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Mis ojeras se habían extendido más de lo normal, ya eran las 2 de la mañana y aun tenía mi nariz en esa maldito libro.

A mi, se me ocurrió lo "maravillosa" idea de participar en una obra de teatro; Romeo y Julieta, un clásico.

En parte me postule por el simple hecho que Rachel Stevens iba a ser Julieta. Y por otra parte porque si no lo hacía tendría dolor en el culo.

Murdoc Niccals, el director de la obra, me pidió que participara en la obra por tener una buena imagen, lo cual haría que la obra tuviera una esencia única.

Pero el problema era que si me negaba, iba a darme una "aventura" que era adecuada para mi altura.

Su desperacion proviene de sus necesidades económicas; dejando de lado que es el director de las obras de teatro institucionales, también tiene que darle dinero a todos sus "hijos" accidentales, nunca creí eso de el, un hombre tan guapo, fuerte, encantador y elegante...

Ahg ¡ya basta Stuart!

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- ¿Julieta ya esta lista?- preguntó Murdoc a Rachel desde la torre, la cual le hizo una señal con el pulgar que estaba bien.

-¿ Romeo ya está listo?- me preguntó yo solo asenti con la cabeza.

Las personas empezaron a venir, mis padres estaban en las primeras filas poniéndome nervioso.

"¿y-y si olvido la primera línea?"

No, eso no puede pasar, si lo hago Murdoc me va a...

No Stuart, no pienses en eso Stuart. Mejor piensa en el bello rostro de Murdoc Stuart, buena idea Stuart.

La obra término bien, todos aplaudieron y me sentí de lo más vivo del mundo.

Me quité el disfraz de romeo el cual me picaba mucho y tome mi mochila para irme a casa con mis padres.

- ¿A donde vas niño bonito?- dijo una voz rasposa a mi lado, que la reconocería en cualquier parte. Murdoc.

- H-hola señor; la obra salió bien ¿verdad?- dije a la deriva de los nervios, lo único que quería era salir de aquí y comer el helado que había dejado en el congelador de mi casa.

- Salió bastante bien pequeño, me gusta tu intensidad- Murdoc siempre tenía la costumbre de intimar a sus alumnos con su personalidad de satánico psicópata, es una de las cualidades que me hizo interesar en el.

Diablos.

- T-tengo que irme señor, espero que tenga un buen día- dije, coloque mi mochila en mi hombro y me dirigí a la puerta.

- Espera Pot- dijo mi profesor- tengo algo para ti-.

Mis nervios subieron más de la cuenta, ¿que quería? Hice todo bien, lo juro.

Me acerqué un poco hacia el, tratando de ocultar mi miedo y nerviosismo a esa expresión de malicia en su rostro, si no fuera un profesor, juro que saldría corriendo.

Murdoc tomo mi brazo con fuerza, sienta como mi corazón se me iba a salir del pecho; Su respiración chocaba con la mía, a la mierda todo.

- Yo te prometí que no te iba a hacer nada si hacías la obra bien, y lo hiciste, pero... - aclaró su garganta, trague saliva- No me puedo resistir a tu gran atractivo, ¿me entiendes?-.

En ese momento mi profesor atacó mis labios con rudeza, yo me paralizé, Murdoc, el que amaba en secreto y que creía que el amor nunca podía ser correspondido ¿me estaba besando?.

- Ya me encargue de tus padres- me volvió a besar- Les comenté que tenías trabajo extra conmigo- me beso otra vez- Eres todo mio ahora.

Yo solo le seguí el paso, Murdoc hace lo que quiere con su vida, tener sexo con un chico de catorce años es una de ellas.

Yo era su víctima, su preciada víctima.

El profesor me alzó de la caderas y me sento en le tocador del camerino, tumbando algunas cosas que no tenían importancia ahora.

Me quitó la camiseta, el cinturón, me desordeno el cabello, y todo mientras me besaba, yo solo me derretia con cada una de sus caricias, al diablo todo.

Empecé a soltar pequeños gemidos, eso insito a Murdoc a cogerme de la cabeza y posarla en el espejo, yo abrí mis piernas y el se quitaba el cinturón.

- Agh M-Murdoc- el dolor que sentía mientras el entraba en mi me hacía retorcer en dolor.

- Pronto lo disfrutarás pequeño- dijo seductoramente, yo solo enroje mis brazos en su cuello mientras me penetraba.

Ya el adentro de mi, empezó a moverse en un vaivén lento.

Poco a poco mis quejidos de dolor se convirtieron en gemidos de placer, Murdoc se movía más rápido y mi respiración se aceleró.

Después de un tiempo en donde me sentí en el cielo, sentí un líquido en mi trasero y como Murdoc se salía de mi interior.

- Espero que lo hayas disfrutado pequeño- dijo con voz acelerada y me beso la mejilla con ternura- Ahora vístete, te llevaré a tu casa.
Le obedecí, me vestí y nos dirigimos al auto del profesor.

Mientras conducía, nos mirábamos de reojo se vez en cuando.

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Corefalismo: tener sexo anal, solo con niños.

He's My JesusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora