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- ¡El que llegue de último es puto! - exclamó un niño verdoso a lo lejos, para luego salir a correr con sus demás compañeros.

Acababan de tocar el timbre de una casa desconocida, y antes que la persona abriera deberían correr, era parte del juego.

- ¡Larguense de aquí niños mocosos del demonio!- se escucho una voz mayor a lo lejos, la cual los niños no volvieron a escuchar.

Eso creía hasta que empezó a perseguirlos.

- ¡no voy a permitir que me molesten de nuevo mocosos! - dijo el anciano mientras corría todo lo que podía, los niños se burlaban de el.

El pequeño Murdoc se adentro a un callejón oscuro donde no se podía ver casi nada, le asustó un poco el anciano. Las voces de sus compañeros y el hombre mayor desaparecieron de su capacidad auditiva. Suspiro de alivio.

Pero no duro mucho, escucho un balbuceo extraño entre las bolsas del contenedor de basura.

"Steve Wilkos...¿como lo haces?" se escuchaba.

Murdoc no sabía de quien era esa voz y quien demonios era Steve Wilkos.

Estaba dispuesto a salir corriendo de una buena vez de aquel lugar, pero lamentablemente para el pequeño callo con sus agujetas desamarradas.

"mierda" pensó.

- Q-quien A-a-anda ah-hi- pregunto la misma voz un poco más fuerte y con tono chilloso.

Después de eso se escucharon las bolsas de basura moverse y caerse con un montón de botellas y latas de licor.

De ahí, salió un hombre peliazul con apariencia de veinte, haciendo que ocultará su verdadera edad.

El niño verdoso se impresionó cuando el mayor lo miro, tenía sus ojos completamente negros y llenos de ojeras.

"se parece al hombre pájaro de hora de aventura" pensó el pequeño.

- ¿Eres un Alien?- preguntó el mayor desorientado mientras salía del contenedor. Como un loco.

- ¿Y-yo?- su pregunta le salió más chillona y temblorosa, así que decidió aclarar su garganta- Yo no soy ningún Alien ¿pero que te pasa?-.

- Eres verde, como Hulk- dijo el peliazul- nunca había visto a alguien así- dijo dirigiendo sus manos hacia la cara del menor, el cual se apartó enseguida.

- ¡no me toques con tus manos llenas de basura!- dijo levantando la voz- ¡es asqueroso!-.

El mayor solo río mostrando sus paletas faltantes, al contrario se le hizo raro e interesante.

- ¿Estas seguro que no eres un Alien?- pregunto después el peliazul.

- completamente seguro- respondió.

- Entiendo, un Alien nunca podría ser tan lindo- comentó para luego reírse lentamente.

- E-eh Y-yo, d-debo irme s-señor- tembló el menor, iba a salir de ahí pero una mano fuerte y sucia lo sujetó de la muñeca.

- ¿Adonde vas? Apenas comenzamos a conocernos- protestó el mayor.

- ¿Q-que? N-no, yo no- unos labios delgados interrumpieron al pequeño en un corto beso no profundizado.

El menor se quedó petrificado viendo al peliazul mirarlo con una sonrisa estúpida.

- Lo sabia- el mayor habló- Estoy enamorado-.

El niño no podía reaccionar y menos hablar, no sabía como.

- menos mal me enamoré de una persona muy linda- terminó y estaba dispuesto a besarlo de nuevo pero esta vez el menor reaccionó.

Le pego en sus partes bajas haciendo que el mayor cayera al cielo, dándole a Murdoc tiempo para correr.

- Estoy enamorado... De un niño... Estoy loco- decía el peliazul mientras reía tirado en el piso.

Murdoc solo corría desesperadamente y trataba de olvidar ese primer beso.

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Pedofilia.

He's My JesusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora