoce tanto de años, como de daños. Tenía un jefe que me amenazaba con echarme para así tenerme más de la cuenta atrás del mostrador. Jamás podría costearme una entrada para algunas bandas de rock. Nunca saldría de aquel andrajoso departamento en cuyas paredes habitaban insectos amantes de lo viejo y húmedo. No tendría una esposa, ni hijos. Esa era la razón por la que salí de mi hogar, al fin y al cabo.
Esta es la vida que elegí, así que solo podría sonreír y mirar como los demás eran felices. Yo solo era testigo del tiempo que pasaba frente a mis ojos y me acentuaba años.
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Tú, un grito silencioso
Short StoryLo veía venir siempre con los hombros hundidos, la cabeza agachada y con vestimenta excesiva para el clima caluroso. Sin embargo, había algo que llamaba aún más mi atención y era aquella mirada gélida que parecía gritar auxilio. ¿Qué podría esconder...