Forgive me but I love you [z.m - a.u]

Capitulo 16 (maraton)

CAPITULO -16-

Caminaba rápidamente por la calle. Miraba al frente, y solo tenía un objetivo: llegar al bar lo antes posible.

Sin embargo, algo me hizo pararme en seco.

Una sombra apareció de la nada, justo delante de mi.

No me fue muy difícil reconocerle: era el mismo chico que me había cortado con la navaja. Un escalofrío recorrió mi espalda. Instintivamente, caminé hacia atrás, intentando alejarme de aquel chico lo antes posible.

Sentí como mi espalda chocaba contra algo. Abrí mucho los ojos, y antes de que pudiera hacer nada para evitarlo, unos fuertes brazos me rodearon e inmovilizaron.

El chico de la navaja se acercó hacia mi, y me cogió la barbilla.

-¿Tienes prisa, preciosa? - su sonrisa, divertida por el pánico que se reflejaba en mi cara, hacía que se me pusieran los pelos de punta.

Se acercó un poco mas a mi. Su aliento apestaba a alcohol, incluso mas que la última vez.

-Así que Malik no ha querido hacernos caso – dijo, mientras pasaba su mano por mi mejilla, y se pasaba la lengua por el labio inferior – es una pena.

Una belleza como tu no se merece ser castigada así.

Mi cuerpo temblaba. Deseaba huir de allí.

Deseaba dejar que las lágrimas que se habían acomodado en mis ojos, corrieran mejillas abajo, y me maldecí a mi misma por no haber echo caso a Zayn, y haber salido yo sola.

El chico se acercó a mi oído, y me susurró:

-Lo siento encanto.

Antes de que pudiera reaccionar, el chico me clavó su rodilla en el estómago media docena de veces.

Me encogí sobre mi misma, y el chico que me tenía sujeta dejó que cayera al suelo.

Sentí el frío de la calzada en mi cuerpo, pero no me importó. Apreté los puños y cerré los ojos, mientras los dos chicos me daban patadas.

Cuando, al fin, pararon, mis músculos estaban entumecidos y todo mi cuerpo magullado. Ni tan siquiera tenía fuerzas para levantarme.

El chico que me había tenido inmovilizada – sin duda, el mas fuerte de los dos – me recogió del suelo y hizo que me levantara.

Me estampó contra la pared, y me propinó otra patada en el estómago, que hizo que la vista se me nublara por un momento.

-No deberíamos tratar así a las señoritas – dijo el chico de la navaja, mientras acercaba su cara a la mía.

Puso sus dos manos alrededor de mi cuello, y apretó, ahogándome. Las lágrimas caían por mis mejillas, y cada vez me sentía mas débil.

Me costaba respirar, y mi corazón cada vez bombeaba menos sangre.

Mi vista estaba cada vez mas nublada. Pude ver una sombra aparecer a lo lejos, y acercarse corriendo hacia nosotros.

-Suéltala – era la voz de Zayn. Sentirle cerca hizo que un rayo de esperanza naciera en mi mente.

El chico que me tenía cogida soltó una gran carcajada, y apretó con mas fuerza sobre mi cuello.

-Maldita sea, suéltala – ordenó Zayn, mientras se acercaba al chico.

El chico que me había tenido sujeta se interpuso entre Zayn y nosotros. Sin pensárselo, Zayn le propinó un puñetazo en la mejilla.

Cuando el chico recuperó el control, se volvió contra Zayn, y ambos se pegaron hasta sangrar.