Era un cálido sábado por la noche y yo me encontraba cómodamente recostada en el suave sofá, disfrutando de una película que había elegido al azar. Aunque no tenía ninguna obligación pendiente, extrañamente sentía cierta nostalgia por los deberes de la escuela, ya que al menos me entretenían durante un rato.
De repente, mi atención se desvió hacia las escaleras cuando vi a mamá descender con elegancia. Vestía un bonito vestido azul que resaltaba su radiante figura.
—¿Vas a salir?—, pregunté curiosa mientras ella se colocaba sus argollas con delicadeza.
—Sí—, respondió con entusiasmo. —Gustavo me ha invitado a cenar. Fue un plan de último momento, ¿te gustaría venir con nosotros?—
Aunque apreciaba el gesto de mamá, preferí quedarme en casa y seguir disfrutando de mi película. Tomé el control remoto de la televisión y busqué otro programa para entretenerme.
—No te preocupes por mí—, le aseguré restándole importancia a mi aburrida noche en el sofá. —Sal y diviértete—.
Sin embargo, mamá no pudo evitar regañarme cariñosamente.
—Has pasado todo el día aquí sentada en ese sillón—, me reprochó. —¿Por qué no sales con tus amigos y te diviertes un poco?—
Sonreí y la tranquilicé una vez más.
—No te preocupes, mamá—, le dije con ternura. —Prefiero quedarme aquí esta vez. Disfruta tu cena y diviértete con Gustavo—.
—Bueno—su celular empezó a sonar en señal de un mensaje—Gustavo está afuera esperándome, ¿segura que no quieres venir?
—Sí—respondí con seguridad.
Se despidió rápidamente y salió hacia el encuentro con Gustavo. Observé la hora en mi celular y era casi la 8.
Recordé que no había cenado así que fui a ver qué podía cenar, pero no tenía ganas de preparar algo de comer, por que preferí salir a un local que estaba cerca de casa y comprar algo.
Mientras caminaba por la calle, observé la luna, hoy era luna llena. Sonreí al contemplarla. Metí mis manos en los bolsillos de mi chamarra al sentir una brisa fría.
Ya frente al local, ingresé y las campanitas del local sonaron, en señal de que un nuevo cliente había llegado. Me acerqué al mostrador y pedí pollo frito con papas fritas.
Mientras esperaba mi orden, me senté frente a unos de los ventanales que daban una vista perfecta a la concurrida calle.
—¡Aquí está su orden!— unas de las meseras colocó una bolsa con lo que había pedido.
Agradecí, tomé la bolsa y salí de aquel local, crucé rápidamente la calle para evitar que me chocara algún vehículo.
Una silueta masculina se me hizo conocida mientras estaba parado frente a la entrada de un café, a pocos metros de donde yo me encontraba. La tenue luz de la calle apenas permitía distinguir su rostro, pero algo en su postura y forma de moverse despertó mi curiosidad. Parecía estar discutiendo con una figura femenina.
Intrigada por la escena, saqué mi celular para verificar la hora. Aunque no era demasiado tarde, el ambiente nocturno añadía un aire de misterio y tensión al encuentro. Me debatí internamente sobre si debía acercarme y averiguar quiénes eran, pero la curiosidad ganó la partida.
Decidí espiar discretamente desde detrás de un árbol cercano, tratando de captar fragmentos de la conversación. La voz femenina resonaba con exaltación, llena de frustración y enojo.
—¿Es en serio, Demir? —distinguí claramente sus palabras,—. ¿Tienes idea de las consecuencias de tus acciones?
Demir, por su parte, respondió con una calma sorprendente.
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Enamorada Del Gay
Любовные романыKriss se ve envuelta en un torbellino emocional al descubrir que su enamoramiento, Mike, es gay. Cuando conoce a Demir, un chico enigmático con una vida marcada por la culpa, Kriss se ve obligada a cuestionar sus propios sentimientos. ¿Permanecerá a...