Capítulo 23

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Rin regreso con Jaken y los soldados que quedaban, ellos la esperaban en el reino que había sido completamente destruido. Ella al pasar por ese lugar le causo tristeza ya que toda la gente de ese reino había muerto nadie había sobrevivido, le dolió que no tuvieran compasión de ellos, gente que no tuvo culpa de nada. Pero lo que no la dejaba tranquila era el simple hecho de que había asesinado a Kohako. Él la había considerado su amiga hasta la invito a su boda y le ofreció irse con él a su castillo a trabajar, claro si ella lo deseaba, pero ella lo traiciono de la peor manera.

Jaken: por fin llegas niña ¿hiciste lo que el príncipe Sesshomaru te ordeno?

Rin: si y aquí está la prueba

Saco la daga de su capucha y quito el pañuelo que la cubría mostrando la sangre que había en ella. Jaken sonrió satisfecho al ver que Rin había hecho lo acordado, dio la orden a los soldados de partir de regreso al reino. Rin en todo el camino de hablo, aunque Jaken le insistía en saber cómo le había hecho para asesinar al príncipe Kohaku sin que él la detuviera.

Rin: eso solo lo puedo decir a su majestad a nadie más se lo diré

Jaken: bien

Por suerte Jaken dejo de insistir, pero esos recuerdos no dejaban de cruzar por su cabeza lo que provoco que casi rompiera en llanto enfrente de todos, pero tras unos minutos de luchar contra el llanto logro controlarse manteniéndose tranquila. Cuando regresaron al castillo Rin se quitó su capucha y tomo la daga en sus manos, iba caminando por los pasillos cuando unas sirvientas al verla pusieron cara de terror al verla. Rin no supo que les pasaba hasta que miro su kimono que estaba lleno de sangre de la parte superior, era la sangre de Kohaku de eso estaba segura solo que no se había dado cuenta ya que simplemente se fue de ese lugar que la hacía sentirse mal.

Rin: [creo que les doy miedo ahora que saben que ayude a asesinar a la gente del reino del sur]

Quiso hablarles, pero las sirvientas huyeron de ahí dejándola sola, ella simplemente soltó un suspiro y se fue en dirección a su habitación necesitaba bañarse y cambiarse de ropa, y tal vez descansar un rato.

Sesshomaru: Rin

Rin se detuvo y se giró para encontrase con Sesshomaru su rostro estaba sereno en cuando lo miro lo cual le alegro un poco ya que no le gustaba verlo enojado.

Rin: Sesshomaru

Se acercó un poco a él mostrándose tranquila, aunque por dentro estaba completamente rota. Le entrego el pañuelo donde estaba envuelta la daga, él la tomo un poco confundido ya que no sabía que había en su contenido. Ella lo noto y decidió explicarle.

Rin: he hecho lo que me pidió señor. El príncipe Kohaku está muerto, ya no le causara más problemas mi señor la prueba está en sus manos

Sesshomaru desenvolvió la daga y la vio cubierta de sangre al igual que el pañuelo esa era la prueba que Rin había llevado para confirmarle que había cumplido con sus órdenes. Él no supo que decir ya que estaba verdaderamente sorprendido de que ella cumpliera lo que le ordeno. Miro detenidamente a Rin y vio su vestimenta cubierta de sangre ya más o menos se hizo una idea de a quien pertenecía esa sangre. Ella lo noto y le dedico una sonrisa sin ningún rastro de felicidad en ella.

Rin: lo siento, esta no es la forma correcta de presentarme ante usted señor, me disculpo por esto

Sesshomaru: Rin...

Ella hizo una reverencia y se retiró a su habitación sin esperar a recibir órdenes de Sesshomaru, pues no quería que la viera llorar. Cuando llego a su habitación se dejó caer en su cama sin importarle que manchara las sabanas y rompió en llanto, pero este fue acallado gracias a las almohadas.

Sirvienta del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora