Suspiré sintiéndome tonta.
Esto no era para mí.
Yo era una prostituta y nunca sería una dama.
Eché una carcajada. Toqué mi nariz y cerré por un instante mis ojos.
— Eres realmente tonto, cariño. — aclaréla garganta. — Jamás seré una dama. Y será mejor que te vayas, Roger odia los pleitos. — entré de nuevo por la puerta de la barra.
Al parecer todo estaba arreglado, porque todos habían vuelto a lo suyo.
— ¿En dónde está? — escuché a Roger. Encendí un cigarrillo y me encogí de hombros. — No querrás incubrirlo, ¿o sí Señorita? — se burló el enano.
Le di una calada a mi cigarrillo.
— Yo no sé a dónde se fue y tampoco me importa. — exhalé el humo.
Me miró con desdén y se marchó a su despacho.
— Lo proteges mucho. — susurró Alondra. Me giré a verla.
— No metas los senos operados donde no los llaman. Continúa con tu trabajo. — siseé. Ella me dio una mirada rápida y se dirigió al escenario, dispuesta a bailar. Masajeé mis cienes y me senté en la barra. — Dame un mojito. — le dije y Michael comenzó a prepararlo. Cuando estuvo sobre la barra, lo tomé.
Apagué mi cigarrillo y me senté en mi mesa, esperando a cualquier cliente.
*
Ahí mismo en el callejón, saqué mi estuche de mi bolsillo.
Preparé la aguja y apreté mi brazo con la liga.
Antes de introducirla, quedé mirando el líquido dentro de esta.
Comencé a pensar en todo el tiempo que llevaba haciendo eso.
Con la liga entre mis dientes, alejé poco a poco la aguja de mi brazo.
Entonces recordé a Aaliyah. Y fue ahí cuando introduje sin volver a pensar la aguja en mi brazo.
Me sentí más tranquilo, mis problemas habían flotado lejos de mí, por lo menos un tiempo pequeño.
*
Llegué a casa y papá no se encontraba en esta.
— Vino Asa a buscarte. — me dijo mi madre. — He preparado lasagna, tu favorita. — me sonrió. Mamá se veía más hermosa sin un moretón en su bello rostro.
Besé su mejilla. — Gracias. — susurré y comencé a comer. — Iré a buscar a Asa. — dije mientras seguía comiendo.
Una vez que terminé, dejé mi plato, lavado, en la alacena.
— No tardaré. — la abracé. — Si llega papá, llámame. — le dije y ella asintió. Le besé la frente y salí de nuevo.
Esta vez decidí tomar mi bicicleta para partir a casa de Asa.
Dejé la bicicleta sobre el pavimento y saqué mi teléfono. Marqué su número y le pedí que saliera.
Salió de casa con su típico cigarrillo de marihuana entre los dedos. Se posó al frente de mí, pero nadie dijo nada.
— Te fui a buscar hace unas horas. — habló él, ya después de un gran rato.
— Mamá me dijo. — contesté.
Él asintió y apagó su cigarrillo con su pie, en el pavimento.
Suspiró y jugó con sus pies.
— Quiero disculparme, pero primeramente quiero saber; ¿qué hice? — talló sus ojos.
Fruncí los labios y permanecí callado unos instantes.
— No debiste llamar así a las mujeres de Dirty Dreams. — susurré. Él lo reconoció.
— Tienes razón. Lo lamento. — murmuró. Y yo asentí. — ¿Amigos de nuevo? — me extendió su mano, pero yo le abracé. Rió y yo también.
Entonces comenzó a hablarme de lo odiota que era el chico con el que se juntaba y me dijo que había extrañado justarse conmigo. Y le dije lo mismo.
— Me tengo que ir. No sé si papá llegue hoy. Pero no quiero que mamá esté sola cuando lo haga. — susurré.
— Tú sólo dime y le partimos el trasero a tu padre. — chasqueó la lengua y yo reí. Me despedí de él, subí a mi bicicleta y me dirigí de nuevo a casa.
Pronto debía hablar con Asa acerca de Amelia.
No sólo debía, quería hacerlo.
Me encantó la nueva portada♥
Voten y comenten.-Val🌈
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Heroine | Shawn Mendes©
Fanfiction"Heroína, mi pecado más dulce." Las prostitutas no siempre son tan malas como el desarrollo las cataloga. Esa mala costumbre del humano de generalizar todo. Es como los drogadictos; tal vez sólo se perdieron en el camino y tomaron las decisiones equ...