Capitulo 24.

1.9K 91 5
                                    

Narra Dani:

Al parecer, la idea de traer mi caballo para llevarla hasta ese sitio, había sido buena. Tenía todo pensado, llevaba varios días pensando en hacer algo así, y hoy por fin tocaba.

- ¿Hacia donde me llevas? - preguntaba impaciente.

- Lo verás cuando lleguemos.

- ¡No me digas! Que listo mi niño. - dijo irónicamente. - No estoy ciega, obviamente que cuando lleguemos lo veré.

- Pues ahora por lista te voy a tapar los ojos. - dije mientras paraba el caballo para colocarla un pañuelo cubriendola los ojos.

- Eres muy cruel hasta el último día - se quejó.

Reí. Ya habíamos llegado, paré el caballo, bajé y luego la ayudé a ella.

- Ahora subete en mi. - la ordené.

Lo hizo sin rechistar, cosa algo rara en Laura.

- ¿Me lo puedo quitar ya? - repetía cada dos minutos.

- No, aún no espera. Ya falta poco.

Tras varias vueltas innecesarias para marearla, llegamos.

- Ya te lo puedes quitar, pesada. - reí.

- Imbéc... Dani, me has traído de nuevo - gritó. - ¡Me has subido al castillo donde me pediste salir!

- Pensé que te gustaría. Yo cada vez que vengo me acuerdo de ese momento.

- Me encanta este lugar, gracias feo. - me abrazó. - Hoy hace 13 días, que rápido han pasado.

- Sin duda los mejores, los repetiría cien mil veces.

- Dani secuestrame, así me quedaré contigo para siempre. - suspiré. - Ya bueno, me temo que eso no será posible - dijo con cara de suspense.

- La distancia solo son números que separan cuerpos, no corazones. - solté poético.

- ¡Lucharemos por esto! - gritó. - Tengo frío...

Quizá fuese una indirecta o quizá fuese de verdad, pero como era lo que en verdad quería volver a repetir de ese día, la besé.

- ¿Ahora sigues teniendo frío?

Reimos, y recordamos todo lo que pasó aquel día, aquel 2 de julio en el que nuestros corazones se unieron para formar uno solo.

- Ahora tengo que llevarte a otro sitio, princesa. - la dije mientras la agarraba por la cintura.

- ¿A caballo?

- ¡Por supuesto!

- Estoy cogiendole gusto a esto de montar a caballo.

Reimos mientras bajamos las escaleras de aquel antiguo castillo, que ahora era nuestro.

- ¿Qué mejor que haber traído a una princesa a su castillo? - dije haciendola reír.

- ¿Qué mejor que tener un príncipe como tú?

Narra Laura:

Todi era demasiado bonito para parecer real, pero así era. Yo me hallaba en el caballo de Dani, que se llamaba Fuego.

Pronto llegamos al pueblo, allí todo el mundo nos miraba cuando pasábamos y algunas niñas pequeñas se quedaban embobadas mirando a Dani.

Llevamos el caballo al picadero, y luego nos vinimos andando dando un paseo.

- Entonces, ¿me esperaras un año? - pregunté mirandole a los ojos.

- Yo por ti espero toda la vida.

Una señal del destino. (Jesús y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora