Simplemente Bella © || Trilogía Híbridos #2 ||

capítulo 2: Hombres Lobo

~Capítulo 2~
|Hombres Lobo|

Malia

Agarre todo lo necesario para inscribirme, solo había un instituto en todo el pueblo y para mi suerte estaba a unas dos cuadras de aquí, no me preocuparía por llegar tarde.

La pequeña siesta me sirvió de mucho, y ya no me sentía tan cansada como antes. Salí del apartamento con mi pequeña mochila, camine las dos cuadras que tenia que hacer para llegar al instituto.

En la recepción me recibió una chica pelirroja, no tendría más de veinticinco años:-Buenas tardes, vine a inscribirme.

-Buenas tardes, ¿Tienes todo lo necesario? - me pregunta, no sonríe, solo me mira sería.

-Así es. - digo cortante, esa chica no me daba buena espina y créanme cuando digo que si siento que algo va mal es porque va mal.

◇◇◇

Después de una hora de dar y recibir papales, por fin estaba dentro, de hecho la pelirroja me dijo que mañana mismo podría comenzar con mis clases. Ese mismo día tenía que ir de compras, necesitaba libros y unos cuantos cuadernos, lápices también.

-Serían 250 pesos - me informo la cajera luego de pasar todas mis cosas por aquella máquina. Saque mi cartera y pague, no tenía más dinero, solo me quedaban cien pesos tal vez.

Un trabajo. Eso es lo que necesitaba ahora.

-Aquí tiene - le doy el dinero y me llevo mis cosas. Luego de unos minutos caminando me di cuenta de algo, estaba pérdida, había olvidado mi camino de regreso y no quería volver por el bosque, era de noche y estaba muy oscuro.

Unas voces me alarmaron, me gire y vi a tres chicos altos, parecían haber tomado de más ya que ni siquiera podían caminar bien. Al verme sonríen idiotamente y se acercan mi. No me moví, tenia hambre y ellos parecían ser una buena cena.

Adelante, son todos tuyos. No te preocupes, nadie se percatara de esto, no son importantes.

Esa voz en mi cabeza me molestaba demasiado y sabía que solo se iría cuando los matará y drenara por completo la sangre de sus cuerpos. Pero no, yo tenía que ser más fuerte que mis ganas de matar y beber su sangre.

De una de las bolsas saque un paquete de chocolate, eso me calmaria por algunos minutos.

-Hola preciosa, ¿Estas pérdida acaso? - pregunto uno de ellos. Apartó mi cabello de mi rostro y al verme a los ojos retrocedió asustado -¿¡Qué demonios!? - lucia aterrado.

Baje la mirada y solté el chocolate, me acerqué al hombre que había apartado mi cabello: Olvidarás haberme conocido, irás a casa y no volverás a beber alcohol - le digo mientras lo veo fijamente a los ojos, el chico sólo se queda quieto. Me acerco al otro que me mira igual de aterrado, hago lo mismo.

La hipnosis era algo complicado y se requería de mucha práctica, pero quitando eso era muy útil en ciertos casos. Me senté en suelo y caí rendida, estaba débil.

◇◇◇

Abrí los ojos de golpe, con sólo ver el techo de la habitación supe que no estaba en mi apartamento. Me di una mirada rápida y para suerte mía estaba bien, no me habían tocado.