Sheldon ya se encontraba concentrado en sus últimas ecuaciones acerca de la Materia Oscura, era algo que le ayudaba a curar la tristeza que sentía en esos momentos.
No era que creyera en las supersticiones pero algo le decía que tenía que hablar con Amy; sabía muy bien que el compromiso no le había caído del todo bien pero lo que ella no sabia, era que lo hizo por su bienestar.
El físico teórico daba vueltas y vueltas encontrándose en un callejón sin salida, era obvio que la amaba con la misma intensidad pero ¿que podía hacer para recuperarla? Sin pensarlo más decidió ir a su oficina; en su cabeza se iba formulando todo lo que pensaba decirle sin rodeos. Estaba a pocos metros de distancia cuando escucho varias risas provenientes de la oficina de su amada neurobiologa.
-¿Qué esta sucediendo aquí? Se preguntó enfadado. Coloco su oído con poderes vulcanos junto a la puerta y se dio cuenta de que Amy no se encontraba sola. Afortunadamente la puerta estaba entre abierta y se dio cuenta de que un hombre alto con la piel un poco oscura se encontraba sentado a su lado; los dos reían formidables en una charla de buena tertulia, sin notar la presencia del Dr. Cooper.
Triste y enojado, pensó lo peor y se dispuso a caminar hacia su oficina. Recordó que ya casi era la hora del almuerzo y se dirigió hacia el comedor. Todos se encontraban ahí; Leonard, Howard y Raj notaron que este se sentía triste, solo llegó y se sentó sin decir palabra alguna, estaba perturbado y de un momento a otro se dio cuenta de que sus amigos lo contemplaban en silencio.
-Creo que se han dado cuenta de que estoy en un estado de poco interés en su charla- exclamó presuntuoso.
-Si amigo nos hemos dado cuenta- exclamó Leonard
-Yo sé el porque- dijo Raj esbozando una ligera sonrisa.
-¿Lo sabes? Realmente no lo entiendo- los tics se hacían presentes en Sheldon
Todos voltearon hacia Raj atónitos.
-Pero claro que lo se, se que un verdadero príncipe anda detrás de Amy, pero creo que no deberías preocuparte Sheldon tu ya tienes prometida- concluyó.
El físico teórico se puso aún más pálido de lo que estaba y sin decir más tomo rumbo hacia la salida de la universidad. Decidió ir a casa, no le importo si su jornada de trabajo aún no terminaba, necesitaba despejar su mente.
Mientras que en un conocido laboratorio, la doctora Fowler se encontraba explicando sus últimos avances en el campo de la neurobiología a Faisal. A pesar de pertenecer a la realeza y de ocupar la mayoría de su tiempo en sus labores como príncipe, tenía cierto interés en la ciencia y esa era una de las razones por la cual financiaba a Amy.
Pero dejando muy aparte todo eso, sentía algo muy fuerte por aquella neurobiologa que le había robado el suspiro, cuando el la había conocido era muy diferente, era bastante seria y hasta cierto punto irritable pero eso no era un obstáculo.
Y ahora que ambos habían pasado un buen rato divirtiéndose se dio cuenta que seguía enamorado de ella, y se podría decir que era un tipo de amor inmenso e incondicional.
Amy había terminado de explicarle en que se había utilizado el dinero de la financiación y el estuvo de acuerdo.
-Y creo que esto sería todo por hoy, si gustas mañana podría enseñarte los artículos que próximamente publicara la nueva revista Sociedad Científica- explicó la neurobiologa.
-Dra. Fowler, si me lo permites y si aceptas, me gustaría que mañana tomarás el día libre y que diéramos un paseo juntos, siento que siempre estás metida en tu laboratorio y me gustaría que te distrajeras un poco.
Amy se quedó un poco sorprendida al ver la actitud del príncipe, en efecto necesitaba descansar, últimamente salía tarde de la universidad trabajando en sus nuevos proyectos y también para poder olvidar que en un tiempo Sheldon se casaría, su semblante cayó de un momento a otro y Faisal pudo notarlo.
-¿Oye estás bien?- preguntó.
-Si lo siento, ahh ¿qué me decías?
-Si aceptas salir conmigo mañana, te aseguro que te divertirás mucho- Faisal estaba un tanto ilusionado, sabía que Amy no estaba en ningún tipo de relación y pensaba aprovechar la situación para hablarle acerca de su compromiso, que bien o no, el sabía que no lo había tomado enserio hace varios años pero no perdía nada en intentarlo.
Finalmente Amy accedió, Faisal se despidió y le dijo que no se preocupara por su inasistencia, el mismo se encargaría de hablar con el presidente de la universidad, entonces sin más preocupación decidió marcharse.
En el trayecto de su trabajo a su hogar, pensaba y pensaba porque aquel príncipe quería pasar un rato con ella, por un momento se le cruzó la idea del compromiso que tenían pero inmediatamente la descartó y su mente se centró en que hablarían de negocios.
-Si es eso, debe ser eso- Se repetía así misma, decidió acostarse y relajarse un rato hasta que finalmente se quedó dormida.
[...]
-¡Sheldon! ¿Por qué demonios te demoraste tanto en contestarme las llamadas?
-Tal vez porque decidí dormir un rato-Sheldon mencionó un tanto irritado.
-¿No sé supone que hoy nos encontraríamos para empezar a arreglar los detalles de nuestra boda?- Ramona se encontraba bastante enojada, sabía que ahora Sheldon era completamente suyo pero él siempre trataba de evitarla aunque no siempre resultará.
-Podemos ir mañana si tanto te molesta, de hecho mi hora de cenar esta próxima y aún no llegas con mi comida thai- Refunfuñó.
-Adios Sheldon, llegaré pronto- Colgó un tanto fastidiada. A veces ella misma se preguntaba porque la necesidad de aferrarse a el.
-Tarde o temprano me será útil.
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La Manifestación Del Amor Encallado
Hayran Kurgu"Me haces un mejor hombre, tal vez he adoptado un estilo de vida hippie pero lo mejor que me ha pasado es tenerlos a ustedes y esto es mejor que tener un premio Nobel."