Capítulo 23: Preguntas y respuestas

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Evangeline agarró a Dominic y lo sentó en su regazo, al niño le revoloteaban los ojos mientras veía el fuego. Las flamas bailaban de un lado a otro, se convertían en humo y se alzaban al cielo confundiéndose con las nubes.

Los colores cálidos bañaban a todos, Dominic se sentía de algodón, como el malvavisco que estaba comiendo; suave, dulce y pegajoso. Miró a Luc dormir en brazos de Jared, su pecho subía y bajaba, los ojos cerrados, la boca medio abierta y un hilo de baba recorría su mejilla. El niño estaba muy caliente y cómodo acurrucado contra su tío, sus manos las había deslizado bajo la camiseta de Jared para mantenerlas calientes.

Dominic volvió a mirar el fuego, el humo era como una niebla, los ojos se le cerraban,  pero no quería dormir, ¿y si al despertar ya no estaban? Luc estaba muy tranquilo, él no tenía que tener miedo, ellos siempre estarían ahí para él. Dominic nunca soñó con tener aquello, él únicamente pensó en tener un papá, pero Suzanne lo trataba como si fuera en verdad su sobrino, le hizo un sándwich y le llenó la cara de maní, Charles lo llevó a la parte profunda y jugó a la pelota con él. Luc arrastró a Jared para que participaran, le lanzó una mirada recelosa a Dominic, ¡no estaba conforme con intentar quitarle su tío, además quería a su papá! El partido se convirtió en un dos a dos, Charles y Dominic terminaron venciendo. Luc expresó su disgusto sacándole la lengua a Dominic.

Deseaba que su mamá dejara de acariciarle el cabello, tal vez eso le permitiría mantenerse despierto, quedarse viendo sus sonrisas un poquito más. Escuchaba sus risas, pero las sentía muy lejos. ¿Qué estaba pasando? ¿A dónde se iba? Todo estaba tan oscuro…

—Hasta que por fin se quedó dormido —musitó Suzanne al ver a Dom cerrar los ojos—. Dio una buena pelea.

—Sí que lo hizo. —Charles limpió la baba de la mejilla de su hijo antes de cogerlo y cubrirlo con una manta. El niño emitió un suspiro soñoliento medio abriendo los ojos, vio a su padre y esbozó una sonrisa atontada antes de acurrucarse entre sus brazos y seguir durmiendo.

Jared apagó la fogata antes de tomar a Dom del regazo de Evangeline, el infante se abrazó a su cuello en medio de la inconsciencia. Se fueron a la cabaña guiados por la linterna que Suzanne sostenía.

Jared rodó los ojos al ver a Evangeline en la cama, ella estaba completamente al borde, sentía que si soplaba la enviaría al suelo. Ella intentó mandarlo a dormir al piso, pero Jared no estaba dispuesto a renunciar a la comodidad de la cama solo porque ella no confiaba en él.

—Empiezo a creer que tu desconfianza no es solamente por George. ¿Tiene que ver con ese tío al que no has visto en años? —preguntó metiéndose entre las cobijas. Evangeline no contestó, se tapó hasta la cabeza—. ¿O con el padre de Dominic? —insistió.

—Dominic no tiene padre —replicó fríamente. 

—¿Inseminación artificial? —bufó—. Dudo que a un chica de dieciséis la dejen hacer eso.

Evangeline se sentó en la cama.

—¿Qué quieres? —interrogó impaciente. Odiaba que le preguntaran por su tío, no debió mencionarlo, tenía la guardia baja, pero odiaba más que preguntaron por el padre de Dominic, sobre todo Jared, él no se mostró interesado en eso hasta ahora, era algo que había agradecido, sin embargo lo estaba arruinando.

Su tío debió haberse quedado con ella, George debió protegerla al no estar su madre, el padre de Dominic hizo promesas en falso y cuando consiguió lo que quería simplemente se fue… Ellos la traicionaron de una forma u otra. El único que no le falló fue Raúl, pero aun así no fue suficiente para volver a intentarlo, ni siquiera con Paloma. Paloma lo sabía y comprendía.

El problema eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora