Limpié de nuevo mi maquillaje corrido, de seguro ya estaba horrendo.— Por favor, pare de llorar. — susurró Aby mientras me limpiaba las heridas.
Reí.
— Soy ridícula — sollocé riendome de mí misma.
— Señorita, usted es la mejor persona que he conocido aquí. —
— No me llames así, Aby — ella me pidió disculpas. — Ya no soy más... La Señorita — musité. — Será mejor que me vaya a casa — suspiré, tomando mis pertenencias. — Adiós Aby — acaricié su cabello. Me coloqué mi bolso y salí de Dirty Dreams.Mi chaqueta diminuta no me servía para estos fríos de mierda.
Me detuve en la acera, esperando un Taxi. Eran más de medianoche.Bufé, con una diminuta esperanza de que pasara algún taxi. Escuché el motor de un auto y una motocicleta.
La motocicleta se detuvo al frente de mí, fruncí el ceño, el conductor quitó sus casco.
— Amelia, sube, rápido — me arrojó otro casco.
— ¿Asa? ¿qué haces aquí? — pregunté.
— No hay tiempo. Sube, es sobre Shawn — sin pensarlo me monté en la moto y me coloqué el casco.
Asa partió lejos del prostíbulo.
— No contesta mis llamadas, está cerrado todo, sólo hay una diminuta ventana y yo no entro. — nos quitamos el casco y corrimos a la parte trasera de la casa. — He estado llamándolo pero no hay nada, estoy asustado Amelia, es mi mejor amigo. — miré el terror en sus ojos azules.
— Súbeme a tus hombros, — él se agachó y subí a él, pude alcanzar el tubo de arriba, me colgué de él y con una patada, rompí el vidrio. Era demasiado pequeño para él. Con dificultad pude adentrar mis piernas, sentí unos de los vidrios enterrarse en mi piel. Pero lo único que me importaba era él, su bienestar.
Mientras seguía haciendo mis maniobras, pensé en la primera vez que lo ví.
Seguido tomaba esa calle para llegar más tarde al asqueroso trabajo. Iba fumando un cigarrillo, pensando en la mierda de la vida.
Escuché gritos y cosas romperse, posteriormente él salió de esa casa, se le veía roto, destrozado, en cada parte de su cuerpo. Se limpió las lágrimas de los ojos y se cubrió los oídos, intentando no escuchar los gritos pertenecientes a su hogar.
Se le veía realmente mal, lanzó un quejido, se puso su capucha y corrió lejos de esa horrible casa, corrió demasiado rápido, dobló a la izquierda y fue cuando ya no lo vi. Mi mirada volvió a la casa, que ya no emitía ningún sonido.
— Shawn — escuché a la mujer llamarlo, pero él ya había huído
Pensando en él, continué con mi caminar.
Gemí al caer al suelo y doblarme el tobillo.
Comencé a buscarlo por todas partes, repitiendo su nombre.
Mientras lo buscaba por todas partes, recordé cuando llegó a Dirty Dreams por primera vez.
Yo fumaba mi cigarrillo sentada en una mesa, constantemente miraba la salida que también era la entrada, pensado: ¿Así será la vida? ¿uno entra por donde sale? ¿Y viceversa?.
Negué con la cabeza, uno no muere siendo un bebé, muere siendo un anciano y padeciendo alguna pésima enfermedad o en malos casos, un accidente.
Uno no le pregunta a un niño, ¿quieres morir? y le contesta sí.
En cambio, preguntarle a algún adulto, ¿quieres morir? muchos responderían: hazme el favor.
El captó mi atención por completo, lo reconocí en un instante. Mientras le daba una calada anmi cigarrillo, no le quité la mirada de encima. Parecía esperar a que se acercasen a él.
Shawn.
Su nombre sonó en mi cabeza.
Por alguna casualidad, tomó asiento al frente mío, pude admirar lo bello y triste de sus ojos. Esos hermosos ojos cansados, rojos, dolidos y sin brillo.
Esos ojos que no me los pude sacar desde ese día.
¿Qué habías hecho conmigo Shawn?
Escuché un sonido arriba, después de abrirle a Asa, corrí a las escaleras y entré a su habitación, había muy poca luz.
— Shawn — susurré con voz dulce. Miré el estuche, la jeringa y la heroína. Mi corazón se comprimió, pensando lo peor. Escuché un débil sollozo que provenía del armario.
Me acerqué lo lentitud a esta e intenté abrirla.
— Shawn — susurré.
— Vete — susurró él con voz desgarrada.
— Cariño, abre la puerta — susurré con voz dulce. Escuché otro sollozo. — Por favor — supliqué recargando mi frente en la puerta de esta.
Asa entró sin hacer ruido, le indique que todo estaba en orden, que esperara a fuera, él se retiró.
— Hice una idiotez — gimió.
— Abre la puerta para que podamos hablar de ello. — pedí. No hubo respuesta, se escuchó que quitó algo y por fin pude abrir las puertas. Cubría su rostro mientras continuaba llorando.
— He comprado más de esa mierda, mucho. — lloró amargamente. Cerré los ojos por un segundo.
Me puse de rodillas y así me dirigí hacia él, lo envolví en mis brazos, él se aferró de mi chaqueta y sollozó.
— ¿Por qué sigues aquí? — preguntó Shawn, suspiré con tranquilidad.
— Seremos una mierda juntos, ¿recuerdas? — besé su frente.
Él se aferró más a mí y me miró. Con esos ojos que tanto amaba, sí amaba.
Nadie sabía nada de mí, nadie sabía una mierda sobre mí.
Y ahora, llega él, como un huracán, revolviendo todo de mí. Mi pasado, mi mente, mis pensamientos y mis sentimientos.
Todos eran el aire que pasaba entre mi cuerpo y él... él se había convertido en el huracán de mi vida.
Preparense :'v
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Heroine | Shawn Mendes©
Fanfiction"Heroína, mi pecado más dulce." Las prostitutas no siempre son tan malas como el desarrollo las cataloga. Esa mala costumbre del humano de generalizar todo. Es como los drogadictos; tal vez sólo se perdieron en el camino y tomaron las decisiones equ...