Ayer me olvidé de devolver la historieta. Estuve demasiado absorto tratando de comprender a Ariel que me olvidé por completo de cualquier cosa que no fuera él. Cuando lo vi marcharse me quedé pensando en demasiadas cosas. En sus heridas y los lugares extraños donde las tenía, en el hecho de que siempre use ropa de invierno a pesar del calor de diciembre que nos sofocaba, y también en que no me había dirigido la palabra ni una sola vez.
Admito que Ariel, de a poco, empezó a ocupar cada uno de mis pensamientos y me tomé el atrevimiento de jurarme a mí mismo que me volvería su amigo, y por la amistad que él aún ni sabía que tenía conmigo, le llevaría el cómic mañana a su departamento, ya que ahora estábamos por cerrar.
Ariel, mañana recibirás una visita mía.
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Tú, un grito silencioso
Short StoryLo veía venir siempre con los hombros hundidos, la cabeza agachada y con vestimenta excesiva para el clima caluroso. Sin embargo, había algo que llamaba aún más mi atención y era aquella mirada gélida que parecía gritar auxilio. ¿Qué podría esconder...