Capitulo 19.

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Dejando mi orgullo, salí de la habitación para dirigirme a buscar a Dani. Entré en su habitación pero no estaba, fui al salón y allí estaba Jesús.

- ¿Sabes donde está Dani? - le pregunté.

- Hace un momento estaba abajo, en el patio, ¿ha pasado algo? Es que estaba un poco desanimado.

- Si, bueno voy a arreglarlo. Luego te cuento, gracias. - respondí cerrando la puerta.

Bajé al patio y estaba sentado en el borde de la piscina con los pies dentro del agua.

Me fui acercando poco a poco.

- No te vallas Dani. Quiero hablar contigo.

Levantó la cabeza. Me acerqué y me senté a su lado con las piernas cruzadas.

- No quiero estar así contigo - dije triste.

- Ni yo contigo.

- Sabes de sobra que los dos tenemos mucho orgullo, asi que dejemoslo a un lado y seamos felices.

He de decir que esto último me quedó un poco "cursi".

- Yo por ti estoy dispuesto a hacer lo que sea.

- Y yo, pero me voy en cuatro días, y no quiero desaprovechar ni un segundo de todo esto.

- ¿Sabes lo que haría ahora mismo?

- ¿El que? - pregunté curiosa.

- Esto.

Entonces me pegó un empujón y caí al agua.

- ¡DANIEL OVIEDO MORILLA, YO TE MATO! - dije al ver como Dani se estaba riendo de mi desde el borde.

- Admite que te ha gustado, guapetona.

- No vas a tener Sevilla para correr. - dije histerica.

Salí de la piscina, esta empapada de arriba a bajo y encima con la ropa puesta. Dani empezó a correr por todo el patio.

- No me vas a pillar - dijo riendose.

Este niño me sacaba de mis casillas.

Cuando por fin le pillé le empujé con toda la fuerza que tenía para empujarle dentro de la piscina, empezó a tambalear en el borde, pero al final cayó.

- ¿Ahora qué? ¿Eh? - dije vengativa.

Entonces alguien me empujó por detrás y caí encima de Dani.

Dani me agarró y los dos nos sumergimos hacia abajo. Cuando salí resoplé y vi como Jesús estaba riendose y María a su lado.

- Os dejamos solos un ratito - bromeó Jesús

María y Jesús se fueron. Dani y yo en el agua nos empezamos a mirar, yo más bien le miraba esa sonrisa que tenía en ese momento mientras el miraba, ¿que miraba?

- Dani, ¿que miras? - pregunte observando la cara de tonto que tenía en ese momento.

- Es que - empezó a titubear.

- Todo muy perfecto - solté cuando me di cuenta que se me había desabrochado el sujetador.

Me giré inmediatamente. Estaba super roja. Y muy nerviosa, no era capaz de abracharmelo.

- Era lo que te iba a decir.

- Abrochamelo.

- ¡¿Que?! - exclamó sorprendido.

- Venga Dani, que es facil.

Y por fin despues de varios intentos, lo consiguio.

- Muy bien campeon. Un aplauso, el primer sujetador que abrochas. - dije riendome.

Una señal del destino. (Jesús y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora