Capitulo 12.

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Narra Laura:

Llegamos al apartamento y Dani nos lo enseñó a María y ami.

- ¡Como os quiere Eva, os deja hasta la comida! - dijo María desde el salón

- ¿Quien es Eva? - pregunté

- Nuestra madre - contestó Jesús

- Que maja, ¿no? - dije riendo mientras veía las dos pizzas que había dejado al lado de una nota que decía.

《Aqui teneis la comida, si os quedais con hambre en el frigorifico hay más. Tened mucho cuidado y haber lo que vais a hacer los cuatro eh. Un beso, pasarlo bien》

Jesús la leyó en alto y todos reimos cuando leyó "y haber lo que vais a hacer los cuatro".

Nos comimos las pizzas y ya no podíamos más. Pensamos en ver una película todos en el salón.

- Elegir - dijo Dani señalando dos peliculas - ¿El diario de Noa o Un paseo para recordar?

- ¿Enserio que me vais a hacer llorar? - dijo María entre risas.

- Tranquila pequeña, vas a estar conmigo - dijo Jesús mientras la besaba.

Dani me miró y nos empezamos a reir, entonces Jesús nos tiró un cojín.

Al final nos decantamos por El diario de Noa, nos sentamos en el maxi sofá. Yo apoyé la cabeza en las piernas de Dani mientras él me acariciaba el pelo y María se colocó igual en Jesús. Cuando apenas llevavamos media hora de película, María soltó la primera lágrima y aunque yo me intenté resistir a los pocos minutos me cayó una lágrima por la cara, intenté que Dani no se diera cuenta pero me miró y me susurró al oido.

"Nada de eso va a pasar entre tu y yo, no llores es solo una pelicula"

Sonreí y le abrazé. María se termino quedando dormida y se pedio el final, y claro en el final me puse a llorar como una magdalena.

- ¿Que pasa que vosotros sois de piedra? - dije bajito para no despertar a María.

- No somos de llorar en público - respondió Jesús - Una cosa, que me llevo a María a la habitación para que duerma más comoda - dijo cojiendola en brazos y llevandosela.

- Vale tortolitos - respondí.

Dani y yo nos quedamos solos y cuando ya se me había pasado todo empezé a jugar con él despeinandole.

- No, no, no, no - dijo sujetandome los brazos.

- Si, si, si, si - contesté riendo.

- No me obligues a - y le interrumpi.

- ¿A que?

- A esto - dijo empezando a hacerme cosquillas sin parar.

Era mi punto débil y empezé a reirme a carcajadas, entonces me acordé de que María estaba durmiendo, pero me acordé tarde.

- Ahora me peinas, que me has despeinado - me dijo Dani poniendo cara de niño bueno.

Entonces le peiné mientras le besaba.

- Ojalá todos los días me peinaran así - contestó con esa sonrisa tan bonita que tenía.

- ¿Te he dicho lo mucho que te quiero?

- Si, pero me gusta que me repitan las cosas.

Hubo un silencio y entonces Dani empezó a cantar una canción.

- "Yo solo quiero darte un beso

y regalarte mis mañanas

cantar para calmar tus miedos

Una señal del destino. (Jesús y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora