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Caminé apresurada para llegar temprano, por platicar con Vea se me hizo tarde ayudándola a pensar en un regalo para su novio, si, Tao.
Había mencionado un sinfín de regalos que más parecían manualidades propios de una pareja de adolescentes, Tao ya no lo era pero en un artículo reciente publicación en un blog que seguía decía que los regalos hechos a mano valen mucho más.
Supuse que Vea había tomado la idea porque en cuanto le mencioné la cajita que contenía un sinfín de sorpresitas además de golosinas, corrió hacia la papelería más cercana.
Corrí enseñando mi carnet al hombre de la puerta cuando entré hallando en completo silencio todo y las puertas de las aulas cerradas, en el patio de receso había una mesa con arreglos florales, además de un sinfín de snacks.
Hoy no habrá clases-oí que dijeron tras de mí y me sorprendí de hallar a Sehun con ropa un tanto formal, se removió el cabello mirando la mesa para luego enfocarse en mí-¿Te apetece ir por ahí?
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¿Por qué no va a haber clases?-consulté viéndolo.
Su mano fue a la mía y me puse nerviosa cuando sus dedos largos tocaron los míos, miré paranoica de derecha a izquierda para evitar que alguien nos viese pero para mi muy buena suerte no había nadie.
Te estoy proponiendo irnos pero tu preguntas por las clases –uno de los dedos de su mano contraria golpeo mi nariz suavemente y sonrió cerca de mí contagiándome- ¡Pequeña responsable!
Hablas como si ser responsable fuese malo –susurré sonriendo.
En respuesta a su pregunta señorita Ariel –se alejó y utilizó un tono más formal mientras se acomodaba la corbata azul marino- hoy se gradúa un grupo del instituto y hemos pospuesto todas las clases para tener la presencia de todos los docentes.
¿Por qué te vas a ir?-pregunté frunciendo el ceño.
Porque ya hice todo lo que me compete y porque comuniqué a todos mis estudiantes que hoy no habría hoy clases –me miró sonriendo- excepto a una en particular.
