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Murdoc caminaba de un lado a otro, buscando su llave de engranes que casi no utilizaba, pero ahora la necesitaba bastante.

- Donde mierda est...- no pudo decir la frase completa, ya que tropezó con algo metálico, haciendo que se incara hacia su dedo gordo del pie, el azabache andaba descalzo.

Mientras maldecia con todo su ser y a la vez sosteniendo su pie, pudo percibir un par de chispas brotar detrás suyo.

- Oh... Lo siento cariño -dijo el verdoso mirando hacia atrás, dándose cuenta con lo que se había tropezado.

Cuando al fin encontró la llave, se dispuso a apretar los últimos tornillos que le faltaba a su obra, la cual era nada más y nada menos que Cyborg 2D.

Murdoc, cuando ya había terminado, conecto una gran cantidad de cables en diferentes partes del cyborg.

El aparato empezó a moverse, abriendo los ojos lentamente y mostrando su fría mirada.

- Al fin... -dijo el azabache con cansancio y satisfacción.

El cyborg hizo una seña militar, dando a indicar que ya podía recibir ordenes.

Murdoc no pudo evitarlo, se veía condenadamente atractivo así, una parte malvada de su stuart, una maravilla.

Con sus manos logro dar la vida a un cyborg y no a cualquiera, a un cyborg parecido a su vocalista, su mismo cabello, piel, estatura y ojos, una réplica se podría decir.

Con ambas manos, el azabache acarició tiernamente el rostro metálico, sintiendo ciegamente como le recordaba a su vocalista, el cual no ha vuelto a ver por más de cuatro años.

- Eres hermoso... ¿lo sabes? -dijo el verdoso, contemplando a su obra la cual no dijo nada, ya que solo esta programado para seguir ordenes.

- Cyborg... Acuéstate -ordenó Murdoc quien no tardó en ver como la máquina acataba su orden y se acostaba en la pequeña recámara donde se encontraban.

Murdoc sin pensarlo se le abalanzó, poniéndose encima de el.

No tenía tiempo para razonar, tenía mucho tiempo que no lo veía, que haría cualquier cosa para poder sentir otra vez ese cálido cuerpo.

Sin previo aviso beso los frios labios de la máquina, deleitandose con esa nueva sensación en su boca.

Poco a poco el verdoso fue bajando su boca hasta su cuello, sentía como poco a poco se exitaba al sentir el sabor a metal en su boca.

El cyborg no hacía ninguna clase de movimiento, todo lo hacía Murdoc, tanto que hasta tuvo que levantar su cabeza para que le diera más paso a su boca de saborear su cuello.

- eres delicioso Stuart- susurró el azabache perdido en la fantasía donde aquella máquina era su 2D.

Murdoc fue quitando las prendas que hace unas horas le había puesto al cyborg, lo hacía mientras acariciaba si cintura y piernas, las cuales pesaban un poco por su cuerpo de metal.

Cuando la máquina estaba totalmente desnuda, el azabache no puedo evitar sonreír, esto le traía maravillosos recuerdos.

Con un poco de fuerza el verdoso logro alzar ambas piernas y ponerlas encima de sus hombros, luego como pudo se desabrocho el pantalón.

- Ahg- jadeo el mayor mientras penetraba lentamente el cuerpo de metal.

Se sentía extremadamente bien, el frio en su miembro caliente era una experiencia única para el mayor.

El cyborg solo lo miraba con su cara fría e inexpresiva, pero a Murdoc no le importo, no le importaba nada más, sólo embestir esa fría entrada.

- ahg... Stuart... Voy... Voy a- no logro decir, sus embestidas se hicieron más fuertes por lo que no pudo articular bien sus palabras.
Gruñidos y jadeos, era todo lo que se escuchaba en la pequeña recámara, solo de Murdoc.

En un par de minutos, el azabache llego al tan anhelado orgasmo, corriendose dentro de la máquina y saliendo de ella con la respiración agitada.

Solo había una alma en la pequeña habitación, respirando rápidamente, añorado y maravillado por la sensación que le hizo experimentar esa máquina y solo esa máquina.

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Androidismo: tener atracción sexual hacia robots con apariencia humana.

He's My JesusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora