Capitulo 3.

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- ¿Donde vamos a ir? - le pregunté a Dani

- A un sitio especial para mi - contesto sonriente

Fuimos caminando y nadie cruzaba ninguna palabra. Hasta que por fin el decidio empezar una conversación.

- Bueno, no se nada de ti, cuentame. ¿Cuantos años tienes?

- Tengo 14, ¿y tu?

- Tambien. ¿Tienes hermanos o hermanas?

- No, soy unica. ¿Y tu?

- Yo tengo un hermano gemelo y otro mas mayor.

- ¿Gemelo? ¿Enserio? ¡Yo le quiero conocer!

- Si jajaj. Pues ya te le presentaré. Oye, ¿por que vas tan separada de mi? Que no muerdo eh - me dijo guiñandome un ojo.

- Nose, es que apenas de conozco y...

Entonces me acerque y note un escalofrio cuando el me pasó su brazo por mi cintura.

- ¿Ves? No pasa nada. Preguntame lo que quieras, y asi nos iremos conociendo

- ¿Por que has querido quedar conmigo? Y no me pongas la excusa de porque me querias enseñar el pueblo.

- Vale me has pillado, es porque me has llamado la atención cuando has entrado a la heladería.

Menudo quedabien, no creo que una chica como yo le llame la atención, pensé.

- Anda tonto, no mientas.

- Es verdad, ¿quien no se iba a fijar en una chica como tú?

- Emm, si asi pretendes ligar conmigo lo llevas claro. No soy ese tipo de chicas que se lian con el primero que las dice algo bonito, ¿sabes? - dije separandome y haciendome la estrecha.

- Joder que caracter tiene la niña - me dijo riendose.

- No me llames niña, que tengo nombre - dije haciendome la enfadada.

- Vale, pues entonces te llamare fea - dijo mientras se tocaba la nuca.

Guantazo en 3, 2, 1... - repetía en voz baja.

- ¿De que te ries?

- De ti.

- Adios y ami ni me vuelvas a dirigir la palabra IDIOTA - pronunciando más fuerte la última palabra.

- ESPERA LAURA, ERA UNA BROMA - gritó.

- ¿Me ves con cara de que me halla hecho gracia?

- ¿Te he dicho que me encanta cuando te enfadas? Te pones super graciosa. Pero no te lo tomes a mal, no lo hacía con mala intención.

Me apoyé en un arbol y le empezé a mirar con cara de asco.

- Anda ven tonta.

Y timidamente me acerqué hacia el. En el fondo me había gustado, porque mi cabreo no era en serio, bueno al final si.

Él estaba sentado en un banco y yo me iba a sentar a su lado.

- Sientate aqui.

- ¿Encima de ti?

Él asintió y puso cara de pícaro.

Me agarro y me puso encima de el.

- Relajate anda, que no te voy a hacer nada - me dijo mientras me ponía el pelo hacia el lado

- No puedo... - dije con miedo

- ¿Por que? - preguntó algo extrañado.

- No tengo buenas experiencias con chicos, no se si me entiendes... - dije levantandome y sentandome al lado de el.

- No, no muy bien. Pero puedes desahogarte conmigo si quieres.

- Pf, nose te conozco desde hace unas horas... Además apenas sé nada de ti para contarte algo íntimo de mi - le reproché.

- Te prometo que no dire nada, y quiero que sepas que aunque no nos conozcamos desde hace mucho, puedes confiar en mi. De verdad. - dijo mientras me acariciaba la mano.

Al principio no estaba muy convencida, pero ese chico era distinto o eso parecia.

Asentí.

- Ves, si ya sabia yo que no era tan idiota como decías hace un momento - dijo haciendome cosquillas.

Y esa frase me hizo sacar una sonrisa, ese chico era un mundo. Le iba a contar algo que jamás le contaría a alguien así. Quizás luego me pueda arrepentir, pero como yo digo, mejor arrepentirse de algo que has hecho, que no arrepentirme de algo que no he llegado a hacer.

Una señal del destino. (Jesús y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora