El hombre mayor vino de nuevo y esta vez con Ariel. Al parecer era un conocido suyo que siempre venía a visitarlo, eso explicaría la familiaridad con la que el hombre trata al chico. Este, en cambio, siempre se notaba distante cuando andaba cerca.
—Hola Ariel —saludé cuando ambos llegaron al mostrador.
El hombre no parecía para nada contento por la manera en que había saludado al chico, pero eso no era asunto suyo. Aunque me incomodó que Ariel haya desviado la mirada hacia otro lado cuando le hablé. No quise admitirlo, pero eso me había enfadado un poco.
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Tú, un grito silencioso
Short StoryLo veía venir siempre con los hombros hundidos, la cabeza agachada y con vestimenta excesiva para el clima caluroso. Sin embargo, había algo que llamaba aún más mi atención y era aquella mirada gélida que parecía gritar auxilio. ¿Qué podría esconder...