Simplemente Bella © || Trilogía Híbridos #2 ||

capítulo 12: El vampiro

~Capítulo 12~
|El vampiro|

Malia

Mire el objetivo desde la punta de un árbol, escondida tras las hojas y ramas. Nadie podía verme y el hecho que sea de noche me facilita las cosas, el personal del hospital había salido ya que su turno había terminado.

Tenia diez minutos para entrar y sacar algunas bolsas de sangre. Estaba todo casi calculado, antes de venir me encargue de demorar a todos los que tenían turno en el hospital de noche y tardarían aproximadamente unos diez minutos o menos, pero era tiempo suficiente para mi.

- Bien, repasemos el plan... Golpear a los guardias, entrar sin encender las alarmas y sacar la sangre - bien, el plan de entrada estaba listo -. Es hora, Malia.

Me baje sigilosamente del árbol y agarrando velocidad logre derribar a todos los guardias en menos de un minuto. Parte uno, listo.
Los oculte tras un arbusto lo suficientemente grande para taparlos a todos y entre al hospital.

Las alarmas estaban encendidas, así que tuve que tomarme mi tiempo para desactivarlas. Una vez hecho eso, entre rápido y busque en la computadora de la recepción donde se encontraba el deposito de sangre.

- El sótano, sección 2B - me grabó y subo al ascensor que me lleva directo sótano. Una vez en el piso, me baje y encendí las luces, el lugar estaba lleno contenedores que se supone contiene la sangre de los donantes.

Fue fácil...

Camino hasta uno de los contenedores y los abro, el olor de la sangre me inunda y gracias al reflejo de la tapa se que mis ojos están rojos. Tomó mi mochila y guardo al menos unas seis bolsas se sangre.

- ¿Te ayudo, híbrida? - me sobresalto al escuchar la voz del chico vampiro, el de la cafetería. Continuo guardando las bolsas y cuando terminó cierro la mochila y me la colocó en la espalda.

- No es necesario, yo puedo sola - le digo y camino tranquila hasta el ascensor. El vampiro me detiene y me dice con una seña que guarde silencio.

- No puedes subir, los guardias están bajando y el personal esta revisando las cámaras... Nos están viendo ahora, así que ten cuidado que haces, los humanos no pueden enterarse de nosotros. Así que tenemos que encontrar otra salida - me dice y yo le miro como si tuviera un tercer ojo.

- Es un sótano, no podemos escapar - le digo sería, aunque en el fondo estaba desesperada por salir. Luna, perdóname... pero tenia hambre, aun lo tengo.

- Deja de pedir perdón, no vamos a morir, solo debemos buscar una forma de salir sin revelar lo que somos. Hay que entregarnos, una vez arriba sólo les damos un golpe en la cabeza y nos vamos, fin del tema - me dice y comienza a guardar sangre a un gran bolso.

- Así que estas aquí por lo mismo... No me sorprende - le digo cruzada de brazos -. Sin embargo, verán nuestras caras y sabrán donde encontrarnos, estaremos en los periódicos del pueblo y no me puedo permitir eso... esto fue un error - le digo y me apoyo contra la pared, de reojo veo como el ascensor comienza a bajar y se que ellos se acercan.

- ¿Hablas en serio? Nuestras caras son lo de menos, además podemos hacerles una ilusión y que piensen que somos otros. De hecho, ese es un mejor plan - dice pensativo y yo me adelanto, cubro la cámara con un guante que encontré por ahí y vuelvo a mi posición.

- Entonces, les hacemos creer que somos otras personas y luego borramos las grabaciones y nos encargamos también de los que están monitoriando. Aunque tal vez olvidas que seguro ya llamaron a la policía, y para ese entonces vamos estar muy débiles, no es fácil controlar mentes - le digo, el vuelve a pensarlo y asiente.