Capitulo 25

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Era una mañana muy tranquila y muy linda para todo el mundo, para todo el mundo excepto para una mujer que se encontraba sentada en una mesa hecha de madera sencilla mientras observaba una espada, esta fue de su marido cuando fue parte de la guardia real.

Sango: Miroku...

Miroku se había vuelto la persona más importante en su vida ya que sus padres murieron, pero afortunadamente consiguió un buen trabajo con el cual pudo mantenerse y después de dos años conoció a Miroku de quien se enamoró profundamente. Él correspondió a sus sentimientos y un tiempo después decidieron casarse, no tuvieron hijos al menos no por ahora, pero tenían pensado tenerlos más a delante, sin embargo, todos sus planes se vinieron abajo ahora que él ya no estaba.

Sango: yo... voy a pelear... te vengare Miroku, lo prometo.

Tomo la espada y se encamino a una de sus habitaciones buscando algo.

EN EL CASTILLO...

Sesshomaru estaba en su oficina leyendo y firmando unos pergaminos, mientras Rin acomodaba unos libros en su lugar y algunas otras cosas. Ambos estaban en silencio, aunque eso era normal para los dos ya que Sesshomaru se concentraba mejor en silencio y Rin no tenía nada interesante que platicarle.

Rin: disculpa Sesshomaru

Sesshomaru: ¿Qué ocurre Rin?

Rin: he terminado de hacer limpieza en tu oficina ¿deseas que haga algo más?

Sesshomaru: no, todo está bien, ya puedes retirarte

Rin: gracias

Hizo una reverencia para después salir de la oficina y se fue a su habitación donde volvió a tomar asiento en su escritorio y comenzó a escribir, había escrito un pequeño libro en todo ese tiempo, pero faltaba unas cuantas hojas por llenar.

Rin: creo que lo tendré listo pronto, pero no sé qué poner al final

Se mantuvo un momento en silencio mientras pensaba en que escribir, pero nada se le ocurrió así que decidió recostarse un rato tal vez algo se le ocurriría y si Sesshomaru la necesitaba la mandaría llamar con alguien.

Rin: hoy a estado demasiado tranquilo en el castillo... ¿es mi imaginación o algo está por ocurrir?

Miro el techo como si fuera lo más interesante del mundo la idea que tuvo hace un momento decidió desecharla y dormir un rato para tener energía ese día.

EN EL REINO DEL NORTE...

Después de haber logrado que su hermana descansara un rato Naraku había mandado llamar a uno de sus soldados para dar una orden.

Soldado: ¿me mandó llamar señor?

Naraku: si, necesito que hagas algo

Soldado: dígame que necesita y yo cumpliré sus ordenes

Naraku: reúne a todos los soldados y diles que se preparen para partir, después te diré lo que deben de hacer

Soldado: si, enseguida señor

Hizo una reverencia para después irse con calma a cumplir las órdenes de su superior. Naraku se dirigió a su habitación donde abrió uno de sus armarios y ahí en el interior de este estaba una hermosa armadura junto a una hermosa espada hecha de metal precioso.

Naraku: ya es tiempo de que vuelvas a ser usada

La tomo en sus manos y la desfundo e hizo algunos movimientos con ella.

Sirvienta del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora